Las preguntas prohibidas (Idioteia 2). Por Sara Rosenberg

 

El esfuerzo propagandístico de los grandes monopolios informativos es brutal, cada día en portada repiten el cuento de la maldad rusa con fotografías y escenas que muestran los desastres de una “guerra” fabricada que sólo la OTAN y sus socios necesitan.

Quieren igualar y equiparar sus criminales guerras imperialistas a la operación de desnazificación y desmilitarización de Ucrania. De la misma manera que la maquinaria de repetición de la guerra fría necesitó equiparar a Hitler con Stalin y hacer de cada repetidor un ignorante funcional.

Les va la vida en el esfuerzo por idiotizar cada día más al habitante del “mundo libre” y les resulta relativamente fácil porque el terreno esta abonado con toneladas de fertilizante-amnésico regado en los cerebros. Poco a poco y de manera constante se ha desarticulado el pensamiento, es decir la relación entre una cosa y otra, entre la historia y la vida humana, entre las causas y sus efectos.

Viene de lejos y se ha transformado en una especie de capa viscosa que recubre la conciencia y la mirada sólo apta para las reacciones más primarias. Esto es la barbarie, la incapacidad de dudar y de pensar sobre los hechos a tal punto que la repetición del mensaje es automática, y es preocupante porque esta es una de las claves del proyecto imperial globalista: una sociedad post-humana, una sociedad de sirvientes incapaces de responder con autonomía y con razones o al menos con memoria y sentido crítico. La duda ha sido definitivamente excluida. La generalización ampara la indiferencia y la equidistancia.

Y este proyecto imperial globalista es profundamente nazi, no “neo nazi” como solemos repetir sin darnos cuenta –porque nuestro lenguaje esta también contaminado- sino nazi a secas.

Y es un proyecto que arranca desde el triunfo de la primera revolución proletaria y bolchevique en 1917. El nazismo existió, existe y ha sobrevivido de manera constante porque muy a pesar de las declaraciones bondadosas, Occidente siempre lo ha apoyado. El capitalismo es eso, aunque se vista de democracia, el nazismo es su garantía de supervivencia; ya no usan uniformes pardos, usan corbatas y están en el poder. ¿Qué significa si no, el “destino manifiesto” de los Estados Unidos, qué significa el sionismo, qué son la supremacía racial, la esclavitud y la deshumanización, sino las tres patas de la ideología nazi?

El nazismo ha inyectado en vena la irracionalidad que necesita, usa formas “democráticas” y genera expectativas de “justicia” dentro del capitalismo, por eso hay algunas preguntas claves que hacer: sencillas preguntas que solo pretenden humanizarnos, es decir despertar de la pesadilla de la sinrazón:

¿Alguna guerra imperialista se ha preocupado por preservar la vida de la población civil?. Lo digo y siento el olor al napalm y a fósforo cayendo en toneladas desde los aviones de los demócratas de USA y la UE.

¿Por qué en esta llamada “guerra” el principal objetivo, repetido por Rusia hasta el cansancio, es acabar con las fuerzas militares nazis que llevan mucho tiempo actuando y masacrando a la población del Donbass y de toda Ucrania? Se ocultó y se sigue ocultando los dos términos claves: desnazificación y desmilitarización, que caracterizan esta operación.

¿Por qué se oculta de manera permanente que los objetivos militares de Rusia jamás han sido los civiles? La tv y la prensa occidental tienen la orden de mostrar a Rusia atacando poblaciones, sin decir jamás que las fuerzas nazis usan a la población como escudo humano y que esa es y ha sido siempre su estrategia. ¿O hemos olvidado Corea, Vietnam, Yugoeslavia, Libia, Siria, Irak…?

¿Por qué es importante la definición de antinazi y anti-militar, cuando el gobierno de Ucrania ha premiado y sostenido a ejércitos y batallones como el AZOV cuya función es la masacre de civiles? ¿O hemos olvidado a los quince mil asesinados en el Donbass durante estos últimos ocho años de guerra contra la población civil?

¿Por qué se esfuerzan en negar que estos nazis siempre usan a la población como escudo humano? ¿O acaso los corredores humanitarios creados por Rusia no han sido bloqueados permanentemente?
¿Y además, los medios occidentales han mentido sin piedad sobre el ataque a edificios, colegios, maternidades…sabiendo que estaban ya ocupadas por fuerzas nazis con armamento?

¿Es posible que la lentitud de esta operación de desnazificación tenga que ver con el mismo hecho de la protección a la población civil? ¿O alguna vez han visto que Estados Unidos y su OTAN se limiten a bombardear objetivos militares? Nombres que es necesario repetir: Hiroshima, Nagasaki, Hanoi, Bagdad, Belgrado, Tripoli, Gaza… y un largo etcétera

¿Acaso el manejo de la emotividad por el horror de toda “guerra” puede ocultar que esta operación se hace en nombre de la paz y contra el nazismo y la militarización que la OTAN ha sembrado en todas la fronteras de Rusia?

