Fabián Escalante: Con la honda de David. Por Iroel Sánchez

Prólogo al libro de Fabián Escalante “Revolución y contrarrevolución en Cuba”

Y mi honda es la de David.

José Martí

No siempre quien escribe tiene la virtud de ser a la vez comunicador, investigador y protagonista de lo que publica. Y esa es la excepcional condición con que cuenta el autor de este volumen para acercarse a la historia de uno de los enfrentamientos más prolongados, y también más manipulados del mundo contemporáneo: El de la Revolución cubana con el gobierno de los Estados Unidos. 

Porque, contrario a lo que pudiera pensarse al leer el título de este libro, no es esta la historia de dos tendencias o grupos que luchan al interior de un país, sino el recorrido a lo largo de casi sesenta años por los emprendimientos, casi siempre poco conocidos, con que los aparatos de inteligencia y subversión del país más poderoso de todos los tiempos fracasaron en modificar el curso de los acontecimientos en Cuba. Pero también es un recorrido, bien documentado, y muchas veces desde el interior de los acontecimientos, por la manera en que una pequeña nación en enorme desventaja derrotó esos intentos. 

Hay aquí violencia, bombas, terrorismo, sabotajes, asesinos por contrato, mafiosos, magnicidios, emboscadas, pero también inteligencia, análisis, participación popular y sobre todo ideas, junto a una honestidad que nunca es neutral, y explica por qué el pequeño David ha derrotado tantas veces al gigante Goliat. 

Fabián Escalante Font parte de los intentos de la embajada norteamericana en Cuba y los servicios especiales estadounidenses de crear alternativas de “centro” para evitar el triunfo de una verdadera Revolución en Cuba, así como del primer intento en 1958 de esas instituciones por asesinar a Fidel, en el inicio de una cacería humana que fracasó durante más de cincuenta años en 634 ocasiones, y que el autor de este libro ha seguido muy de cerca, recorriendo las acciones en la sombra de todas las administraciones de Washington por alterar el rumbo escogido por la mayoría de los cubanos a partir de entonces, así como la evolución de esas estrategias hasta “…la subversión política generalizada, fundamentada en un novedoso concepto de guerra sicológica, con los cuales se ha pretendido diluir esta vez los principios morales, éticos, políticos de la sociedad cubana, minarla y distorsionarla, para finalmente erosionar sus bases y lograr el desplome de la revolución, al igual que hicieron en la URSS y demás países del Este europeo.”

En voz de un oficial de la CIA podemos leer aquí qué era Cuba antes de 1959 para los norteamericanos, y recorrer en detalle los planes de terrorismo, guerra sicológica, y uso de armas biológicas, así como conocer actores fundamentales de uno y otro lado. También acercarnos de modo crítico a libros, películas y seriales que han salido a la luz sobre el tema en Estados Unidos y Cuba. 

Porque Fabián, más que un protagonista de esta historia que ha comprendido el valor de contarla, es sobre todo un revolucionario que no ha dejado de combatir, ya sea con las armas o con las ideas, en Cuba o fuera de ella, incluyendo los nuevos escenarios que se han abierto con el surgimiento de Internet. 

Recomiendo especialmente la entrevista que cierra el volumen, realizada por el politólogo y director de la prestigiosa revista Temas, Rafael Hernández, a Fabián. En ese diálogo que Rafael califica de “iluminador” está recogido el reflejo de una ética y unas convicciones que atraviesan las páginas de este libro y que son también las de varias generaciones de cubanos, que nos honramos con ser los contemporáneos de quienes, como él, no se cansan de luchar con la honda de David.