Yesibeth Rincón
El escritor venezolano Luis Britto García ha concedido esta abarcadora y muy actual entrevista que aparecerá en la Edición Especial Bicentenaria del Diario Panorama del 26 de julio de 2011.
-¿Qué tan independientes somos en términos de alimentación, producción, servicios…?
-La Independencia absoluta sería la autarquía, cosa que ningún pueblo en la tierra ha logrado. Pero desde hace décadas vengo señalando que Venezuela y América Latina tienen todavía que pelear nuevos Ayacuchos para librarse de otras tiranías: La tiranía de la Deuda Externa. La del latifundio. La de la dependencia económica, que nos condena a ser exportadores de materias primas o productos con poco valor agregado. La de la dependencia cultural. La de la dependencia tecnológica. La de la importación de alimentos, cada vez más grave ante la crisis alimentaria que depaupera el planeta. La de la amenaza estratégica de las bases estadounidenses en nuestro continente. La de la subordinación de nuestros contratos de interés público a las sentencias de tribunales o árbitros extranjeros como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre las Inversiones (CIADI). La dependencia de las reservas internacionales hacia el dólar o el euro, a pesar de que hemos diversificado las equivalencias, y su colocación en organismos foráneos que las pueden confiscar, como hicieron con las reservas de Libia.
-¿Cuáles metas puede celebrar Venezuela 200 años después y cuáles faltan por alcanzar?
-En varios artículos he analizado el cumplimiento por Venezuela de las llamadas Metas del Milenio, que fijó la ONU, y en verdad que nuestro desempeño es impresionante. la pobreza extrema baja de 42,5% en 1995 a 9,4% en 2007, y la relativa de 50,4% a 33,7%. La tasa de desocupación se situaba en 11 % en 1998, y desciende al 7,5% en 2009. El salario mínimo a partir de 100 en 1998 casi se decuplica en 1.224 para 2010, y con el añadido de cesta ticket alcanza a 2.199, magnitud veinte veces mayor y que rebasa el valor de la Canasta Alimentaria Normativa, que se sitúa en 1.270. El Índice de Gini de desigualdad en ingresos de los hogares desciende de 0,4865 en 1998 a 0,3928, lo cual nos convierte en el país con menor índice de desigualdad en la América Latina capitalista, y el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, que en 1998 nos situaba en 0,691, para 2007 nos eleva al Rango Alto de Desarrollo Humano con 0,878. La matrícula universitaria se duplicó de 894.418 educandos en 2000 a 2.109.331 en 2009. En Venezuela estudian 9.329.703 personas: uno de cada tres venezolanos. Vencimos el analfabetismo. Sin embargo, en poco más de una década no se han podido eliminar otros males de dos siglos. Persiste el latifundio. No tenemos soberanía alimentaria. No se ha podido desarrollar una economía no dependiente de los hidrocarburos. No hemos reducido sustancialmente el monto de la Deuda Externa. Castigamos a nuestros sectores más pobres con el tributo neoliberal del IVA, mientras exoneramos a transnacionales y empresarios extranjeros de pagar impuestos mediante los Infames Tratados contra la Doble Tributación. Hemos rechazado la instalación de bases militares extranjeras, pero una persistente infiltración paramilitar atenta contra nuestra soberanía. Todavía sometemos nuestros contratos de interés público a la sentencia de jueces y tribunales extranjeros, como si Bolívar no nos hubiera dado la independencia.
-Venezuela es un país joven ¿cómo vislumbra la madurez de Venezuela y el continente?
-Vislumbro a Venezuela integrada en una Confederación de Estados Latinoamericanos y del Caribe con indestructibles vínculos económicos, sociales, políticos, estratégicos y culturales, que protege sus recursos naturales y los aprovecha en una economía fundada en la preservación, la conservación y el reciclaje. Esta Confederación domina el 60% de las aguas dulces del planeta, el 80% de su biodiversidad y gran parte de sus reservas energéticas y minerales; rige canales interoceánicos en Centroamérica, tiene una moneda única para sus intercambios y se comunica en brasiñol, lengua mixta entre español y portugués del Brasil. Este bloque es una sociedad del conocimiento que privilegia el logro de sus objetivos mediante tecnologías no destructivas y energías alternativas y se gobierna con un sistema socialista que ha logrado sobrevivir al colapso civilizatorio de la crisis financiera, ecológica y militar del capitalismo. Hacia él vuelve los ojos el mundo como modelo económico que permite sobrevivir al progresivo agotamiento de la energía fósil. La integración de su infinita diversidad produce un riquísimo Renacimiento que abarca todas las manifestaciones de la cultura.
