En diciembre pasado el periódico español El País ocultó la presencia del Consejero Delegado de PRISA -grupo mediático al que pertenece ese diario- en un almuerzo con el subsecretario de Estado de EE.UU. para América Latina en tiempos de Bush. Ese encuentro ocurrió a fines de Abril de 2008 y en él se abordaron temas relacionados con Cuba, México, Colombia y Argentina; sin embargo lo que no se sabía era que ese mismo mes en La Habana el Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos cenaba con el corresponsal de El País en Cuba, Mauricio Vicent.
En un cable recién revelado por Wikileaks, Michael Parmly, máximo representante de EE.UU. en Cuba, comenta un artículo de Mauricio Vicent sobre la política migratoria cubana y lo describe como “el mejor informado” de los corresponsales extranjeros acreditados en la La Habana, agregando que: “Vicent es bien conocido por la SINA (él fue un invitado a cenar en la COMR [residencia del jefe de la SINA] a principios de este semana, donde mostró una curiosidad natural en materia migratoria) y ha demostrado ser fiable en informes anteriores sobre inminentes ‘cambios’ de Raúl [Castro].”
Desde fines del año 2010 El País ha tenido acceso a todos los cables del Departamento de Estado en poder de Wikileaks pero no había hecho referencia a este despacho ni tampoco a otros que describen las relaciones de los funcionarios norteamericanos en Cuba con las actividades de personas vinculadas a PRISA como la bloguera Yoani Sánchez, muy presente en los despachos de Vicent y que ha devenido colaboradora habitual del diario.
El diario madrileño acusa por estos días al gobierno cubano de percibir “la verdad como amenaza” por no renovar la acreditación de su corresponsal en Cuba pero a pesar del tiempo transcurrido desde diciembre de 2010, todavía los lectores de El País no se han enterado de que el poderoso Juan Luis Cebrián almorzaba con el coordinador de la política de George W. Bush para América Latina, una de cuyas principales misiones era el acoso político, económico y mediático a la Isla. Es muy probable que tampoco se enteren nunca que casi al mismo tiempo de aquel almuerzo en Madrid, el representante de Bush en La Habana compartía con el para él “bien conocido” representante de Cebrián en la Isla.
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