“Bordeando el apocalipis” se titula esta acuarela que nos envía el maestro José Luis Fariñas junto a su poema “Desprendimiento”, en la continuación de sus valiosas contribuciones a La pupila insomne.
Desprendimiento
Con las esporas en la frente
y puntos menores y niebla donde ríes,
y aguas de herrumbre donde lloras.
Cabizbajos en lo nunca vuestro
así danzamos, sin arder pero de filo en filo,
sanos como la rana en la boca del mediodía:
las espaldas cortadas por la luz
y los hermanos en el tonel de amontillado.
Rescoldo y un poco menos de todo
que se queda sin rumor
de tan duramente nuestros que nos hemos vuelto.
Con las letras de la vida borradas de la frente
quisimos regresar acompañados
como si el rito que llamaba no fuera un golpe
sino el intestino abierto de una selva.
Y así quedamos, anteriores a la esfera,
huyendo del bautismo y del monton de vidas
con los costados marcados desde antes,
porque algo mas grave y pleno nos espera,
algo que devora y lava las dolencias del Maestro,
algo en las puertas del cielo que sacia los temblores,
algo mitad estuario mitad cabra sin tierra,
algo que se deja morir fuera del tiempo,
algo saltando entre migajas y calmas en un templo.
Así dejamos ir las siete puntas de este frío
con el horror feliz que hace primavera,
es un parto remoto que nos cubre los ojos
despertando el olivo en las canteras
y que nos salva sin querer mientras partimos
cuando ya no hay lugar para ninguna hora,
y nos dejamos llenar de nada, humildemente,
como aquella figura tan blanca de la infancia
que siempre parece regresar cuando se aleja.