A la deriva
Te recuerdo en las esquivas lunas,
dos veces expandida como una ciénaga de rezos
y otras diez, como un arrecife de ángeles;
manchas de luz por doquier como un hielo de bruma,
sinuosas columnas de tu invadeable corazón.
Te recuerdo sin calles específicas,
sin lluvias que te mojen o dolores que te acielen;
te recuerdo tan acelajada que me destruyo en mil palomas.
Te recuerdo sin semana ni horas, tu limpio paso
de coincidirnos mal y sin dónde,
de tenernos sin cuándo ni cómo,
a la deriva de tu oscura primavera.
Luna de vino tinto. Carlos Varela
Ya sabes que aparento estar dormida,
Y camino las paredes buscándote.
A veces soy un árbol,
Y a veces una herida,
Y me pierdo entre las hojas
Como un tentempié.
Y es que tú amor es un laberinto,
Una sombra en el agua,
Una luna de vino tinto.
Tu amor es un acertijo,
Un tornado del alma
Que me lleva sin rumbo fijo.
Tu amor…
Tu amor…
Tu amor…
A veces tengo miedo de no ser la misma,
De no mirar, y olvidar lo que fue,
Pero cuando tus ojos me lanzan al abismo,
Otra vez ya no sé, ya no sé,
Ya no sé qué hacer…
Y es que tú amor es un laberinto,
Una sombra en el agua,
Una luna de vino tinto.
Tu amor es un acertijo,
Un tornado del alma
Que me lleva sin rumbo fijo.
Tu amor…
Tu amor…
Tu amor…
Ya sabes que aparento estar dormida,
Y camino las paredes soñándote…