Iroel Sánchez
La corresponsal en Cuba de la agencia estadounidense AP, Andrea Rodríguez, es una de las periodistas de medios occidentales acreditados en La Habana que más respeto y en alguna ocasión me he referido elogiosamente a ella.
Sin embargo, no tengo suerte con mis respuestas a las preguntas que Andrea me envía. Si hace dos años quedaron en un despacho de AP únicamente dos líneas de mis largas respuestas sobre un encuentro de blogueros, ahora sólo veo dos palabras de mis contestaciones a sus interrogantes acerca de la segunda edición de Twitthab -efectuada en el parque Villalón de La Habana el pasado el pasdo 10 de mayo- y la presencia en ella del diplomático norteamericano Conrad Tribble. Partiendo de la experiencia anterior, Andrea se ocupó de advertirme cuando me envió sus preguntas de que AP no publica entrevistas de “preguntas y respuestas” pero sí le “gustaría gustaría conocer a cabalidad” mi opinión.
Mi opinión sobre la presencia del diplomático estadounidense en Twitthab ya la expresé en el post “La prueba de un fracaso“, donde utilicé parte de las ideas con que respondí el cuestionario de AP junto otros elementos que me parecieron interesantes en relación con Conrad Tribble y su presencia en ese evento. Pero leyendo el cable de AP que salió ayer -luego de once días de ocurrido el hecho que reseña- me llaman la atención tres aspectos sobre los que también quiero opinar:
- Todos los “tuiteros oficialistas” cubanos -como se les llama en el despacho- a quienes ella envió sus preguntas hablaron libremente con Andrea, a pesar de trabajar todos en instituciones estatales cubanas, mientras el tuitero libre Conrad Tribble, empleado del gobierno cuya política oficial es traer la libertad a Cuba, se negó a dialogar con AP. Puede preguntarse uno de qué lado está la libertad de expresión y también dudar sobre cómo el diplomático estadounidense quiere dialogar con los tuiteros si blogueros cubanos y no puede hacerlo con un medio de comunicación de su propio país.
- La persona que más habla en el cable de AP es Ted Henken, el “académico” que ofició de traductor y cicerone de Yoani Sánchez en su visita a Estados Unidos. Nada oficialista, por supuesto, aunque participe activamente de la ejecución del Plan Bush “para una Cuba Libre”, que mantiene aún en vigor el gobierno de Estados Unidos.
- La demora en la publicación -Andrea me había dicho se publicaría la semana pasada- y el pie de firma del corresponsal en inglés de AP en La Habana, Peter Orsi, con el agregado de “la reportera de AP Andrea Rodríguez colaboró en este despacho” me hace sospechar de una larga negociación en la edición del cable más allá de la buena voluntad y la profesionalidad de la reportera.
En cuanto a la evolución de la relación entre AP y yo me recuerda aquella canción de Juan Carlos Baglietto sobre la censura en que los versos desapareciendo línea a línea hasta quedar sólo en dos letras:
La censura no existe, mi amor,
oh, oh, oh, oh, oh, oh.
La censura no existe, mi amor,
oh, oh, ah, ah.
La censura no existe, mi amor,
oh, oh.
La censura no existe mi amor.
La censura no existe, mi…
La censura no existe…
La censura no…
La censura…
La…
Siguiendo la teoría de las series matemáticas -dos líneas, dos palabras…- que alguna vez estudié, preveo que de mis próximas declaraciones a AP sólo se publicarán dos letras. Aquí les dejo las preguntas con las respuestas que envié y más abajo el cable de AP. Bon apetit.
Preguntas y respuestas con Andrea Rodríguez
P: ¿Crees que la presencia de Tribble fue inapropiada u odiosa? Desde tu perspectiva, ¿a qué crees que se debe su presencia allí?
R: Lo de Tribble fue una provocación. En mi opinión, la presencia de ese representante del gobierno de EU en un espacio como ese es la prueba del fracaso en su estrategia de crear interlocutores entre los usuarios cubanos de Internet y del desgaste y total descrédito de instrumentos fabricados para ello como Yoani Sánchez o Estado de SATS. Ya no les sirven los intermediarios, como quisieron hacer en la primera edición de Twitthab, y ahora tratan de reventarlo interviniendo directamente y ver si de paso pescan algo.
P: ¿Podrías comentar un poco cómo estuvo el evento y de qué se trataba?
R: No estuve en el evento. Su convocatoria, realizada por mi amigo Alejandro Cruz desde su blog Cubano 1er Plano, decía: “la principal motivación es crear una vez más un espacio fuera de la virtualidad, y se espera poder compartir fuera de la blogosfera y así crear nuevas relaciones, intercambio de ideas, que nos permita conocernos no solo físicamente sino también espiritualmente”.
P: En el video se ve que la gente oye al diplomático respetuosamente y èl habla precisamente de la necesidad de hacer énfasis en los puntos en común como el beisbol o la cultura. ¿Crees que esta aparición podría fomentar un espacio de de diálogo?
