Víctor Casaus
Santiago abrió el fuego (sagrado y terrenal) del espacio A guitarra limpia con aquel concierto iniciático en el recién estrenado patio del Centro Pablo en noviembre del año 1998.
El concierto se llamó Futuro inmediato, pero entonces nadie sabía que las trovadoras y los trovadores estaban fundando allí un territorio en el que cabrían, hasta hoy, quince años después, en el centenar de conciertos que seguirían, todas las generaciones y todas las tendencias de la nueva trova cubana.
Aquella presentación iniciática abrió el arco de que habla el título de esta nota. En él caben (y cabrán) las palabras y las músicas violentas, irreverentes y lúcidas de Santiaguito. Allí están y estarán también la rabia y la pasión destinadas a difundir interrogantes y maravillas, sinceridades y amores completos o inclusos: vida.
Vida que palpitó junto a nosotros, a lo largo de los siguientes lustros, en el casete que reunió aquellas canciones de su Futuro inmediato (que pueden escucharse y obtenerse en el sitio www.aguitarralimpia.cult.cu) . Vida que se continuó, junto a Noel, en otro momento inolvidable nacido entre las yagrumas de la calle Muralla, a la altura del año 2001. Y vida que dio título a su casi reciente presentación en el ámbito mágico que han construido allí los trovadores y las trovadoras en diciembre del 2012.
En ese arco tenso (como le gustaría decir a Teresita Fernández) se mueven estas palabras de homenaje y cariño con que queremos seguir compartiendo, junto a Santiaguito, tanta maravilla que él nos regaló en un patio de La Habana Vieja.
Por eso, para recordarlo en el 98 inicial, en el 2001 de homenaje a Noel, en el Ay, vida de su concierto del 2012, traemos las palabras que encontramos en las puntas de ese arco trazador de imaginaciones y complicidades, las que escribieron Abel Casaus y Humberto Manduley, en las que se habla de futuros inmediatos y vidas que duelen y brillan y salvan.
SANTIAGO FELIÚ: Un futuro a guitarra
Reunir a la Nueva Trova cubana es la mayor aspiración de esta serie de conciertos. A Guitarra Limpia quiere traer al patio colonial del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau las distintas voces que conforman esta activa expresión de la cultura musical cubana. Distintas en sus estilos y generaciones, pero unidas en la tradición y el instrumento.
En enero de 1997, con un recital de 16 cantautores en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau inició su proyecto de trabajo con los trovadores cubanos. Ahora quiere llenar este sitio de la Habana Vieja con su música y contribuir a la promoción de sus jóvenes talentos. De esas presentaciones surge esta colección A guitarra limpia.
Santiago Feliú es quien estrena este espacio. Como Futuro Inmediato tendremos esta tarde las canciones del zurdo trovador que desde principios de los ochenta viene proponiéndonos la belleza y la intensidad de sus temas. Perteneciente a la llamada Segunda Generación de la Nueva Trova, integra, desde los 16 años, el Movimiento que agrupó a los creadores de esta corriente artística. A la generosa sombra de su hermano Vicente y de los fundadores de la nueva canción cubana, se desarrolla como creador autodidacta, hasta tener su propia luz como artista.
A partir de ese momento participa en los diferentes festivales y jornadas de la canción realizados en Cuba y en el exterior durante los 80. Ya en 1985 acompaña a Silvio Rodríguez en una gira por América y España donde se realiza su presentación como revelación y continuidad de la Nueva Trova. Desde entones ha cantado junto con Silvio, Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú, Augusto Blanca, Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Fito Páez, Juan Carlos Baglietto, León Gieco, Daniel Viglietti, entre otros importante cantautores hispánicos.
El recorrido por la Vida nunca concluye del todo, y entre las Ansias del alba hallamos, en este instante, una canción que oxigena el tiempo y descubre de manera muy personal y duramente el sitio de su música.
Su discografía incluye: Vida (1986); Trovadores, grabado en vivo en el Palladium, Buenos Aires, con la participación de Fito Páez, León Gieco y Juan Carlos Baglietto (1987); Para mañana, con la participación de Patricia Sosa y de Juan Carlos Baglietto (1988); Náuseas de fin de siglo (1994) y Futuro Inmediato (1997).
Tal vez sea difícil poder apreciar la obra de Santiago en su conjunto. Las excelentes piezas de su dispersa discografía, insuficientemente reconocida y difundida, nos han llegado durante estos primeros veinte años de su carrera artística como relámpagos, como luces de una sola vez. Ojalá en la tarde de hoy las ansias con que ofrecemos este mínimo espectáculo –pequeño regalo exclusivo– nos permitan asomarnos desde este patio de la Habana Vieja al irreverente esplendor de su talento.
Abel Casaus
Noviembre, 1998
AY, LA VIDA
Una de las muchas –o pocas– suertes de La Habana se materializa aquí esta tarde. Convocar a Santiago Feliú en este patio de todas las trovas, es un regalo de la amistad y el compromiso, de la música y los buenos deseos.
