Luis Miguel Rosales
Hace unos días escribía en este mismo sitio sobre el trabajo subversivo que desarrollaba contra Cuba la institución pantalla de la CIA nombrada Freedom House. Vuelvo a animarme a escribir sobre el tema a partir de una reciente publicación del periodista norteamericano Tracey Eaton en su blog “Along the Malecon”.
Eaton en su trabajo titulado “La USAID esconde el camino del dinero (http://alongthemalecon.blogspot.com/2012/05/usaid-hides-money-trail.html) donde reseña la ¿publicación? por parte dela USAID de un programa de Freedom House contra Cuba.
Y cuestiono el que sea “una publicación” dado que los principales elementos del programa están tachados con tinta negra. Es incuestionable que a Freedom House, no le interesa que se conozca qué trabajo desarrolla en Cuba y quiénes se benefician con los fondos que destinan a este trabajo y esto es exactamente lo que está tachado en el documento.
En esencia, se trata de un programa por un monto de 1,47 millones de dólares, desarrollado entre septiembre de 2007 y junio del 2009, desarrollado por Freedom House enla Isla y encaminado a promover acciones contra la soberanía cubana. Estos fondos provenían de la Oficina de Iniciativas para la Transición (OTI, por sus siglas en inglés) y perseguían promover el uso de las nuevas tecnologías para promover la “transición en Cuba”, o sea, el derrocamiento dela Revolución cubana, en un contexto en que consideraban se estaban creando las condiciones para ello.
La OTI, que también destina cuantiosos recursos para promover acciones hostiles contra los gobiernos progresistas de Hugo Chávez (Venezuela), Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia) inauguró su programa Cuba en el año 2007 y uno de los primeros beneficiados de los fondos de esta oficina fue Freedom House, institución que en septiembre de 2007 recibió un total de 1 millón de dólares, incrementados con 477 013 dólares en el año 2008.
En total fueron 1 477 013 dólares, destinados a conectar a grupos de la contrarrevolución interna con instituciones en la región y apoyar a las iniciativas de medios de comunicación independientes encabezados por jóvenes. Ya aquí mencionaban a la Generación Y, mismo nombre del blog del “engendro” Yoani Sánchez y se referían al debate entre un joven estudiante de la Universidadde las Ciencias Informáticas (UCI) y el Presidente dela AsambleaNacionalRicardo Alarcón. ¿Será casual que ese joven, Eliécer Ávila, se quiera convertir hoy en una naciente estrella del “movimiento opositor cubano”? ¿Lo estarían promoviendo desde ese momento?
En un principio el programa de la USAID/OTI a través de Freedom House estipulaba que no se podían utilizar estos fondos para financiar a grupos o personas dentro de Cuba. Sin embargo, al parecer, por las presiones y controversias respecto a la cantidad de fondos que llegaban a Cuba y la escalada de la subversión, reformularon el programa para permitir que el dinero llegara a “opositores” y grupos contrarrevolucionarios enla Isla.
A pesar de ello, la USAID se niega a decir quién o quiénes recibieron este dinero en Cuba y cuál fue su trabajo en pos de promover la “transición pacífica hacia la democracia en Cuba” . Basado en los elementos secretos de estos programas, se plantea que “teniendo en cuenta la sensibilidad política del programala USAID no requerirá ninguna atribución a la USAID o al gobierno norteamericano en ningún material que se distribuya dentro de la isla”. Es decir, nada de lo que se distribuya dentro de Cuba como parte de este programa puede llevar ningún logo o mensaje que lo relacione con la USAID o con cualquier otra agencia del gobierno norteamericano.
Incluso, aunque la OTI tiene un programa integral dirigido a promover la subversión en Cuba, en su sitio Web (http://www.usaid.gov/our_work/cross-cutting_programs/transition_initiatives/), según Tracey Eaton, no aparece ninguna referencia a nuestro país. Es más, si usted solicita una búsqueda con la palabra “Cuba” esto es lo que saldrá en su pantalla:
De ahí que el contribuyente norteamericano no podrá nunca conocer en qué se utiliza realmente su dinero, por lo menos en lo que respecta al trabajo contra Cuba.
Algunas preguntas serían interesantes para promover un debate posterior: ¿Cómo se teje la cadena CIA – USAID – Freedom House que obliga a compartimentar la información sobre el dinero que va a la Isla? ¿Cómo se engaña al contribuyente norteamericano en lo que a Cuba respecta? ¿Por qué se siguen despilfarrando millones de dólares del contribuyente norteamericano para promover la contrarrevolución cubana? ¿Cuáles son los derechos de información del contribuyente sobre el uso de su dinero? ¿Cuál es la sensibilidad política que tienen estos programas?
Si Freedom House supuestamente desarrolla abiertamente su trabajo en “función de promover los derechos humanos en el mundo”, ¿por qué en el caso de Cuba este trabajo es secreto? ¿Al igual que cualquier nación soberana no tiene derecho Cuba a protegerse de programas ilegales? (Tomado de Miradas encontradas)