Varios blogueros presentes allí escribieron después sobre ello, burlándose de que Tribble los quisiera tomar por tontos, diciéndole ¨muchachos vamos a ser amigos” como escribe Carlos Alberto Pérez en La Chiringa de Cuba. Y es que hay que creernos muy tontos para, representando oficialmente al gobierno que nos estrangula esconómicamente y ampara a los terroristas que han actuado contra Cuba, llegar y decir a un grupo de personas: “vamos a hablar de béisbol y de cultura” y uno crea que tiene delante a la Madre Teresa y no a un operador del estado que tiene como política oficial el derrocamiento del sistema político social que respalda la mayoría de los cubanos. Con mucha razón, varios de los participantes le han recordado a Tribble, al reseñar lo ocurrido, la doctrina del soft power. Muy lindo tenerte agarrado por el cuello y decir “vamos a iniciar un diálogo” sin aflojar el bloqueo, acusándonos de terroristas y prohibiéndole a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba. ¿Qué es eso de que podría dialogar sobre Los Cinco “pero no ahora”, cuando ya van para quince años de injusta condena?¿Si quieren diálogo por qué no dejan venir a los norteamericanos a dialogar libremente aquí o dan las visas para que todo cubano que quiera pueda viajar a Estados Unidos?¿O el diálogo tiene que ser sólo de Tribble con los tuiteros y blogueros cubanos, para los que, oh casualidad, Estados Unidos tiene una estrategia respaldada con millones de dólares?¿Qué pasa si un diplomático cubano se aparece en un encuentro de Occupy Wall Street y dice que quiere iniciar un diálogo a pesar de que no es Cuba la que bloquea a Estados Unidos ni tiene un presupuesto para el “cambio de régimen” en el país del Norte?
Cable de AP
El encuentro en una soleada plaza de La Habana fue casi revolucionario para la revolución cubana. Y también para la diplomacia estadounidense.
Decenas de jóvenes blogueros y tuiteros se reunieron para hablar de su lugar en una sociedad socialista cuyos líderes han descrito a la internet como un “potro salvaje” a la que hay que domar y a la que deben tener acceso unos pocos.
Entre ellos había algunos ardientes defensores del sistema comunista de los hermanos Fidel y Raúl Castro. Y también asistió una persona a la que muchos consideran su principal enemigo, un hombre de aspecto afable, cabello canoso, con sandalias, khakis y una camisa hawaiana.
Desde su llegada a la Sección de Intereses de Estados Unidos hace nueve meses, Conrad Tribble ha pasado a ser tal vez su principal tuitero y ha dialogado con algunos de los críticos más acérrimos de Washington.
Por años, la Sección de Intereses, que hace las veces de embajada extraoficial en vista de que no hay relaciones diplomáticas entre los dos países, ha tratado de entablar contactos con blogueros y tuiteros disidentes, que los líderes cubanos y sus simpatizantes cibernéticos describen como “mercenarios”.
Por ello la presencia de un diplomático estadounidense en el encuentro del 10 de mayo entre tuiteros oficialistas generó una mezcla de alarma, recelo e incluso confusión.
“Se imaginan, la Sección de Intereses compartiendo (confraternizando) con blogueros revolucionarios… ¿Qué estaremos haciendo mal”, comentó un tuitero que se presenta como Yohandry Fontana.
Tribble escuchó mayormente por una hora lo que decían los demás sobre los problemas para entrar a la red en el país que tiene la conexión con internet más débil del Hemisferio Occidental.
Un corto video de él hablando durante el encuentro que circuló en blogs cubanos y fue tuiteado por la cuenta oficial de la Sección de Intereses muestra una charla en la que brilló por su ausencia la encendida retórica que caracteriza las relaciones entre Washington y La Habana.
Tribble promovió la discusión de temas en los que los dos bandos están de acuerdo, como su pasión por el béisbol, y también de asuntos en los que difieren, como el caso de cinco agentes cubanos condenados a largas penas de prisión en Estados Unidos. El diplomático invitó a todos a seguir la conversación en Twitter.
Hay muchas cosas de Cuba que no se conocen afuera, dijo Tribble en el video, agregando que esperaba “tener la oportunidad de participar en un diálogo”.
Tribble, el número dos de la misión estadounidense, Desistió de ser entrevistado porque no tiene la autorización del Departamento de Estado. Pero todos los días hace una docena de comentarios sobre todo, desde las noticias de Cuba hasta su querido club de fútbol Bayern Munich.
Su trato con las personas que critican a Estados Unidos es a menudo insólitamente cordial.
Cuando Elaine Díaz, profesora de la Universidad de La Habana y autora de blog Polémica Digital, se quejó de que no le dieron una visa para participar en una conferencia de la Asociación de Estudios de América Latina en Washington a fines de mayo, Tribble dijo que estudiaría el tema.
Dos días después, la mujer le agradeció a la Sección de Intereses por haber reconsiderado su postura y haberle dado la visa. “Me alegro mucho por usted”, le escribió Tribble.
