Lo que quieren es la expansión de las desigualdades en Cuba. Por Agustín Lage

 

Es cierto que entre los que buscan destruir la Revolución Cubana y revertir el proceso de construcción de justicia social de los últimos 60 años hay muchos que no saben lo que quieren. Reaccionan con rabia primitiva, o con arrogancia intelectual, a las dificultades del presente sin preguntarse de dónde vienen y sin formular alternativas. Pero hay otros (aquí y afuera) que sí saben perfectamente lo que quieren, y son los que manipulan a los primeros.

Que no se engañe nadie: lo que quieren es la expansión de las desigualdades sociales en Cuba, y por supuesto, caer ellos del lado de los pocos beneficiados en esas desigualdades.

Es eso lo que traería a nuestro país un proceso (gradual o abrupto) de restauración del capitalismo. Porque es eso exactamente lo que ha hecho el capitalismo en todos los lugares y en todos los tiempos, desde hace más de 300 años: crear y amplificar desigualdades sociales.

Pero pospongamos (por ahora) la arenga de barricadas, y volvamos a la frialdad de los datos verificables.

Es el capitalismo el modelo económico socialmente fracasado que ha conducido a las desigualdades de hoy, en que el 1% más rico controla la mitad de los activos en el mundo mientras que el 50% “de abajo” colectivamente posee menos del 5% de riqueza global. El 0.1% de la población mundial  (los  súper-ricos ) posee el 20% de la riqueza global. Si el presidente de los Estados Unidos quiere hablar de “un sistema fallido”, debería empezar por reconocer y explicar ese fallo colosal del capitalismo.

Las desigualdades producidas por el capitalismo mostraron una tendencia creciente durante el siglo XIX. Esta tendencia se interrumpió por las grandes tragedias de las guerras mundiales y entonces, en las tres décadas siguientes a la 2ª Guerra Mundial se produjo una contracción de las desigualdades, conducida por las políticas del Estado de Bienestar implantadas por la socialdemocracia europea, en no poca medida presionadas por el ejemplo de justicia distributiva de la URSS y el campo socialista. Las políticas de esos 30 años en los países capitalistas desarrollados incluyeron en diferentes combinaciones nacionalizaciones, educación pública, sistema público de salud, e impuestos progresivos. Son precisamente éstas las políticas que los ideólogos del capitalismo les critican hoy a los proyectos socialistas. Esas políticas aun sin llegar a plantearse superar el capitalismo, le impusieron límites durante un tiempo a la expansión de las injusticias sociales.

Pero después todo volvió a cambiar, y no para bien. Las desigualdades volvieron a crecer a partir de los años 80s como consecuencia de las políticas neoliberales impuestas por los gobiernos de Ronald Reagan en los Estados Unidos y de Margaret Tatcher en el Reino Unido, etapa que se conoce como “la revolución conservadora”.

A América Latina le impusieron esas políticas neoliberales a través de las dictaduras militares principalmente en el cono sur y se ampliaron las desigualdades a niveles indecentes. En esa misma etapa, Cuba las redujo.

Las desigualdades sociales tienen un componente de diferencias “entre países” y otro componente de diferencias “dentro de los países”.

Actualmente las desigualdades entre países son el componente principal, pero cuando se explora la distribución de la riqueza al interior de las sociedades se aprecia también un incremento de las desigualdades, especialmente en los países de menor desarrollo. Así por ejemplo, el 10% mas rico de la población recibe el 54% de los ingresos totales en África Sub-sahariana, el 65% en África del Sur, el 56% en Brasil y el 64% en el Medio Oriente.

La cantidad de absoluta personas viviendo en barrios marginales en los países pobres creció de 650 millones a 863 millones entre el año 1990 y el 2012.

Y no se trata solamente de desigualdades en la riqueza. Estas se convierten también en desigualdades educacionales. En los Estados Unidos, por ejemplo, hay una clara relación entre la probabilidad de acceso de un joven a la educación superior y el nivel de ingreso de sus padres: El acceso a la educación superior es apenas 20% para las clases más pobres, y llega a 90%  para los más ricos. La desigualdad en el acceso a la educación propaga las desigualdades sociales a las próximas generaciones.

Eso, o peor, es lo que quieren para Cuba quienes manipulan en las redes sociales las realidades cubanas, y los que les pagan a esos.

Y lo quieren porque en todas las sociedades desiguales siempre ha habido una pequeña élite que se beneficia de las desigualdades y las perpetúa.

