Iroel Sánchez
Una amiga española me preguntaba por qué insistíamos tanto en denunciar el oscuro papel de un medio como El País y su casa matriz, el Grupo PRISA. No le di la razón pero me propuse dejar de escribir por unos días sobre el tema. Sin embargo, aquí estoy, regresando a las andadas.
Es que con PRISA pasa como con el omnipresente Gran Hermano en la novela 1984, de George Orwell, cuyo rostro asomaba en los lugares más inusitados. Si se investiga sobre ese “eje del bien” llamado Club Bilderberg, aparece el Consejero Delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, entre los pocos miembros españoles; si hay una disputa legal en Argentina por el control del papel para la prensa, está PRISA como asociado del diario Clarín; y si usted trata de averiguar la historia del International Press Institute (IPI) -que acaba de entregar sus premios anuales-, se encuentra con que Cebrián está en su lista de Formers Chairmen. Se pregunta uno entonces quién es este hombre que -como decía uno de mis maestros cuando algún alumno acumulaba comportamientos negativos en varias asignaturas- “sale en todas las postalitas”.
El exitoso ejecutivo español fue director de Radio Televisión Española en los últimos años del franquismo. Se cuenta que enviaba a la Dirección General de Seguridad las películas con los rostros de quienes asistían a manifestaciones populares o acudían a Portugal, atraídos por la Revolución de los Claveles. Es por entonces que Cebrián, junto a Jesús de Polanco funda PRISA y dirige El País. Con un sentido para los negocios que le llevó a aprovechar el fin del franquismo y a aliarse con Felipe González, PRISA llegaría a convertirse a fines del siglo pasado en un oligopolio mediático con redes de emisoras de radio, periódicos, editoriales y canales de televisión en América y Europa. En el año 2001, Juan Luis Cebrián ocupaba el lugar 62 entre las fortunas españolas, con 22 millones de euros. Y es con ese mismo olfato para los negocios que PRISA “descubrió” y distinguió precozmente el blog de Yoani Sánchez con el Premio Ortega y Gasset.
Ahora es el IPI, quien siguiendo los pasos de su Former Chairman, considera a la bloguera residente en Cuba “héroe por la libertad de prensa”. He escuchado a la investigadora Frances Stonor Saunders, autora de La CIA y la Guerra Fría Cultural, afirmar que en los años cincuenta siempre detrás de un premio, editorial u organización con la palabra “libertad” en el nombre, estaba la CIA. El IPI es una organización surgida en plena Guerra Fría y a ella pertenecen ejecutivos de los más influyentes medios periodísticos en todo el mundo. En pleno auge anticomunista -la época que estudia Stonor Saunders-, los poderosos sintieron la necesidad de agruparse, pero no para defenderse de McCarthy. El Club Bilderberg nace en 1952, mientras que los que manejan la información fundaron el International Press Institute en 1950, con sede en Viena, Austria. Es muy interesante que Juan Luis Cebrián sea hoy de las pocas personas –quizás la única- presentes en ambos foros.
En comunicados recientes, el IPI se ha referido a México y Honduras como los países más peligrosos y mortales para los periodistas. Pero es en la isla caribeña –lugar en el que desde 1959 no se reporta la muerte violenta de un solo informador- donde, según ellos, resulta heroico hacer periodismo, si entendemos por ello cumplir con el guión anticubano de El País. Sin embargo, lo que sí puede haber sido heroico para la premiada es continuar representando su papel de geniecillo incómodo, luego de quedar sin argumentos ante el académico francés Salim Lamrani; muchos piensan que es a él a quien se debería premiar por lograr en sólo dos horas de diálogo desmontar la operación que a PRISA le ha llevado años de trabajo. No sabemos, sin embargo, si el jurado del premio tuvo acceso a esa entrevista que con los años se convertirá en un clásico del periodismo digital.
Salim, agudo historiador y periodista, profesor de una universidad parisina, no tiene amigos en el IPI ni en Bilderberg. A nuestra afortunada bloguera-sin obra pero con amo-, a fuerza de acumular premios, pronto la veremos en la lista de quienes se reúnen en Viena. Cuesta 600 euros la membresía, y eso para ella es una ganga, sólo por el Ortega y Gasset fueron 15 000 y sigue sumando.
Hablando de euros, el sitio web del IPI no dice si su premio tiene alguna dotación en metálico pero, por si acaso, eso acaba de ser solucionado. Mientras terminaba de redactar este post se ha conocido que Yoani Sánchez recibirá también el Premio Príncipe Claus en la categoría de periodismo, dotado con 25 000 euros. En este caso, el premio -que otorga la corona holandesa- es compartido con un cineasta “independiente” iraní.
Después de la deferencia que tuvo el presidente norteamericano Barack Obama en contestar las preguntas de la bloguera cubana, algunos la acusaron de conexiones en la Casa Blanca, obviamentea a ella la CIA le queda chiquita. Obama no ha podido contestar al reclamo de tres importantes compañías de telecomunicaciones (AT&T, Verizon y Nokia) para permitirles negociar con Cuba, sin embargo a la cosechadora de Premios le respondió con inmediatez y afecto. Ahora resulta que, con gran sentido de la oprtunidad, los dos distinguidos por la fundación Príncipe Klaus en periodismo provienen de Irán -la “próxima víctima” del eje del mal que alinea Washington- y Cuba -el país que está denunciando el plan de agresión. La última vez que coincidieron Barack Obama, la reina de Holanda y Juan Luis Cebrián fue precisamente en el reciente encuentro del Club Bilderberg en Sitges, Barcelona. “Verde y con puntas, ¡¡Guanábana!!”, diría mi abuela.
Ya llueven las preguntas de los medios sobre si asistirá o no la homenajeada a la ceremonia de premiación. Como casi siempre, la noticia está en otra parte. Yo pregunto si asistirá Cebrián.
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muy bueno el articulo, realmente se ratifican una vez más las viejas practicas del imperio, en esta ocasion, las costuras son bien evidentes , los metodos iguales pero con nuevos rostros
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Es increíble como personas de mediana inteligencia e incluso con formación universitaria puedan repetir como gallos las consignas y eslóganes baratos de El Pais.Un diario fundado y gerenciado por franquistas de postín es la referencia democrática durante la Transición:puro marketing.