El estadounidense no se queda callado ante ataques que considera se pasan de la raya.
Cuando Yohandry Fontana dijo en broma que a la bloguera disidente Yoani Sánchez no le caería bien el nuevo líder del parlamento cubano porque “no fue propuesto por Washington”, Tribble respondió: “No hemos propuesto a nadie”.
“Pero sí notamos k el mismo día arrestan a muchos cubanos críticos. Democracia?”.
En Cuba la internet es uno de los pocos instrumentos que tiene un diplomático estadounidense para dar a conocer lo que tiene que decir, aun tomando en cuenta que relativamente pocos cubanos tienen acceso a la web. El estado y el Partido Comunista controlan casi todos los medios de prensa y rara vez mencionan a los enviados estadounidense, a menos que sea para acusarlos de conspirar con los enemigos de Cuba.
Y Washington está deseosa de llegar a una audiencia más diversa, como se pudo ver en un cable diplomático difundido en el 2010 por Wikileaks que describía a la pequeña oposición que hay en la isla como gente anciana, inefectiva, consumida por riñas internas y ajena a los asuntos del resto de los cubanos.
“Creo que es una gran idea”, expresó Ted Henken, sociólogo del Baruch College de Nueva York que trabaja en un libro sobre los medios sociales en Cuba. “Probablemente sea más importante para el gobierno estadounidense y sus representantes diplomáticos estar en contacto con la gente con la que no está de acuerdo en la mayoría de las cosas”.
En el video Tribble dijo que lo que lo impulsó a participar en el encuentro fue la curiosidad acerca del uso que hacen los isleños de Twitter. Pero hay quienes tienen teorías más cínicas.
El periodista y bloguero Iroel Sánchez, que no participó de la reunión, sostuvo que su presencia había sido una “provocación”. En el blog La Chiringa de Cuba, Carlos Alberto Pérez escribió que los funcionarios de la Sección de Intereses se equivocan si piensan que a través de “la mentira, el acoso y la subversión a los jóvenes que coexistimos en la red llegará a florecer una sincera amistad o relación de ningún tipo”.
Cuando Tribble le envió un correo electrónico a Pérez dándole garantías de su buena fe, el cubano le respondió en un tono más moderado y lo invitó a seguir debatiendo en la red.
Cuba y otras naciones latinoamericanas afirman que Estados Unidos libra una “ciberguerra” a través de Twitter y otros medios con la que buscan ganar influencia en todo el mundo. La Habana pone como ejemplo la Primavera Arabe y asegura que nada como eso puede pasar en Cuba.
Apenas un 2,9% de los cubanos dicen tener acceso a la web, según estadísticas del gobierno. Pero se cree que el porcentaje es levemente mayor. La retórica oficial, en todo caso, parece estar adoptando una actitud más abierta.
“Hoy con el desarrollo de las tecnologías de las informaciones, de las redes sociales, de la informática y de la internet, prohibir algo es una casi quimera, imposible, no tiene sentido”, expresó recientemente el vicepresidente Miguel Díaz Canel. “No tiene sentido. Constantemente tenemos que estar dialogando”.
Alejandro Cruz, uno de los organizadores del encuentro de tuiteros, dijo que le había sorprendido la presencia de Tribble. Pero “era un espacio abierto, libre y a todo aquel que pidió la palabra le fue dada. Creo que solo intentó dar un mensaje soft power, algo así como, muchachos no se preocupen, no somos malos aunque lo parecemos porque los tenemos bloqueados hace más de 50 años”.
El viernes pasado el ex diplomático cubano Carlos Alzugaray escribió una carta publicada en el blog de Cruz en la que decía que era posible, e incluso productivo, mantener un diálogo respetuoso con algunos diplomáticos estadounidenses.
“Abrirle las puertas al señor Tribble es un paso inteligente, cortés y apropiado. La respuesta no puede ser el silencio. Si el señor Tribble quiere saber cómo pensamos los cubanos de todas las tendencias y opiniones, recibirlo y escucharlo nos fortalece, no nos debilita”, escribió Alzugaray.
“Aunque hay sobradas razones para desconfiar, no se pierde nada con darle el beneficio de la duda”, acotó.
Desde el encuentro Tribble sumó al menos una docena de nuevos seguidores en Twitter que parecen ser procastristas. Algunos le escribieron para agradecerle el haber asistido a la reunión. Uno se mostró encantado de que también le guste el Bayern Munich.
Henken dijo que tuitear con opositores y conocerlos en persona puede ayudar a civilizar el tono del debate.
“Pone a esa gente en el candelero, por así decirlo. La persona que está con ellos en la plaza, con sus sandalias y camisa hawaiana, es otro ser humano, que habla español y quiere escuchar lo que dicen”, manifestó Henken. “Eso debilita la idea del lobo enemigo al que no le interesa lo que tenemos que decir”.
La reportera de AP Andrea Rodríguez colaboró en este despacho.