¿Hasta cuándo van a contestarme que “la guerra es mala” obviando que la guerra imperialista ha destrozado paises y pueblos enteros, y que pretende seguir haciéndolo? Claro que la guerra es horrible, pero esta operación pretende acabar con una guerra sorda que Occidente inició hace mucho tiempo.
¿Hasta cuando van a usar el pacifismo sólo cuando les conviene y olvidar que desde 1945 las agresiones a Rusia no han cesado?

¿Hay derecho a decir basta? ¿Es posible la paz con justicia y equidad o sólo se habla de paz cuando Rusia (Irán, China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, o Yemen…) es capaz de responder a la agresión bestial contra la humanidad durante tantos pero tantos años?
¿Es posible simplemente entender que esta operación rusa se libra contra el nazismo (la cara mas agresiva del capital) y la expansión de la OTAN?

Podría seguir haciendo preguntas pero de todo corazón espero que sean ustedes quienes las hagan, un primer paso de recuperación de la enfermedad que nos asola y nos cerca con la indiferencia y como no, con la complicidad.

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9 Responses to Las preguntas prohibidas (Idioteia 2). Por Sara Rosenberg

  1. Me da la impresión que se usa la palabra “nazi” con cierta frivolidad. Eso no excluye la responsabilidad que tiene occidente en este conflicto. Pero no se puede hacer extensivo ese apelativo, que correspondería a determinados grupos minoritarios del norte de Ucrania, a toda la comunidad occidental, porque no hay que olvidar que fue la primera víctima del auténtico nazismo. Pueden hacerse muchas críticas, pero también habría que hacer autocrítica: ¿Está reprimiendo Putin en Rusia las manifestaciones contra la invasión de Ucrania? Si es así, muy democrático tampoco es, y cierta declaraciones sobre la patria rusa y la limpieza de la escoria no suenan demasiado bien. Solo hay diálogo posible si cada uno reconoce sus errores y se acercan posturas que protejan la paz de todos. Gracias.

     
  2. Maño says:

    Puedo entender la frustración y la indignación de Sara, es como ir a una manifestación por la explotación y los despidos de determinados obreros de un sector de la economía y verse al lado con una pancarta por los derechos laborales a un magnate empresario que recientemente ha sido acusado de lo mismo.
    Da bronca lo anterior por supuesto y puede caerse en querer justificar lo injustificable. Que nuestro micrófono sea tan pequeño que las bocinas de los grandes medios, no quiere decir que andemos criticando a mansalva a los pacifistas de última hora, donde a calado el mensaje. De hecho me he encontrado con muchos que de ahorita pa´luego están sensibilizados con las imágenes y los audios que se les muestra de esta guerra, pero eso no justifica que carguemos contra ellos. Si esta guerra invasora por parte de Rusia los movilizo, nos toca a nosotros para el futuro movilizarlos para otras de los de siempre que ya vendrán. Los que por ahí “entendemos a mas profundidad” de que va todo este conflicto ( sin colocarnos en un pedestal por ello), desde la humildad tenemos que explicar con tranquilidad y sosegadamente como los antiguos en las catacumbas, nuestros distintos puntos de vista, utilizando para ello los medios a nuestro alcance, y observando muy bien (esto es muy importante, me parece) como los poderosos e imperialistas de siempre utilizan sus palabras para luego darles con la misma moneda, porque a la larga el imperialismo que conocemos hace más de un siglo sigue ahí y no les quepa la duda (porque es intrínseco de su sistema) que en el futuro inmediato “pisara el palito”, e invadirá a alguien, con los mismos desastre que hoy hace padecer Rusia a Ucrania.
    A mi modo de ver hay un cierta confusión en Sara en este escrito, dada su impotencia al observa que los grandes imperialistas de siempre dan clases de moral sobre esta invasión, pero sería un error (es mi apreciación más sincera), querer colocar a Rusia en la misma bolsa con los países que ella menciona. Nos quedaríamos sin argumentos los que repudiamos en su momento la invasión a Irak, porque a la larga Hussein había masacrado a los kurdos, entonces estaba bueno que occidente le metiera mano a su territorio para sacar a un genocida, aunque como sabemos nos mintieron sobre bombas de destrucción masiva que no habían. Tenemos que ser cuidadoso en nuestros planteos. Hoy hay 2 millones de desplazados ucranianos, están?, si, son dos millones o menos, pero están, que haya uno, es una tragedia, hoy hay muertos civiles ucranianos, están?, si, cuantos?, no importa, que haya uno, es una tragedia. Nadie tiene derecho a invadir a otro país, no hagamos al otro, lo que no nos gusta que nos hagan, con esa sola premisa, sabemos de qué lado está la injusticia.
    Que el regimiento Azov masacro a rusos parlante en 8 años, es una verdad más grande que una casa, pero que eso no justifica una invasión, es de igual de grande, porque a la larga estamos convalidando la estrategia imperialista de siempre: configuro “un malo” dentro de un país, sea verdad o mentira y eso me da potestad para invadir con el justificativo de liberar a esa población del malvado fabricado o no.
    ¿Es posible simplemente entender que esta operación rusa se libra contra el nazismo (la cara mas agresiva del capital) y la expansión de la OTAN?
    No es tan simple.