Pero eso no es lo que queremos la mayoría de los cubanos. Lo que quiere esa inmensa mayoría, que resiste y construye en Cuba, es lo que está en la Constitución que aprobamos en el 2019, con el 86.85% de los votos, y que dice en su Artículo 1: “Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva”.

Los cubanos que construimos Cuba sabemos muy bien lo que queremos, y lo que no queremos. Y la verdad es que somos muchos.

(Blog del autor)

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12 Responses to Lo que quieren es la expansión de las desigualdades en Cuba. Por Agustín Lage

  1. juan carlos corcho vergara says:

    Iroel leyendo este articulo y el de Luque,´´Una sencilla reflexión de temas en debate I ´´,me viene a la mente después de leer también una publicación de Silvio en su blog SC,´´Preguntas y respuestas del treinta de julio de 2021´´, donde el plantea muy enfáticamente que le gustaría saber´´ quienes son los compañeros y compañeras responsables de que no se haya cambiado todo lo que se ha debido cambiar,´´ realmente yo pensaba que el sabia quienes eran los responsables, porque que curioso que el lleva el mismo tiempo de la no implementación adjetivando, de conservadores, de dogmaticos,, retardatario y otros epítetos sin decir nombres, que imagino que á compañeros de la alta esfera del partido y del gobierno, ingenuidad, no creo , si esto no se llama sembrar cizañas ,a demás en medio de los graves problemas ponerle mas presión, no me creo si quiera lo de revolucionario infantil, estos debates se tienen que seguir dando y yo creo que ahora si llmar por sus nombres a los carteros y sus asistentes ,se crea mucha confusión.

     
  2. Sin-permiso says:

    Se queda corto el brillante científico y ser humano Agustín Lage. Planteado como un problema de desigualdades, también en la Cuba actual, como resultado del cuentapropismo, de los matrimonios con extranjeros y de las remesas de familiares que viven en el exterior, existen desigualdades importantes y podrían ser muchos los que llegaran a la conclusión de que los pobres que viven en el capitalismo (siempre tomando como referencia el primer mundo) gozan de superior poder adquisitivo que una mayoría de cubanos. La desigualdad es un flagelo grave y profundamente injusto, pero el cambio de modelo implicaría consecuencias mucho más grave, y el señor Lage seguro que estaría de acuerdo conmigo.

    Me parece más interesante partir de la denuncia que ha hecho Silvio Rodriguez y que cita Juan Carlos Corcho. Fidel llevaba toda la razón al proclamar que habia que cambiar todo lo que debía ser cambiado, pero, si tan sencillo fuera, ya lo habría hecho él en el periodo que fue presidente. En el juego de la democracia cubana también participan actores que no se presentan a las elecciones y que, por considerarse los amos del mundo, han estado en la oposición durante más de 60 años controlando la acción de gobierno y utilizando sus mecanismos de censura a cualquier cambio en la dirección correcta (como los que provocaron la Operación Mangosta). Por lo visto, a Silvio no parece importarle el papel indigno y criminal que ha jugado la tiranía imperial y aliados en el tablero cubano. Como tampoco parece importarle que una violenta caída del régimen socialista pudiera provocar que cambiara lo que no debe ser cambiado, lo que convertiría a Cuba en un estado fallido más al servicio del crimen organizado imperial (ya sea bajo condiciones asimilables a naciones como Honduras y El Salvador o Haití). Cualquiera que imagine a la mafia miamesa llevando las riendas de la política en la nación que les condenó al exilio y a la que les gustaría reconvertir mediante el paso de una aplanadora, se dará cuenta de que, por muy negativo que resulte no haber realizado esos cambios, sería mucho más los cambios en sentido negativo a costa de las conquistas de la revolución.

    Yo tuve la oportunidad de saludar a Silvio en una ocasión y me llamó “izquierdoso” por votar a Podemos y a IU. Me quedé con las ganas de responderle que, por grandes que pudieran se mis desencuentros con Podemos e IU, yo lo que nunca seré es cómplice de las políticas neoliberales que hacen todos los partidos sicarios de la oligarquía, desde los conservadores a los socialdemócratas. La obra de un artista no puede estar por encima de la obra de la revolución y me temo que tanto a Silvio como a Padura y otros artistas cubanos el árbol personal les impide ver el bosque, sin que parezca importarles mucho la idea de tener que vivir en un escenario de tierra quemada, cuyas consecuencias pagará el pueblo cubano, como las pagaremos toda la Humanidad si no acabamos pronto con este modelo de juego patológico llamado capitalismo.

