José Luis Fariñas
Un exergo del músico cubano Roberto Valera da inicio a este poema del maestro José Luis Fariñas que acompaña su acuarela “No hay respuestas”.
Contacto inarmónico
En una fiesta de San Juan me quemaron
mi tambor de hojalata.
Roberto Valera
El hongo y el milagro no se alejan,
es tarde por completo,
de mañana y de noche
y en cualquier otro tramo de la muerte.
Es tarde todo el tiempo,
en especial poco antes del amanecer
cuando lo que se separa y mira
se dobla inmediatamente
hacia la felicidad del olvido.
El espacio de la aguja no se arregla.
Nos quedamos por fuera de lo basal,
por fuera del abrazo y de las cosas esperadas,
pero los cortes fueron imprecisos.
Tampoco fue un espesor bermejo lo que salió del pan
ni fue tan seco el diluvio,
ni tan reversible la posguerra.
Así fue más fácil pasar la zona WZB,
con fajas de resina que no bastaban,
que no se quejaban como era preciso;
fue sencillo porque tenemos por corazón
una única piedra angular de sordera infiel
que no se deja dominguear con poca cosa,
piedra de clavos y de molinos de partida
que se levanta después de cualquier doce
llamando a capítulo al pelotón de la reserva,
esos queridos espinos hilanderos
por los que nadie sabe preguntar.
Sin embargo, señoras y señores
del esto y del aquello,
si se pegan aquí podrían escuchar su orden
con un grito bajito de roedor agonizante:
¡Calad machetes y a dormir!
IROEL, SANCHEZ ,
ME ENCANTA TU PAGINA, ES DE UN CONTENIDO DIRECTO Y LLENO DE INQUIETUDES HUMANOS EN POS DE UN MUNDO MEJOR.. GRACIA, POR PERMITIRME COMPARTIR CONTIGO ESTE DIARIO DE VOS DE LA VIDA,
NINOSKA NAIRUT NOGIV
Gracias, Ninoska por compartir conmigo tu buena fe. Un abrazo
¨La felicidad del olvido¨ me hizo recodar a Silvio en el día de su blog…
Réquiem
Silvio Rodriguez
Disfruté tanto tanto cada parte
Y gocé tanto tanto cada todo
Que me duele algo menos cuando partes
Porque aquí te me quedas de algún modo.
Ojalá nunca sepas cuanto amaba
Descubrirte los trillos de la entrega
Y el secreto esplendor con que esperabas
Tu reclamo de amor que ya no llega.
Anda, corre donde debas ir
Anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
Que los cisnes están vivos
Mi canto está conmigo
No tengo soledad.
Si uno fuera a llorar cuando termina
No alcanzarí
an las lágrimas a tanto
Nuestras horas de amor casi divinas
Es mejor despedirlas con un canto.
Anda, corre donde debas ir
Anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
Que los cisnes están vivos
Mi canto está conmigo
No tengo soledad.
Estupendo poema, de muy buen ritmo y discurso vallejiano. Felicitaciones al maestro Fariñas.
Gracias por compartírnoslo.
Abrazos,
José Valle