Por más de tres décadas las canciones de Santi nos han hablado de lo que somos, pero también de lo que no queremos ser, del sitio al que pertenecemos y del que huimos, de los momentos que son y de los que ya no, del amor latente o desamorado, de los sueños inconclusos, de rabias, besos, fantasmas, angustias y abrazos, de cierta sana toxicidad que se nos escabulle en la memoria, del pedazo breve de eternidad que todos –sin distinción– llevamos dentro. ¡Ay, la vida, en su desnuda sencillez! No es casual que la palabra Vida esté en los títulos de su primer disco y en el más reciente. La Vida vista como paso del tiempo y sumatoria de experiencias: causa y efecto, grito y suspiro, principio y final.
No conozco muchos músicos que, tras dejar una huella incontrovertible en la cultura, asuman un punto de auto-exigencia que los lleve a reinventarse, escapando –incluso– de las sombras de sus propios clichés. Por fortuna, Santi es uno de ellos. Donde otros se han detenido a echarse fresco, dejando que su hoy viva de su ayer, él se lanzó a experimentar con las afinaciones de la guitarra, y sumó el piano a su legendaria armónica, enriqueciendo el entramado armónico de sus composiciones. Igualmente forzó los límites del diccionario, reformulando palabras y significados, en una búsqueda textual que, como sucedió desde sus inicios, sigue sin parecerse a la de nadie.
Trova del rocanrol, tango, bolero y folk, hippie despreocupado, padre orgulloso, a veces feliz, a veces atormentado, noctámbulo empedernido y musiquero, consecuente con su ideario personal, y ahora cincuentón atemperado, Santi está de vuelta. Catorce años después que sus canciones inauguraran, a guitarra limpia, este patio de yagrumas en la vieja Habana, regresa con otras musas e inquietudes, pero siempre con el fervor de quien se desgarra al cantar.
“Resumiendo: fue tan cerca llegar a este momento” que ahora solo queda recibir al trovador y su música en el mismo escenario por donde tantas veces ha pasado, invitado de invitados, cantando lo suyo y lo ajeno que también le pertenece. Seguro hoy estarán los mismos guiños cómplices de aquellos años, sumados a los nuevos con los que enriquece su arte, y, de paso, nos enriquece también. Con Santiago –y esa es otra suerte– siempre hay espacio para la sorpresa.
En una época de confusas certezas, de despistes y confrontación, de extravíos y definiciones, la canción de Santiago Feliú sigue siendo un antídoto necesario.
Humberto Manduley
Diciembre de 2012
Santiago Feliú
Nació en La Habana el 29 de marzo de 1962. Toca la guitarra de forma peculiar (a la zurda encordada a la derecha) desde los cinco años.
Su infancia transcurrió en un ambiente trovadoresco. Su padre y su hermano Vicente Feliú son compositores y a su casa asistían, entre otros, Silvio Rodríguez y Noel Nicola.
A los 14 años compuso sus primeras canciones que lo llevan a integrar, en 1978, el prestigioso movimiento de la Nueva Trova cubana. En este mismo año fundó un dúo con Donato Poveda.
En 1980 Silvio interpretó su canción “Para Bárbara” en el Concurso de Música Popular Cubana Adolfo Guzmán.
Durante los 80 participó en muchos festivales de la canción en Cuba y Europa. Silvio lo invitó a su gira por España y Sur América. En 1985 formó su banda y desde entonces ha actuado en numerosos países latinoamericanos y del viejo continente.
Tiene 11 discos editados y ha cantado a dúo con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú, Omara Portuondo, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Ismael Serrano, León Gieco, Fito Páez y Juan Carlos Baglietto, entre otros.
Su último disco Ay,la vida fue muy bien recibido por la crítica especializada.
Santiago da un giro revolucionario al género de la trova por medio de canciones en las que se elabora una guitarra más detallada que la que se usa normalmente como mero acompañamiento; una mezcla más homogénea, por así decirlo, entre la melodía y el esquema del texto. En su trabajo se destaca el tratamiento de los textos, en los que además de los temas sociales abundan tópicos como los sueños, el tiempo, la muerte y el amor.
Discografía:
Vida (1986)
Trovadores (1987)
Para mañana (1988)
Náuseas de fin de siglo (Estudio) (1991)
Náuseas de fin de siglo (En vivo) (1994)
Ansias del alba (Santiago Feliú y Vicente Feliú) (1997)
Futuro inmediato (1999)
Santiago Feliú en vivo (2000)
Entre otros (Noel Nicola junto a Santiago Feliú) (2002)
Sin Julieta (2002)
Ay, la vida (2009)
Una triste e inesperada muerte. En estos días que hemos hablado de malos gustos la muerte de Santiago Feliú nos recuerda que existen otra formas de expresarnos mucho mas poética e inteligente.
Al conocerlo, allá por el 85 en Argentina, su voz y su música me abrieron la puerta a un mundo nuevo, siento tanto su prematura muerte, inesperada, su espacio vació nos hace sentir huérfanos,