Javier Couso
Hace poco nos desayunábamos con otro exabrupto de un alto mando del ejército español [1]. Ni más ni menos que todo un General de División que, aprovechando una tribuna cuartelaria, lanzaba una soflama al más puro estilo del franquismo fascista.
Cada vez que oigo hablar del concepto de patria que profesan los oficiales superiores de tendencia franquista me hierve la sangre.
Porque sus galones y su ascenso en el escalafón se produjeron en el entorno de una maquinaria militar que a partir de 1939 se dedicó a asesinar sistemáticamente a la mitad de la patria, de su supuesta patria.
Bigotillos recortados del muera la inteligencia que usurpan y sustituyen el concepto de pertenencia por el del totalitarismo militarista. La patria son los míos, los que piensan como yo. Los demás son eliminables.
Asesinos en serie contra su propio pueblo compartiendo hazañas con los genocidas argentinos que robaban bebés, saqueaban haciendas, torturaban hasta la muerte o tiraban desde el aire a los pobres narcotizados que no cabían en su patria.
General de División que debería usar un uniforme de SS, negro como su alma de cobarde, de bravucón ignorante y patriotero. Fuerte con sus compatriotas, débil con sus amos.
Señores tan patriotas que luego mueven la colita y babean cuando ricos o banqueros les lanzan un hueso, cuando sus jefes gringos ocupan su tierra en indignas bases extranjeras o cuando mandan a morir a sus subalternos para defender los intereses estadounidenses bajo bandera de un conveniente antiterrorismo como excusa habitual.
Felices patriotas de toros y hamburguesas, comprados bien baratos con cursos en Fort Bragg, prebendas caninas para perros de presa, sin patria pero con amo.
Qué indignado se muestra el señorito con la posible celebración de una consulta. Se puede estar de acuerdo o no, pero nada dicen estos patriotas de la entrega de la soberanía de su sacrosanta patria a los poderes financieros. Nada sobre el expolio sistemático por los ricos de los sectores estratégicos de su nación. Mudos ante la expulsión al paro y la pobreza de millones de compatriotas.
Es cierto, los militares no deberían hablar, pero dan asco los que hablan selectivamente. Los que entienden la patria con los estandartes del totalitarismo al servicio de amos y patrones. Nada del bien común. Nada de la soberanía del pueblo. Ningún respeto por los ciudadanos a los que deben servir y guardar.
Sí, nos hace falta un ejército libre de militares franquistas adoradores del culto faccioso. Militares que sean del pueblo y sirvan al pueblo. Oficiales y Jefes que no sean “fans” de Estados Unidos [2] y que, además de las fronteras, defiendan la soberanía de su país frente al exterior y la soberanía de su pueblo frente a los poderes económicos.
Solo así, con unas Fuerzas Armadas limpias de rebabas fascistas y una Constitución que resguarde la soberanía popular, dejaremos de temer a nuestro propio ejército.
[1]: «La patria vale más que la democracia»
[2]: «La embajada considera a los oficiales clave “fans” de EE UU»
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Somos muchos los españoles que como a Javier nos hierve la sangre cuando oimos hablar a esos militares franquistas!!.
Totalmente de acuerdo con la última frase.
para leer (con el estomago recio)
http://www.arriba-lfu.com/2010/07/la-division-azul.html
asi es el cuartelero “patriota” …. se orgasma con sus parientes nazis y asi se lo transmite a mandos y tropa ……. y asi es el “glorioso” ejercito español con generales de este jaez ….y ojo , no se pierdan que uno de sus destinos con mas exito fue en la zarzuela …..
¡¡Pobres diablos!! Apenas un puñado regresó de Rusia. Creyeron que sería un paseo……..
Pues, acá, en el Uruguay, pasó y pasa otro tanto. “Nuestro propio ejército”, fungió, durante la era condor, de ejército de ocupación de su propio país…..
Y ya vemos con el estropicio que hizo la Suprema Corte de Injusticia de mia país, para con la Jueza Motta y la maldita ley de impunidad…..
El huevo de la serpiente, parió un serpentario, que sigue vivito y coleando….
Todavía tenemos los pinochetitos, los videlitas, los goyitos y los bordaberry, medrando en nuestras tierras, agazapados, esperando, para cuando les den la orden, del próximo zarpazo….