Iroel Sánchez
La cadena de televisión CNN quería saber la opinión de los cubanos sobre los resultados del juicio a Luis Posada Carriles. El señor Posada ha sido absuelto por un jurado que se tomó tres horas para decidir sobre un proceso que había durado tres meses. A pesar de que el gobierno de Estados Unidos sólo le acusó de mentir a las autoridades de inmigración, Luis Posada Carriles es considerado por muchos el Osama Bin Laden del Hemisferio Occidental y es autor confeso de numerosos actos terroristas contra la Isla, entre ellos la voladura de un avión de pasajeros que costó la vida a 73 personas.
Lógicamente, la absolución de Posada ha provocado indignación en la sociedad cubana, donde son numerosas las víctimas de sus acciones, y el canal de noticias quería llevarle al mundo ese testimonio. ¿Quién mejor para hacerlo que un “luchador por los derechos humanos”? Consecuentemente, CNN le ha preguntado a Elizardo Sánchez Santa Cruz su opinión sobre el tema y éste ha dejado para la posteridad la prueba de cuánto le interesan los derechos humanos de sus compatriotas.
Sánchez Santa Cruz –auto proclamado presidente de una “Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional”- le ha dicho a CNN que “el caso se sale de la decisión nuestra, que es dentro de nuestra pequeña y querida isla”. Al parecer, las víctimas del terrorista no nacieron en Cuba y las monstruosas violaciones de los derechos humanos cometidas por Posada Carriles fueron contra ciudadanos de un país que no es el del señor Sánchez.
Mientras el gobierno de Estados Unidos se ha declarado hipócritamente “decepcionado” por el fallo, uno de sus vasallos en Cuba sólo ha dicho servilmente que “somos respetuosos de las decisiones de los jueces, si es que éstos han sido designados por una sociedad democrática y bajo controles democráticos”. Quizá el entrevistador pensó preguntar al adalid de las libertades su opinión sobre Bradley Manning –el joven soldado norteamericano que sufre vejaciones y torturas por entregar a Wikileaks pruebas de las violaciones a los derechos humanos cometidas por EE.UU. en lugares como Iraq y Afganistán- pero después de semejante respuesta pasó a otro tema.
Quizá sea un buen momento para recordar el título del libro que los periodistas cubanos Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo publicaron, con una acuciosa investigación sobre Elizardo: El Camaján, y también la nada amable opinión que sobre él tienen los diplomáticos norteamericanos acreditados en Cuba, revelada por Wikileaks. Pero de nada eso se enterarán los televidentes de CNN.
Casi simultáneamente, en Miami –parte de esa “sociedad democrática y bajo controles de mocráticos” que tanto respeta Elizardo-, un exultante Luis Posada Carriles ratificaba que mantendría los mismos métodos en sus acciones contra Cuba. Sin dudas, una nueva amenaza para los derechos humanos de quienes residimos en la “pequeña y querida isla”, donde Elizardo Sánchez vive de dictar cátedra ante la prensa extranjera, inventar violaciones a las libertades y cifras de presos, sin sonrojarse por los verdaderos crímenes que se cometen contra sus conciudadanos.
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