Cuba, mentiras mediáticas y derechos humanos(III)

 
Ángel Guerra Cabrera
Ángel Guerra Cabrera

Ángel Guerra Cabrera

El bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba es la violación más masiva, cruel y prolongada de los derechos humanos de un pueblo en la contemporaneidad. Suficiente para colocar al imperialismo de Estados Unidos en el número uno del ranking mundial del terrorismo de Estado. Encima, ha tenido la cara dura de acusar a La Habana por supuesto irrespeto a los derechos humanos.

Como si no fuera el genocida de Hiroshima y Nagasaki, de sus propios pueblos originarios, responsable de decenas de guerras de rapiña, el que invariablemente intenta desestabilizar a los gobiernos que no se le someten como la Venezuela chavista. Sin olvidar el campo de tortura de Guantánamo, que a siete años de la clausura prometida por Obama continúa su implacable labor en territorio cubano ilegalmente ocupado en el asalto de 1898.

Es infame la afirmación de que Cuba usa el bloqueo como pretexto para justificar su “fracaso económico” hecha en su espléndidamente financiado turismo político internacional por los mercenarios del imperio: blogueros, Damas de Blanco o “activistas de derechos humanos”. Doblemente infame que llamen a Washington a continuarlo.  No es gratuito que Espacio Laical, revista de la iglesia Católica cubana, les impute que “insisten en pedirle a importantes centros de poder en el mundo que desestabilicen al gobierno cubano, tomen medidas que pueden dañar fundamentalmente al pueblo de la Isla”.

Las revoluciones no son un paseo por un jardín. Además de ripostar a las agresiones de Estados Unidos y a las acciones de la contrarrevolución a él subordinada, la Revolución Cubana ha tenido que batallar por décadas contra la ignorancia y los estereotipos del capitalismo subdesarrollado y dependiente. Contra la misma ignorancia sobre cómo se construye el socialismo apuntada por Fidel Castro en su imprescindible discurso “de la Universidad”(2005). La ignorancia, en general, es una de las fuentes  del dogma, que conduce a cometer errores e injusticias.

Pero Cuba, a la vez que vencía esos obstáculos, fue capaz de crear un gran acumulado de cultura –en su más amplia acepción-, sólidamente cimentado en ideas y sentimientos de solidaridad y fraternidad. Ello es lo único que puede explicar la épica proeza de sobrevivir a la magna crisis económica y social ocasionada en los noventas por la desaparición  del aliado soviético y el recrudecimiento simultáneo del cerco yanqui. Ningún otro gobierno en el mundo hubiera logrado sostenerse y conservar el consenso social en una situación tan dramática.

Todavía el país resiente efectos de esa crisis, entre ellos una insuficiente productividad del trabajo, que afecta sensiblemente el poder adquisitivo de la población. El ciclo de cambios(actualización) de los últimos años se propone remontarlos y marchar a un socialismo “próspero”, como se proclamó este 1º de mayo en La Habana y en todas las ciudades del país. Imposible enumerar lo que se está haciendo para conseguirlo. Sólo cito algunos botones de muestra.

Casi toda la producción agropecuaria descansa ya en cooperativas de distinto tipo o en campesinos individuales. Alrededor de 175 000 cubanos han recibido en usufructo más de un millón 500 mil hectáreas de tierras ociosas desde 2008, ya casi todas en producción. Otros 400 000 han adquirido la condición de trabajadores por cuenta propia. De ellos, un 87 por ciento está sindicalizado y un 67 no tenía vínculo laboral. Todos reciben los beneficios de la seguridad social.

