Teresa era poeta y era patriota y era revolucionaria. No sé si en ese orden o si el orden importa.
Pudo haberse refugiado en sus versos, como tantos otros orfebres de la palabra, pudo haberse enajenado del mundo en una torre de marfil: probablemente se lo mereciera, un lugar limpio como ella, donde no la alcanzaran las mezquindades del mundo. Pudo haber tenido el vuelo eterno del albatros y, sin embargo, descendió a nosotros, con fuerza de madre, y aupó en sus hombros de mujer gigante la causa de los desposeídos, de los olvidados.
Vibraba con este país a cada segundo y sabía, con la certeza de un oráculo, el camino que su isla debía recorrer para salvarse. Escucharla, leerla, era tener la palabra guía y la estrella fulgente, que no permite extravíos.
Pudiera decir que no se ha ido, que no la vamos a extrañar, porque queda su camino hecho con poesía, marcado en el agua como una mancha de peces, pero estaría mintiendo. Sí que la vamos a extrañar, no solo por su talento sino también por su valentía, por ponerle cara al demonio, por señalar con su dedo de musa allí donde debíamos mirar, allí donde debíamos pelear.
Nadie ha cantado la hora de Cuba mejor que Teresa y dudo que alguien lo pueda hacer.
Su corazón no pudo, quizás, con el peso de su espíritu. Yo le hubiera dado el mío gustoso, un corazón tanto más joven, seguro de que ella le daría mejor uso. No le perdono que haya muerto así, tan de improviso. Nos ha dejado huérfanos y la seguimos necesitando.
Vuelve, Teresa, poeta, patriota, madre; vuelve, no nos abandones.
Esta senda que intentamos abrir necesita de tu mano, de tu pecho, de tu canto.
2 escritos sobre la señora, un solo comentario y 6 o 7 “me gusta”,…es lo que se merece.
Hermosas palabras Michel, encierran el sentir de muchos. Conocí a Teresa no por su poesía sino por su prosa militante y valiente en defensa de la Revolución publicada regularmente en Cubadebate, soy uno más de los que la va a extrañar en demasía, sepa el «odiador» irrespetuoso que colgó el comentario falto del más mínimo sentimiento humano que somos miles los que lloramos su pérdida, aunque muchos no puedan expresarlo por este medio, ¡descansa en paz Hermana, que tu Revolución seguirá siendo bien defendida, por los tiempos de los tiempos!
¡Y que sufran los «odiadores»!
¡Trábalos ConFilo!