Iroel Sánchez
Este 4 de agosto, las imágenes relacionadas con la democracia más difundidas en la web llegaron desde Chile y España.
En la nación sudamericana, se reportan 523 detenidos y al menos 14 heridos entre los estudiantes que se manifestaban demandando un sistema de educación distinto al heredado de la dictadura de Augusto Pinochet. “Esto parece un estado de sitio, me imagino que habrá sido así hace 30 años en Chile (en referencia a la dictadura militar)… Ni siquiera está asegurado el derecho a la congregación en los espacios públicos”, declaró a la prensa la líder estudiantil Camila Vallejo.
Mientras tanto, en la capital española, luego de ser desalojados de la emblemática Puerta del Sol –también en estado de sitio-, más de 14 integrantes del movimiento 15-M, que naciera reclamando “Democracia real Ya” el pasado mes de Mayo, resultaron heridos por las cargas de la policía ibérica.
Pero la noticia más importante sobre el apoyo a la democracia en los últimos días trata del descongelamiento de 20 millones de dólares para programas de “apoyo a la sociedad civil” en Cuba, donde desde hace más de 50 años no se registran hechos como los ocurridos en Chile y España. El dinero, asignado a la gubernamental Agencia de Estados Unidos para la Ayuda al Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés), había sido retenido luego que una auditoría de la GAO (Oficina de Supervisión del Congreso), reveló evidencias de manejos corruptos, pero fuertes presiones sobre el senador John Kerry -principal cuestionador de los programas- terminaron desbloqueando los fondos.
En contraste con las represiones en Chile y en España, documentadas sustanciosamente en fotografías y video, en Cuba ni los tecnológicamente bien abastecidos colaboradores cubanos del Departamento de Estado ni los numerosos corresponsales de la prensa occidental en La Habana, han podido aportar pruebas gráficas de una sola escena de violencia policial contra manifestantes. Precisamente, uno de los objetivos del dinero asignado a la USAID es “promover la libertad de información en Internet”, pero como probó recientemente un agente de la Seguridad cubana, infiltrado en la “disidencia”, los llamados periodistas independientes -formados y equipados con tecnología made in USA- transmiten a los medios de comunicación de Miami historias sin ningún asidero en la realidad, aunque financiadas con el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
Por otra parte, el mismo senador Kerry puso en duda la efectividad de los programas, tras revelarse que varios envíos a Cuba han terminado en manos de dobles agentes de la Seguridad del Estado cubana. Esto llevó a decir al congresista que la USAID estaba abasteciendo a los servicios de inteligencia de la Isla, además de poner en riesgo a ciudadanos norteamericanos como el contratista Alan Gross, condenado en Cuba a 15 años de privación de libertad por intentar establecer una red clandestina de acceso a Internet.
Otra parte del dinero aprobado sería “para programas dirigidos a los niños, jóvenes, grupos religiosos y otros sectores de la sociedad civil”. Sin embargo, viendo las imágenes de cómo tratan a la sociedad civil -y especialmente a los niños y jóvenes- los aliados de EE.UU. en Chile y España, no es difícil suponer que los luchadores por la democracia en esos países lo necesitan mucho más que quienes en Cuba se “manifiestan” en las oficinas de algunas embajadas occidentales y en las acogedoras recepciones de la representación norteamericana en la Isla. (Publicado en CubAhora)