    Tengo la impresión de que hay mucha gente en Cuba y fuera de Cuba que no es consciente de lo que significa vivir bajo las reglas de un modelo de juego patológico llamado capitalismo y cuyos actores principales no se levantan cada mañana para ganarse el sustento trabajando o dirigiendo un pequeño negocio. Si en el capitalismo el problema residiera sólo en que alquilas tu fuerza de trabajo y generas una plusvalía a favor de empresarios que, con sus modestos medios de producción, venden mercancías o prestan servicios a cambio de una renta con la que cubrir sus necesidades materiales y espirituales (siempre con un mayor nivel de vida que la clase trabajadora), no sería muy grave. Pero este no es el escenario típico del capitalismo y mucho menos de su peor versión: el neoliberalismo.

    Paul Sweezy, un brillante economista marxista norteamericano, al que se le hurtó el Nobel, lo explicaba muy bien. Para la clase capitalista la inversión de dinero (d) en medios de producción (m) con el fin de obtener un resultado final superior (d’) es algo más que un estilo de vida enormemente rentable y exitoso: es una religión y una adicción por la que están dispuestos a matar y a acabar con este planeta si fuera necesario, sin que hasta el momento nadie haya encontrado la fórmula para detener y prevenir esta grave adicción, ni siquiera para denunciar con éxito que estamos ante el síndrome psicológico más devastador con diferencia, no tanto por sus efectos sobre los pacientes (que se consideran superhombres) como por sus efectos sobre el resto del género humano, que nos convierte en mercancías de usar y tirar, al igual que a otros seres y objetos sobre la faz de la tierra.

    También habría que citar a otro brillante economista, al que también se le hurtó el Nobel: John Kenneth Galbraith, quien nos alertó del protagonismo de los productores en el nuevo estado industrial. En la Cuba actual, los consumidores siguen teniendo un relativo protagonismo y no puede afirmarse que los medios de comunicación públicos estén al servicio de la publicidad comercial ni de la propaganda de los partidos de la oligarquía (se les podrá acusar de no decir toda la verdad pero nunca de mentir). Durante mis visitas a Cuba he podido apreciar el humanismo de los medios de comunicación, algo que contrasta con la barbarie y explotación de la dignidad y hábitos de consumo que representan los medios públicos y privados en el mundo capitalista. Por desgracia, la Cuba actual no es inmune a las modas, hábitos de consumo y creencias que convierten a las personas en ganado al servicio de la cuenta de resultados de las grandes corporaciones, a las que no les importa abusar de los derechos más elementales si con ello maximizan beneficios, incluidas la salud, la educación, el ocio etc. Falsimedia y las redes sociales llegan a todos los rincones del mundo prostituyendo y degradándolo todo, sin que Cuba pueda ser una excepción.

    A mí me parece dantesco imaginar a los cubanos viviendo como cobayas al servicio de la cuenta de resultados de las grandes corporaciones de la economía real (la que produce bienes y servicios) pero mucho más todavía al servicio de la economía virtual o financiera, que es lo que toca cuando esa clase adicta al capital es tan inmensamente rica, gracias a las ventajas del neoliberalismo (deslocalización de la producción a regiones en que se pagan sueldos de hambre y precios de coste por las materias primas, evasión y desgravación fiscal, desregulación de la economía, crecimiento en escala y condiciones de producción monopolísticas o venta libre de impuestos en el primer mundo), que ya no sabe dónde colocar su dinero ocioso para hacerlo rentable. Si tienes un dólar en la economía real y otro en la virtual, puede que vincules el segundo al servicio de la economía real, pero si tienen un dólar en la real y nueve en la virtual (y no puedes controlar tus impulsos, que es lo que ocurre en cualquier modelo de adicción) acabarás sacrificando aquella para darle continuidad a la narrativa de la acumulación creciente de riqueza al mayor ritmo posible, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. La burbuja inmobiliaria que provocó la crisis de 2008 (crisis para unos y beneficios para los estafadores) es un claro ejemplo, pero también lo es la pésima gestión de esta pandemia en el mundo capitalista.