    Saludos

     
  3. Manuel* says:

    Lo de Sara se llama “antiimperialismo selectivo”. Contra EEUU todo. Pero si el imperio ruso invade una nación soberana, hay que defender a Putin, que, por cierto, es un ultranacionalista de derechas que dirige un país con una economía ultraliberal.

     
  4. Enrique Cortés says:

    Esta otra parte «ideotea2» está más aterrizado o como decimos «en buen cristiano» mucho más claro y concreto que el anterior. Siempre es inportante variar los formatos de formas y estilos de escritura, claro con la riqueza que lleva con sigo nuestro castellano e idioma.

     
  5. Manuel* says:

    Ucrania no está dirigida por nazis. El partido nazi es una fuerza política residual en Ucrania con un solo parlamentario en un parlamente de más de cuatrocientos miembros. Zelensky, el presidente de Ucrania es judío. Los tres hermanos de su padre murieron luchando contra los nazis. Además Zelensky tiene al ruso como su lengua materna y se expresa en ucraniano con dificultad.

    Nos quieren hacer creer que Ucrania está siendo gobernada por unos nazis dirigidos por un judío.

    No conviene hacer una generalización abusiva del concepto de nazi porque terminaríamos devaluando el significado de ese horror.

     
  6. Enrique Cortés says:

    Manuel*

    Hay 8 años que adrede ingnoras, también aparentas abnecia con lo ocurrido en 2014 que dio como resultado el presidente actual de Ucrania, todo esto lo planteo por tu aparente defensa y conformidad de Nazis (porque según vos son «pocos»).

     
  7. Pingback: Las preguntas prohibidas (Idioteia 2). Sara Rosenberg - Frente Antiimperialista Internacionalista

  8. Alejandro F.dez Costa says:

    Manuel te olvidas que en diciembre de 2021 Ucrania,con su actual presidente al mando,voto en contra de una Resolucion de la ONU en contra del facismo.Si apoyas el facismo,eres tan facista como el que mas.Perdon por los acentos,no los puedo poner.

     
  9. Sum Ergo Cogito says:

    Ante todo quiero aclarar que pienso que la guerra solo provoca horror, destrucción y muerte y debe evitarse por todos los medios posibles. Y no creo que la autora piense de otra manera. Lo otro que quiero es destacar 2 ideas que me parecen muy importantes en el escrito. La 1era está muy bien desarrollada ya en los 3 primeros párrafos: las primeras palabras son “el esfuerzo propagandístico de los grandes monopolios informativos es brutal,…” y más adelante “Les va la vida en el esfuerzo por idiotizar cada día más al habitante del “mundo libre” y les resulta relativamente fácil porque el terreno esta abonado con toneladas de fertilizante-amnésico regado en los cerebros. Poco a poco y de manera constante se ha desarticulado el pensamiento,…” y señala que para lograrlo se hace olvidar la historia y las relaciones de causa-efecto. Lo otro es que aunque toda guerra es horrible y debe ser evitada no toda guerra es igual: no es lo mismo la guerra de los que la hacen con el objetivo de ampliar sus dominios conquistando espacios o mercados, las guerras de agresión, que las guerras defensivas. Las primeras solo interesan y benefician a los mercaderes de la guerra y a sus industrias armamentista. Las segundas son las guerras necesarias de las que habló Marti. Esta guerra que Rusia se ha visto obligada a iniciar es también una guerra defensiva. Ha sido necesaria. Para verlo es obligatorio no olvidar la historia ni las relaciones de causa efecto como pretenden los grandes medios con su “propaganda brutal” en las que “les va la vida” según la autora.
    Quiero señalar aún una 3era cuestión: se trata de la forma de abordar el nazismo por la autora y los señalamientos que le hacen al respecto algunos de los comentarios aquí publicados. No quiero hablar de las acciones criminales de organizaciones de ese tipo y de los ejércitos del gobierno ucraniano. Solo hablar de acciones simbólicas que dicen mucho: el gobierno ucraniano a levantado estatuas a destacados dirigentes de las SS durante la 2da Guerra Mundial como fue Bandera y el presidente ucraniano, a pesar de que se dice que es judío y otras cosas más, acaba de nombrar Heroe al jefe del Batallón Azod.
    Y creo que todo esto está condensado en las palabras de la autora cuando pregunta: ¿Acaso el manejo de la emotividad por el horror de toda “guerra” puede ocultar que esta operación se hace en nombre de la paz y contra el nazismo y la militarización que la OTAN ha sembrado en todas la fronteras de Rusia? Y también cuando dice: “Claro que la guerra es horrible, pero esta operación pretende acabar con una guerra sorda que Occidente inició hace mucho tiempo.”
    Es mi opinión que algunas de las personas que han publicado algunos de los comentarios aquí deberían volver a leer el artículo con más detenimiento prestando atención a algunas de las ideas que he citado más arriba pues tengo la impresión que la propaganda brutal a que se ha hecho referencia a resultado efectiva en ellas afectando sus capacidades de pensamiento y provocando una repetición automática de los mensajes de los grandes medios. No han tenido en cuenta la historia ni las relaciones causa-efecto.

     

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