-En estos 200 años si tuviera que definir tres momentos históricos que marcaron la vida nacional ¿cuáles serían?
-Obviamente, la batalla de Carabobo, que acaba con el dominio de la monarquía española. La batalla de Santa Inés, que quiebra la dominación de la oligarquía y la obliga a la larga a transar con los liberales en el Pacto de Coche. Y como los tres mosqueteros en realidad son cuatro, me atrevo a señalar otros dos: la nacionalización de la industria petrolera, y la batalla para evitar la privatización de PDVSA entre 2002 y 2003.
-¿Cómo es el venezolano bicentenario?
-La rebeldía del venezolano forma parte de nuestra cultura, heredada en parte de la sociedad sin clases y sin jerarquías de los caribes, en la cual sólo se respetaba la competencia demostrada. Pero también vinieron muchos andaluces, al extremo de que el Oriente de lo que hoy es Venezuela fue llamado Provincia de la Nueva Andalucía. Los andaluces son proverbialmente irrespetuosos con la autoridad.-De las Repúblicas de Venezuela, desde la Primera hasta la Quinta, ¿qué cosas resaltaría y qué cosas criticaría?
-Durante la segunda mitad del siglo pasado los grandes partidos que fueron los ejes de la vida política de nuestros países terminaron derechizándose, entregándose al neoliberalismo y en consecuencia perdieron el apoyo de las masas y hoy muchos de ellos sólo existen formulariamente. Así pasó con el Justicialismo argentino, con el PRI mexicano, con el APRA peruano, con AD y Copey en Venezuela. En muchos de nuestros países los dejaron atrás los movimientos sociales, que derrocaron gobiernos y exigieron una renovación total de la vida política. Por eso ahora en América Latina la mayoría de los presidentes son izquierdistas, o por lo menos progresistas. Así sucede con Cristina Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Dilma Roussef en Brasil, Raúl Castro en Cuba, Rafael Correa en Ecuador, Leonel Fernández en República Dominicana, Álvaro Colom en Guatemala, Daniel Ortega en Nicaragua, Fernando Lugo en Paraguay, Ollanta Humala en Perú, Mauricio Funes en Salvador, José Mujica en Uruguay, Hugo Chávez Frías en Venezuela. Yo creo que la salvación de América Latina y el Caribe está en la sincronización entre sus movimientos sociales, sus partidos y sus gobiernos.
-¿Cree posible la unidad pese al mercado y la globalización?
-Juan Domingo Perón dijo: “El siglo XXI nos encontrará unidos o colonizados”. Pues la unión es posible, como lo demuestran el Mercosur, Unasur, el ALBA, la Celac. Y se pueden tener excelentes y productivos intercambios comerciales con todo el planeta sin dejar de proteger las industrias y productos nacionales o regionales. Estados Unidos, Canadá, los países europeos y asiáticos protegen sus economías. No veo por qué no podemos hacerlo nosotros.
-¿Cuál es la importancia que tiene un organismo como la Celac y qué importancia tiene que su nacimiento sea en Caracas?
-Desde los tiempos del Congreso Anfictiónico de Panamá los latinoamericanos esperamos un gran organismo regional sin la presencia de Estados Unidos y de Canadá, cuyos intereses han sido antagónicos con los de latinoamericanos y caribeños. De hecho, durante el siglo pasado Estados Unidos promovió y tuteló los dos más importantes órganos de integración regional, la Unión Panamericana y la Organización de Estados Americanos. Desde ambos legitimó sus intervenciones armadas contra nuestros países. Pero ahora la Celac significa la inmensa unión de 38 países americanos y comprende 550.018.000 habitantes distribuidos en 20.446.902 kilómetros cuadrados: la inmensa mayoría del territorio, la población y los recursos de América. Tenemos con qué decidir y mantener políticas verdaderamente independientes.
-¿Qué significa que la cumbre de la Celac se realice en el país?
-Para mí, significa el reconocimiento de los esfuerzos de Venezuela por la integración latinoamericana independiente con su decidida oposición al ALCA y su participación en el Mercosur, en Unasur, en el ALBA y ahora en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. (Tomado del blog de Luis Britto García)
Gracias, me llenan de mucho esperanza. No solo para América Latina sino para el mundo enterno que suffre del capitalismo.
con cariño desde muy lejos
Boris