    No creo nada disparatado pensar que estamos en el único escenario posible sucedáneo de la tercera guerra mundial (inviable por el armamento nuclear) y que, en este nuevo contexto, milmillonarios como Bill Gates están haciendo de maestros de ceremonias de las reglas de casino bajo las que deben competir los de su clase en beneficio propio y para desgracia del resto de la Humanidad, a las que les está afectando gravemente la pérdida de protagonismo del sector público, la deuda pública y privada que codicia el sector financiero, las empresas que son absorbidas o eliminadas en esta guerra sin cuartel, los trabajadores que pierden el empleo y los ahorros, los que operan en la economía sumergida. Tampoco el panorama es nada alentador si lo analizamos a nivel de cómo son explotados los recursos y las deseconomías que provoca, de las que el cambio climático es sólo uno de los ejemplos más dramáticos, como es la desertificación de suelos fértiles, la desforestación o la contaminación y destrucción de los océanos.

    Entiendo perfectamente a los cubanos que gritan “Patria o Muerte”. Yo lo voy a plantear con otra famosa frase: “Socialismo o Barbarie”. René Dumont, que ya nos alertó del desastre hace décadas, tal vez habría preferido la frase: “Utopía o Muerte”. Saludos.

     
  3. Lancero says:

    Saludos. Muy claro Lage,mientras hay otros que buscan sumirnos en la oscuridad. Silvio Rodríguez se hace el ingenuo y busca protagonismo por todos los medios. Publicó en su blog un FB de Laura de la Uz sobre el 11 de Junio que era una verdadera aberración y le manifesto todo su apoyo,desde luego no fue capaz de discutir las objeciones que le plantearon y se lanzó a pedir el apoyo de su claqué. Por otro lado su famoso “diálogo “con alguien como Yunior,solo muestra afan de protagonismo. Este señor desde hace bastante muestra su adoración por los ricos.

     
  4. Sin-permiso says:

    Conocí al esposo de Laura en la embajada española hace 4 o 5 años. Me habló de un proyecto de hotel en El Vedado, que iban a inaugurar próximamente. Espero que el problema de los artistas con la revolución no se deba a que se han hecho cuentapropistas, unos como clase mercenaria que debe cubrir el expediente y otros como inversores en negocios afectados por el bloqueo y la pandemia. Mezclar los negocios y la política no debe tener cabida en la Cuba socialista clásica ni en la que proponen quienes plantean reformas dentro de la revolución. Por desgracia, cuando el dinero fácil del cuentapropismo entra por la puerta o los vencimientos de los préstamos y/o los bajos ingresos anuncian crisis, los principios escapan por la ventana.

     
  5. Luis says:

    Sí. Tienen un plan. El enemigo lo sigue punto por punto.
    Ahora. También los aburguesados burócratas, sus afines, sus familiares y los empleados que les sirven de este lado tienen un plan.
    Conozco a varios de ellos con varios restaurantes y con varios enfoques de futuro. Ninguno tiene que ver con la solidaridad. Más de lo mismo.

     
  6. juan carlos corcho vergara says:

    Si el camarada Luque anda por aquí,lo saludo y le pido si se puede se lleve mis comentarios para sus publicaciones. Sigo censurado por Fascebook ,pero los puedo seguir por un teléfono x

     
  7. Rafael Emilio Cervantes Martínez says:

    Comparto las coordenadas que aporta el destacado revolucionario cubano compañero Agustín Lage en temas de gran amplitud y complejidad. Me permito subrayar algunas que creo son de gran significación. La inmensa mayoría del pueblo cubano sabemos lo que está en juego en el presente momento histórico, qué defendemos y hacia donde aspiramos avanzar. Lejos ya en el tiempo está el momento en que a base de prejuicios anticomunistas y antimarxistas lograban confundir a los trabajadores y al pueblo en general con relación a la naturaleza de iniciar un proceso de cambios revolucionarios donde los beneficiarios directos serían las propias masas preteridas, explotadas y olvidadas hasta entonces, el pueblo caracterizado por Fidel. Es el propio Comandante en Jefe quien formuló aquella insuperable imagen sobre el capitalismo como sistema mundial luego de haberlo estudiado en profundidad, comparaba al capitalismo con un árbol de raíces podridas. ¿Y acaso no está podrida una sociedad que reproduce destacamentos mil millonarios de excluidos, desempleados, refugiados, vejados, inferiorizados, engañados y sumidos en las formas más humillantes de enajenación?¿Acaso no está podrida una sociedad que sólo logra enriquecer a una exigua minoría incluso sobre una parte de riqueza ficticia que engendró riqueza material alguna y por consiguiente resultó sólo en un proceso aritmetico, ideal, sin siquiera dar empleo?¿Qué significa que en una minoría de la población de la humanidad se produzca la ilusión de que en el capitalismo se cubren las necesidades de los trabajadores cuando en el escenario mayor de la humanidad apenas se cubren las necesidades de subsistencia?¿Cómo comprender que no se pueda ajustar una maquinaria productiva transnacional a los marcos de la sostenibilidad de la Naturaleza por estar programada de acuerdo a un crecimiento insaciable de ganancias? Tales certezas que se pueden demostrar con estadísticas del mayor rigor científico son que mueven las esperanzas de los y las revolucionarias, llámese como se llame, como advertía certeramente Fidel. No podrán convencernos de que el capitalismo es la última estación del recorrido de la humanidad. Es como se ha dicho con razón, su prehistoria.

