El gran estafador. Por Pedro Pablo Gómez

 

A pesar de las grandes preocupaciones sobre el enfrentamiento global a la epidemia del Coronavirus, hay personas que rayan en la anormalidad cuando tratan de dormir a la opinión pública con mensajes tendentes a confundir. El ejemplo más notorio en la actualidad le corresponde al presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, quien no cesa en su política para intentar mantenerse en la primera línea informativa en el planeta, aunque sea con sus acciones barbáricas.

Como la pandemia del COVID.19 es lo que concita la mayor atención informativa, el experto en recrear su imagen le declaró ahora la guerra a la Organización Mundial de la Salud- OMS, al anunciar el retiro de la financiación a este órgano internacional por su supuesta mala actuación en el manejo de la crisis y según él la información dada que favorecía la actuación de China en el manejo de esta epidemia. Constituye de hecho una bestial tergiversación de la realidad existente, pero todo vale para obtener titulares en las cadenas informativas.

Los analistas de la política internacional no podemos olvidar cuantos golpes de timón ha dado Trump para mantenerse y mantener entretenidos a sus conciudadanos y más ahora en medio de la carrera electoral en que se ve rodeado por la ineficacia de su gobierno en el tema de la salud del pueblo americano, al haber ignorado en toda su etapa los reclamos de la población para poder obtener una atención a sus problemas sanitarios. Así lo vimos maniobrar al poner al mundo al borde de la guerra nuclear con los coreanos, o en Medio Oriente en su política contra Irán, o al anunciar sus consideraciones para aumentar aranceles de forma anormal contra sus propios aliados, al imponer más sanciones a otros países de forma caprichosa, como especialista del Terrorismo de Estado. Para también mantener una guerra no declarada contra países que de una forma u otra no se someten a sus deseos como Venezuela, Cuba y Nicaragua, ha practicado las más disímiles formas desde el bloqueo económico y comercial, la imposición de un presidente títere en un país democrático y acusar a otros gobernantes de narcotráfico cuando en el mundo todos saben cuáles son los países desde  los cuales EEUU recibe los cargamentos de drogas a través de sus propias organizaciones.

En su atribulada situación y ante el peligro real de perder su reelección el próximo noviembre, si se llegaran a realizar los comicios, nuevas maniobras de entretenimiento deben esperarse de la mente enferma que desea imponer al mundo su fantástica realidad aunque nadie se la crea más allá de sus seguidores que lo absolvieron del impeachment y lo siguen como borregos.

Ante eso solo la verdad y la denuncia constante podrán vencerr. Hoy es contra la OMS, ayer fue la OMC, también la UNICEF, y por qué no la ONU que ya ha recibido sus amenazas. ¿Hasta cuándo los ciudadanos de ese país y los que se lo creen a escala internacional vivirán con las mentiras de este gran estafador?

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4 Responses to El gran estafador. Por Pedro Pablo Gómez

  1. Lamentablemente tiene mareados a unos cuantos incautos por allá y hasta por acá. No me refiero a los que lo defienden porque consideran que es “protector de la economía”, hay no pocos que desde enfoques religiosos lo consideran un “enviado de Dios”. Tenemos que tener clara conciencia de que áun con sus extravíos, sus payasadas y evidentes desaciertos, puede salir victorioso en la disputa electoral y tendremos que sufrirlo unos cuantos años más.

     
  2. Tocororo says:

    El adefesio este de Trump, tiene todos los vicios de uno de su clase, enumerados desde la A a la Z, no de dejamos letra libre.

    Tremendo estafador y mentIroso y tergiversador, porque no solo dice que retira la asignación del régimen a la OMS, es que además el régimen de EEUU ya debía más de mil millones de sus dólares a la institución, porque no había pagado sus anteriores obligaciones contraídas.. Así las cosas con estos forajidos tarados y psicópatas

     
  3. Sin-permiso says:

    Si Trump puede hacer con sus compatriotas lo que le plazca, inclusive dispararles en la Quinta Avenida ( y cabe pensar, por extensión, en cualquier otro lugar), mentirles y estafarles no iba a ser una excepción. Forma parte del paquete de privilegios del inquilino de la Casa Blanca, desde que el mayor propietario de esclavos de América inaugurara el gobierno de una de las mayores y más viejas plutocracias del mundo.

    Su declaración en rebelde como miembro y contribuyente de la OMS adquiere especial gravedad, al igual que ocurre con la OMC o el no reconocimiento de la CPI, por el hecho de que USA es el principal promotor del vigente orden mundial: hagan lo que yo digo pero no lo que yo hago. Si puedes comer a la carta y has sido elegido por tu condición de matón de barrio sin escrúpulos, lo coherente es que hagas lo que más te convenga en cada momento, consciente de que cualquier salida de tono y excentricidad se la van a achacar a tu tupé y no al hecho de que USA sea la mata del crimen organizado y gran patrocinador del terrorismo.

    Trump lleva ya mucho tiempo afirmando por activa y por pasiva que la COVID-19 estaba bajo control y que sería como una gripe, responsable de la muerte de unos 20.000 yanquis cada año. A qué viene ahora culpar a la OMS de sus errores? Acaso no dispone USA de servicios de vigilancia epidemiológica a la altura de los servicios de vigilancia militar de una inverosímil invasión alienígena?

    Por lo que parece, habría que responder negativamente ya que fue un laboratorio de investigación el que tuvo que notificar la presencia del virus en enero y la respuesta de la FDA es que ese no es el cauce forman para hacerlo (los laboratorios de análisis clínicos, perfectamente controlados) por lo que se archivó en el cubo de la basura.

     
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