José Luis Fariñas
Alivio
Como en un altar doméstico,
de un lado el viento;
del otro, el mar de abajo.
Los sacrificios no maduran
aunque no nos pertenezcan.
Como en un altar doméstico,
de un lado el viento;
del otro, el mar de abajo.
Los sacrificios no maduran
aunque no nos pertenezcan.
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