     
  8. Maño says:

    A veces nos falta un enfoque marxista ( me incluyo) a pesar que festejamos el aniversario del manifiesto. No ataquemos personas sino relaciones que establecemos para producir o dar un servicio. Es esto ultimo lo que se ha estado cambiando en Cuba en los últimos 10, 15 años y lleva tiempo en que las persona ( es decir nosotros) funcionemos según ellas. Si alguien vivió en Cuba sabe que cuando triunfo la Revolución, un barrio como Lawton con el llega y pon del barrio de las Yaguas era un lugar de perdición y miseria, el solo hecho ( parece poco) de cambiar con la Reforma Urbana, se le dio dignidad, el solo hecho ( parece poco) de dar trabajo digno, donde la gente podía tener previsión de su futuro, hizo cambiar el estatus quo, eso sin dejar de mencionar que aquel barrio las Yaguas desapareció para siempre porque se le dio casas digna a aquellos pobladores que vivía por allí, mi familia gitana conoce bien de aquello.
    Hoy hay otra Cuba, con algunos barrios que se formaron también como aquel, algunas vez dije después de venir de la URSS, el día que no exista más un barrio como el Juanelo, sobre todos las viviendas pegadas al Río, en Cuba habrá triunfado el Socialismo, mientras no.
    Nos estancamos, no solo por un bloqueo genocida, que repudio con toda mi alma, sino que mantuvimos relaciones de producción arcaicas. Esto es lo que está cambiando, pero lleva tiempo y más a que los hombres respondan a ello.
    Yo he trabajado toda esta vida en la ciencia, en Cuba y ahora en la Argentina. Cuando llegue a este lado del charco siendo un país Capitalista encontré en la Ciencia las mismas trabas, el mismo estado de cosas que en Cuba, encontré a hombre dirigiendo muy parecido a los que me tope en Cuba, pero claro no eran los hombre sino la manera que ellos se relacionan para encarar algo. En las dos situaciones tanto en Cuba como acá, las relaciones eran las mismas y ellas daban hombre iguales en su comportamiento.
    Conocí a dirigentes en Cuba en la ciencia donde me desarrolle, que en un lapso de 4 años cambiaron cuando las relaciones de producir ciencia cambiaron. Tengo muchos ejemplos. Por supuesto nada es absoluto y hay hombres con capacidades excepcional que son capaces de romper los moldes, Fidel fue uno de ellos, el Che, pero desgraciadamente el resto de los mortales somos rebaño (sin menospreciar el hecho), si cambian las relaciones que establecemos para producir o dar un servicio, cambiamos nuestra manera de actual.
    Me satisface constatar que Cuba ha cambiado muchísimo, pero como todo en esta vida, siempre falta algo o mucho ( depende de quien lo mire), esa será siempre nuestra zanahoria para ser mejores.
    Saludos

