Néstor García Iturbe
De acuerdo con un artículo publicado en el New York Times el día 2 de septiembre, escrito por el periodista Rod Norland, durante un tiempo existieron magníficas relaciones de cooperación entre la CIA, el MI-6 y el Servicio de Inteligencia Libio, lo cual se refleja en varios documentos ocupados en la oficina del Jefe del Servicio de Inteligencia de Gaddafi.
La cooperación llegó a tal grado que en ocho oportunidades la CIA envió a Trípoli sospechosos de pertenecer a grupos” terroristas” para que los libios los interrogaran. Gracias a esto, la CIA recibía la información y no eran ellos los que aplicaban la tortura. Un arreglo muy beneficioso para a lo que se prestaba el Servicio de Inteligencia libio.
En cuanto al MI-6, entre otras actividades conjuntas, se plantea abiertamente que cooperaron con la Inteligencia Libia en la intercepción de llamadas telefónicas, cuyos resultados entregaban a los libios.
Cuando el periodista trató de buscar confirmación sobre estas acciones, uno de los voceros de la CIA, nombrada Jennifer Youngblood no quiso hacer comentarios sobre los documentos encontrados, sin embargo dijo que “No podía sorprender a nadie que la Agencia Central de Inteligencia trabaje en coordinación con gobiernos extranjeros para proteger el país del terrorismo y otras amenazas mortales”. La Oficina Británica del Exterior solamente planteó que “Es una política gubernamental establecida por años el no hacer comentarios en asuntos de inteligencia”.
La mayoría de los documentos encontrados cubren del 2002 al 2007 cuando Moussa Koussa estaba al frente de la organización de seguridad. Moussa ocupó recientemente el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores. Dentro de los documentos se encontró uno donde la CIA remite 89 preguntas para incluir en el interrogatorio de uno de los detenidos que fueron llevados a Libia.
El arreglo no era solamente beneficioso para la CIA, pues también la seguridad libia recibía sus beneficios. En uno de los documentos se habla, al igual que se había hecho en el pasado con otros miembros del Grupo Libio de Resistencia Islámica, de la entrega a las autoridades libias de Shaykh Musa, cuyo objetivo era el derrocamiento de Gadafi y la CIA sospechaba tenía vinculaciones con Al qaeda.
Cuando Libia solicitó la localización y entrega de otro miembro del grupo, llamado Abu Abdullah al-Sadiq, recibieron la respuesta de que harían lo mejor posible por localizarlo y agregaba en el documento el oficial de la CIA “estamos en la mejor disposición de desarrollar esta relación en beneficio de ambos servicios”.
Dos días después el oficial de la CIA envió un fax a los libios planteando que Sadiq y su esposa, que estaba en estado, tenían planificado volar al interior de Malasia y las autoridades del lugar estuvieron de acuerdo en incluirlos en un vuelo de British Airways con destino a Londres que hacía escala en Bangkok donde, según escribió el oficial de la CIA “Ellos tendrían control de la pareja y los pondrían en un avión para que los llevara a Libia”.
Sadiq era el seudónimo de Abdel Hakim Belhaj, que en la actualidad es uno de los principales dirigentes de los “rebeldes” libios. Hace pocos días Belhaj confirmó todo lo que plantea el documento y además agregó que cuando llegaron él y su esposa a Bangkok había sido torturado por dos oficiales de la CIA.
En una ocasión, la inteligencia libia quería enviar un avión libio a Hong Kong, para extraditar a un miembro del Grupo Libio de Resistencia Islámica llamado Abu Munthir, el cual se encontraba retenido con su esposa e hijos debido a irregularidades en sus pasaportes.
Las autoridades de Hong Kong no quisieron permitir que un avión libio aterrizara en su aeropuerto, de ahí que en un documento clasificado “Secreto/ Solamente para Estados Unidos/ Excepto Libia” se recomendaba a los libios alquilar un avión de un tercer país y a la vez se planteaba en el documento que “Si el pago del alquiler del avión fuera un problema, nuestro servicio (la CIA) está dispuesto a correr con el mismo.”
La rivalidad entre la CIA y el MI-6 por mostrarse cooperativo con los libios se pone de manifiesto en otro documento donde el MI-6 hace entrega a los servicios especiales libios de una persona nombrada Abu Abd Alla. En el documento del MI-6 se plantea que “Esto es lo menos que podemos hacer por ustedes para demostrarles lo profunda de nuestra relación que se ha forjado en los años recientes”.
En otro documento sobre la misma persona, se plantea que “Hemos recibido una solicitud de información sobre Abu Abd de los servicios estadounidenses. No tenemos intención de informarles.”
Evidentemente el problema de Libia es complicado, los que fueron entregados y en algunos casos torturados por la CIA y el MI-6 ,están entre los llamados “rebeldes”, incluyendo algunos que se plantea son miembros de Al Qaeda.
Mientras tanto, el pueblo libio continúa sufriendo.
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