Se les ha otorgado creciente autonomía a las empresas y han surgido las cooperativas urbanas, en un proceso no exento de trabas y contradicciones que transfiere a los colectivos facultades antes reservadas al Estado.  Al sector de cooperativas agropecuarias formado por las antiguas granjas estatales se le ha eximido de impuestos por cinco años y condonado las deudas con el fisco. La llamada agricultura urbana, que no existía, da trabajo a alrededor de 300 000 personas y produce sin agroquímicos más de un millón de toneladas de  verduras al año, ahora complementada por 600 000 hectáreas de agricultura suburbana. Los bosques cubren más de 27 por ciento del territorio gracias a la política revolucionaria de reforestación. Cuba está entre los 15 países que la FAO homenajeará en junio en Roma como punteros mundiales en la lucha contra el hambre.

Pero la más importante contribución de Cuba a la causa de los derechos humanos es haber sentado las bases culturales de una civilización alternativa, fraterna, socialista.

Twitter: @aguerraguerra

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4 Responses to Cuba, mentiras mediáticas y derechos humanos(III)

  1. Antonio Urquiza says:

    La creencia de que todo se mide con productividad y eficiencia “administrativa” la han defendido hasta algunos “marxistas”. Hay que aprender mucho de la administracon capitalista , pero el fin de la economia NO puede ser capitalista. No hay nada mas desastroso que la economia mundial basada en la bolsa y las finanzas, con crisis que ya no son ciclicas sino permanentes. La eficiencia del sistema que Cuba ha tenido, basado en justicia, no es un problema de contabilidad y calculo economico, sino de quien gobierna y con que fines. Eso, a mi manera de ver, hay que cuidarlo, porque los tiermpos son de cambio, pero no pueden ser de tormentas para el pueblo.
    que es mas que suficiente la guerra economica de medio siglo para ahogarlo. Cuba tiene que hacer lo que tiene que hacer, pero nunca debera hacerlo por lo que diga el enemigo.

     
  2. Ivan says:

    Sin las mentiras mediáticas, USA no podría practicar la tiranía sobre el resto del mundo ni Cuba figuraría en el eje del mal por rebelarse contra ella. Vivimos en sociedades conducidas por poderosos instrumentos y técnicas de persuasión donde juegan con amplia ventaja las naciones que más invierten en ellos. ¿Qué necesidad hay de invadir naciones y reprimir a los pueblos si a los verdugos les resulta fácil manipular la conciencia de sus víctimas? Incluso en la Cuba culta, socialista, humanista, solidaria, soberana, pacifista, defensora de la igualdad y de los derechos humanos hay ciudadanos que han sucumbido al canto de sirenas de la tiranía imperial y que consideran el modelo pluripartidista y de libre mercado como paradigma de la democracia. Son estas mismas personas las que prefieren hablar de autobloqueo antes que de bloqueo genocida por parte de la mayor potencia de la Historia y las que confunden democracia con pluralismo de partidos y libertad de conciencia con libertad para transgredirlo todo, incluídos los derechos humanos y la libertad de conciencia de los demás (no hay un lugar en este planeta donde se manipule más la mente de las personas y con más perversas intenciones que allí donde existen los más sofisticados y poderosos medios de persuasión y donde la vida de las personas está al servicio de la maximización de beneficios).

    Creo que Angel Guerra Cabrera ha sido muy elocuente a la hora de poner de manifiesto con qué facilidad falsimedia es capaz de invertir los papeles de víctima y verdugo o de crear confusión entre plutocracia y democracia. La persuasión siempre fue el instrumento más sofisticado y eficaz de la clase dominante para la conservación de sus privilegios. Tras la II Guerra Mundial está resultando eficaz incluso contra los pueblos de otras naciones, de ahí que el neocolonialismo no necesite ir acompañado por la ocupación y el control directo del poder político a cargo de las grandes potencias. ¿Qué más evidencias necesitamos de que se está librando una guerra cruel en el terreno de la información donde la clase dominante juega con una amplia ventaja y las clases oprimidas ni siquiera han tomado conciencia de su papel de víctimas y del daño que les ocasiona la relación clientelar que mantienen con aquella? Hoy Cuba es el verdadero paradigma para las clases humildes del que tenemos mucho que aprender si aspiramos a la emancipación de la tiranía impuesta por la clase dominante capitalista.

     

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