     
  9. Javier el otro says:

    Lo que debe existir es la igualdad en el acceso a los derechos basicos. Derecho a recibir una instruccion (la educacion se aprende en casa), donde el unico “techo” sea el esfuerzo y/o la capacidad de la persona. Es a traves de una instruccion como es posible alcanzar una mayor movilidad social y lograr que cada generacion pueda superar la anterior. Esa ha sido una ventaja competitiva del modelo cubano, aunque desafortunadamente, como otras cosas de la vida socio economica del pais, se ha ido erosionando a pesar de la voluntad politica del gobierno en preservarla.
    El acceso a recibir atencion medica, sin importar tu posicion social ni tu patrimonio personal.
    Pero confundir igualdad con equidad ha causado un danno enorme donde quiera que se ha seguido esa premisa. Es muy facil repartir gratuidades , pero es muy, pero muy dificil “eliminar gratuidades indebidas”.
    Discrepo respetuosamente de esos que se enfocan en el 1%. Creo mas bien, que debe existir oportunidades similares para todos, pero no debemos olvidarnos que todos no somos iguales, ni tenemos las mismas habilidades, ni somos educados de la misma manera, etc, etc. En fin, que cada persona es un mundo aparte y cada cual tiene su individualidad. Y el sistema socio politico de un pais debe ayudar al que lo requiere y tratar de ser lo mas equitativo posible (que no es lo mismo que igualitario). Pero lanzar una apologia contra la riqueza o la propiedad, no va a hacer que de pronto, todos seamos mas iguales. Si no se crea riqueza, no habra nada para repartir.
    Yo les pregunto. Un empleado va a trabajar, hace sus 40 horas (o mas) cada semana. Pero al final del dia, se va a su casa y deja (en muchos casos) los problemas de su trabajo en el mostrador, buro o en la puerta de su trabajo. Acaso alguien se pregunta si un empresario puede darse el lujo de hacer lo mismo? Les digo con conocimiento de causa que no. Esos que critican el 1% solo ven una parte de la historia. Deberian ver tambien que se empresario, ademas tiene responsabilidades fiscales, tiene que manejar su flujo de caja, ademas de lidiar con los problemas de sus empleados, de sus proveedores, de sus clientes. O sea, que ese empresario no se va tranquilamente a su casa cuando el empleado se va. Tampoco ven que muchas veces, ese empresario asume deudas con instituciones financieras y en no pocos casos, poniendo en juego su patrimonio personal para echar alante un proyecto. O sea, que por todo lo anterior, todavia creen que el empresario no debe recibir mas por todo lo que pone en riesgo. Todavian quieren ser empresarios?

     
  10. Sin-permiso says:

    El problema que plantea Javier el Otro tiene fácil solución en un modelo cooperante y solidario: “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”. En la Cuba socialista actual y contemplando el fenómeno del cuentapropismo, se tendría que resolver con un sistema fiscal basado en la capacidad económica, solidario y orientado a la redistribución de la riqueza, para que cada cubano reciba según sus necesidades. Si todos aportan conforme a la capacidad y todos se benefician conforme a sus necesidades, nadie debe sentirse perjudicado ni discriminado. Aquí no se premia ni el igualitarismo ni el oportunismo de los que reciben sin aportar. Tampoco el oportunismo de los que hacen zafra recolectando mangos bajitos o de los que se autoexplotan desenfrenadamente las 24 horas del día para que, en el despiece de la vaca, les toque la mayor parte y otros tengan que conformarse con poco o los restos. Esta es una crítica que no suele hacerse en el capitalismo. Es la filosofía de los cowboys, que se consideraban con el derecho a explotar todos los recursos que se encontraban en su camino, sin preguntarse siquiera si ya tenían dueño. Pero el mundo de hoy dista mucho de parecerse al de los ambiciosos cowboys, por lo que no podemos seguir permitiendo que cada uno de apropie de lo que se le ponga por delante ocultando los beneficios en paraísos fiscales.

    Las necesidades básicas y los derechos fundamentales de todos los seres humanos deberían estar garantizados, de forma que nadie pueda apropiarse de la parte de la vaca que otros necesitan para subsistir, lo que se resolvería con un sistema fiscal solidario y progresivo, pero también con la consideración del trabajo como un deber además de un derecho, pues cada uno debe contribuir con arreglo a su capacidad. Esto sería posible en un modelo cooperante, pero no en el modelo competitivo e individualista típico del capitalismo, por mucho que se reconozca que la riqueza, en todas sus formas, está al servicio del interés general o que se atribuyan derechos universales, que no se cumplen. Es en un modelo competitivo donde las críticas de Javier cobran sentido: el esfuerzo personal no puede estar al servicio de otros y estaría plenamente justificado que los competidores se aprovecharan de los recursos en función de sus capacidades y esfuerzos, aunque ello provoque víctimas inocentes. Yo no puedo imaginar que sea este el modelo de los opositores, que podría conducir al típico escenario de desigualdades, injusticias y amenazas que caracterizan a las sociedades capitalistas y que cada día nos acerca un poco más al borde del precipicio.

     
  11. Pingback: No necesitamos desigualdades para construir prosperidad |

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