Carta abierta a Margot Wallström, Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia

 
René Vázquez Díaz*
El escritor cubano René Vázquez Díaz

El escritor cubano René Vázquez Díaz

Suecia y Cuba. Una política moderna requiere diálogo y cooperación.

Excelentísima Señora Ministra:

¿No le parece que ha llegado la hora de un cambio en la política de Suecia con respecto a Cuba? Se dice que Suecia no debe sostener un diálogo con el Gobierno cubano “porque Cuba es una dictadura”, y que, en lugar de contactos de gobierno a gobierno, los diplomáticos suecos deben tratar a los disidentes como a socios confiables. ¿Por qué, entonces, no hacemos lo mismo con Arabia Saudita? El régimen saudí viola todos los derechos humanos pero Suecia lo cuida como a un fiel socio comercial.

¿Descalificará usted a las mujeres cubanas que contribuyen a formar la política de su país? Porque así son las cosas en Cuba:

De los puestos políticos a nivel provincial, el 50,5% lo ocupan mujeres. En el Consejo de Estado el 42 % son mujeres. Ellas ocupan el 63% de la matrícula universitaria y el 60% de los puestos técnicos y profesionales. El 53 % de los investigadores científicos cubanos son mujeres. En la Asamblea Nacional son el 48,86 %, lo que significa que Cuba alcanzó la paridad hombres-mujeres en el parlamento, sin necesidad de una ley de cuotas obligatorias. La vicepresidenta del parlamento es una mujer. ¿Acaso no son dignas de que se dialogue con ellas, por defender un tipo de sociedad en cuyo mejoramiento están comprometidas?

¿Qué dice Jonathan Farrar, ex jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, sobre los llamados disidentes? En resumen:

Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos, que no trabajan bien en equipo. No hay evidencias de que las organizaciones disidentes principales tengan impacto en los cubanos de a pie. Las organizaciones de oposición no logran un grado mínimo de unidad de objetivos; lo que hacen es gastar energía en serrucharse el piso los unos a los otros”. Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, la Oficina de Intereses de Estados Unidos ve muy pocas evidencias de ese apoyo. Cuando los diplomáticos estadounidenses cuestionan a los líderes disidentes sobre sus programas, no obtienen respuestas sobre plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana. Más bien dirigen sus esfuerzos a obtener dinero, y Farrar concluye su informe a Washington de esta manera: “Son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro”. Señora Ministra, aparte de cubrirse de vergüenza, el pueblo de Cuba se pondría en contra suya si usted manchara su buen nombre aliándose a un disidente como Elizardo Sánchez.

Mientras los disidentes se venden y Fidel Castro vive apaciblemente como jubilado, Cuba se transforma. Las estructuras del Estado y la toma de decisiones se han descentralizado. La iniciativa privada crece, así como el mercado de automóviles y casas. Las cooperativas agrícolas son cada vez más numerosas y muchos campesinos cultivan ecológicamente. Los cubanos pueden viajar libremente. La élite económica estadounidense desea una normalización del comercio con Cuba. La Unión Europea está creando una base estable para mejorar las relaciones con el gonierno cubano. John Kerry ha elogiado la impresionante contribución de Cuba en la lucha contra la epidemia de ébola. En la nueva América Latina, el Gobierno de Cuba goza de una gran autoridad.

Pero Estados Unidos mantiene su campo de prisioneros en Guantánamo, en la misma isla que pretenden liberar. Es hora de hablar de la Ley Helms-Burton, señora Ministra, que criminaliza a las empresas e individuos que comercian con Cuba. Su objetivo es formar el futuro político de la Isla estrangulando económicamente a su pueblo. Pese al bloqueo, la mortalidad infantil en Cuba es la más baja de Las Américas, 4,6 por cada mil niños nacidos vivos y Cuba es el único país de América Latina que ha eliminado la desnutrición infantil. ¿No debería Suecia sostener un diálogo profundo con el Gobierno cubano? La Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ASDI, ¿no debería restablecer la cooperación con Cuba?

Texto original publicado en el periódico sueco ETC Malmö:

http://malmo.etc.se/debatt/en-modern-utrikespolitik-kraver-dialog-och-samarbete

*René Vázquez Díaz, escritor cubano-sueco.

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2 Responses to Carta abierta a Margot Wallström, Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia

  1. Lombardo. says:

    Muy claro el asunto, pero algunos dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

     

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