Iroel Sánchez
“La industria tecnológica atraviesa una ola de innovación y el fenómeno que la dirige es un cambio hacia la nube”, ha dicho Steve Ballmen, presidente ejecutivo de Microsoft en declaraciones que publica BBC Mundo. El sitio web aclara que “la nube es la manera en la que se describe a todos los servicios informáticos que no se encuentran alojados en una computadora, de escritorio o una laptop, sino que “viven” en Internet, en servidores alojados por el mundo”, para argumentar más adelante que: “los defensores de la computación en la nube aseguran que este modelo informático ofrece grandes ventajas. La más importante, afirman, es que reduce los costos al no requerir licencia de software instalado en computadoras, al tiempo que disminuye la necesidad de comprar más hardware y contratar personal de soporte técnico”.
Bonito futuro que es presente, porque muchas aplicaciones ya están disponibles en “la nube”, incluso –a diferencia de los productos de Microsoft- de manera gratuita. Es posible hacer una larga lista con servicios de Adobe, Google, Mozilla y otros que se pueden obtener así. Pero a todas estas compañías las une algo más, por encima de su presencia en los cielos de la Red, y es el respeto por el gobierno de los Estados Unidos, que es dueño bajo las nubes, aquí en la tierra. En virtud de ello hacen dos cosas: abren “puertas traseras” para el espionaje de las agencias federales norteamericanas y paralelamente, limitan el acceso desde los países considerados “terroristas” por Washington. Lo saben bien los programadores cubanos a los que -en virtud de las prohibiciones norteamericanas- no se les permite acceder ni a repositorios de código abierto como Sourceforge.
El camino al futuro pasa inevitablemente por “la nube”, sin embargo, los mismos que la promueven conocen de sobra que no permiten a todos trabajar en ella. Si hubiera comenzado este post diciendo que a los cubanos se les niega el futuro algunos dirían que es una consigna, algo viejo y retórico, pero si es verdad lo que dicen BBC y el ejecutivo de Microsoft, resulta obvio que a quienes viven en la Isla se les trata de perpetuar en el pasado, impidiéndoles el accceso a instrumentos imprescindibles para el desarrollo económico y social.
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