La Unión Europea se hace cómplice de un golpe de estado en Venezuela. Por Justo Cruz

 

El presidente del gobierno español Pedro Sánchez, en un acto desmedido, insolente e irresponsable y en complicidad con los gobiernos de países como Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal ha tenido la desvergüenza de anunciar un ultimátum al presidente legítimo de Venezuela para que convoque a elecciones libres en ocho días bajo la amenaza de unirse a EE.UU. y reconocer al líder opositor venezolano Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

¿Cómo pueden existir personas que realmente crean que a individuos como Donald Trump, Mike Pence, Jair Borsonaro, Luis Almagro, Sebastián Piñeira o a Mauricio Macri les pueda interesar el bienestar del pueblo venezolano?

¿Con qué derecho EE.UU. y sus aliados y marionetas pueden decidir quién puede gobernar en un país libre y soberano?

Esta decisión del Gobierno de Donald Trump con el apoyo de Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y demás políticos de la Unión Europea, con el apoyo del gobierno de Israel, por supuesto y de políticos escuálidos, apátridas y traidores de algunos países latinoamericanos constituye una clara violación al derecho a la libre determinación de los pueblos de decidir libremente y sin injerencias externas sus propias formas de gobierno, de desarrollo económico, social y cultural como está recogido en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos suscritos por las Naciones Unidas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, haciendo uso de su derecho a la libre determinación como presidente legítimo de su país, ha rechazado el ultimátum del presidente español y de los países antes mencionados. Habría que preguntar entonces a estos políticos irresponsables de la Unión Europea qué van a hacer ahora para solucionar la crisis.

¿Qué pasará el lunes cuando se venza el ultimátum?

Está claro que estos mandatarios irresponsable no tiene un plan para Venezuela, no se puede tener un plan cuando se actúa obedeciendo órdenes de EE.UU. Esos son los que verdaderamente tienen un plan macabro para el país suramericano, ya lo manifestó Graig S. Faller, Jefe del Comando Sur de EEUU, cito: “Hay dos maneras de resolver este tipo de problemas. En 1989 nosotros sacamos a Manuel Noriega de Panamá. Y en 1994 depusimos al presidente de Haití. (….)al final de la década de los 80 cuando Ferdinand Marcos tenía cientos de miles de manifestantes protestando en las calles de Filipinas, nosotros organizamos su salida y le garantizamos a Marcos que no sería enviado de nuevo a Filipinas para ser juzgado allí por los crímenes cometidos”.

Así de desfachatados y arrogantes son estos demagogos que actúan como si fueran los dueños del universo.

Pero ni Maduros es Ferdinand Marcos ni Venezuela es Filipinas, eso lo saben muy bien los guerreros de la OTAN, de la misma manera que saben que no habrá una salida negociada de Maduro. La única alternativa posible sería entonces un insurrección militar del ejército, un golpe de estado o una intervención extranjera al estilo de Iraq, Libia o Siria y ya sabemos cuales son las consecuencias de estas “intervenciones humanitarias” en el nombre de los Derechos Humanos, y conocemos sus “daños colaterales”.

Juan Guaidó, el ilegítimo presidente impuesto por Donald Trump y Mike Pence al pueblo venezolano ha manifestado sin tapujos que “la intervención militar es un instrumento de fuerza que siempre estará sobre la mesa”. El Presidente de Brasil Jair Bolsonaro por su parte ha manifestado su intención de liderar las “fuerzas de paz” tras un golpe victorioso.

¿Cuándo se ha visto que un político solicite abiertamente una intervención armada en su propio país?

¿Cómo es posible que los venezolanos que apoyan a estos sinvergüenzas y los neófitos del momento no tengan en cuenta que los cohetes Tomahawk no son tan inteligentes como para diferenciar quién es quién a la hora de matar?

¿Puede llamarse demócrata a quien apoye un golpe de estado o una guerra civil en Venezuela para derrocar a un presidente elegido democráticamente por la mayoría de su pueblo?

Los gobernantes estadounidenses no tienen ningún interés en una solución pacífica a la crisis en Venezuela, por esta razón el vicepresidente Mike Pence tuvo la descabellada idea de designar a Elliot Abrams como enviado especial para el país suramericano, un viejo y retrógrado diplomático de la era de Reagan y Bush padre muy conocido en el continente latinoamericano por su política de mano dura.

Este señor fue acusado por el Senado estadounidense por haber ocultado información sobre el escándalo Irán-Contras que consistía en venderle armas a Irán para financiar a las guerrillas paramilitares (Contras) que luchaban contra el Gobierno sandinista de Nicaragua. En otro escándalo político se comprobó que Abrams había intentado tergiversar información sobre una de las matanzas más grandes en la historia reciente de América Latina, el asesinato de más de 1.000 civiles, mujeres y niños incluidos ocurrida en diciembre de 1981 en la aldea salvadoreña de El Mozote a manos de militares entrenados y equipados por Estados Unidos.

¿Cómo es posible que mandatarios europeos como Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Angela Merkel no tuvieron en cuenta estos antecedentes antes de tomar una iniciativa tan descabellada, amenazando con reconocer a un presidente impuesto por EEUU que no ha sido elegido por voluntad del pueblo venezolano?

Veamos cuán legítimo es el auto proclamado “presidente” Juan Guaidó.

Lo primero que debe quedar bien claro es que la figura de “Presidente interino” no existe en la Constitución venezolana, declararse como tal es anticonstitucional, de la misma manera que tampoco existe un “vacío de poder”. Vacío de poder existen en países como Iraq, Libia o Afganistán, países víctimas de las intervenciones “humanitarias” de la OTAN donde lo único que está bajo control son los grandes yacimientos de gas y de petróleo para que los guerreros de occidente se sirvan a su antojo.

Pero por desgracia esta situación lógicamente no le interesa a los “demócratas” de occidente.

Es una ridiculez por parte de Juan Guaidó y sus patrocinadores pretender ser reconocido en el mundo por algo que en su esencia es ilegal y anticonstitucional, sobre todo cuando la “mayoría opositora” y la Mesa de la Unidad Democrática han desaparecido de la vida política de Venezuela.

Recientemente el periódico The Wall Street Journal afirmaba que el vicepresidente estadounidense Mike Pence había realizado una llamada a Juan Guaidó donde le aseguraba el apoyo de su país en el caso de que este se auto proclamara como presidente interino. Momentos después Guaidó anunciaba con bombos y platillos que a partir de ahora se consideraba el presidente interino de Venezuela. Estas informaciones del Wall Street Journal corroboran lo que ya casi todo el mundo sabía; la iniciativa de Guaidó de proclamarse presidente de Venezuela había sido una idea de la Casa Blanca, no de él, ni de los opositores venezolanos que lo secundan. Una mala idea de estos demagogos que pudiera desatar en una guerra civil de consecuencias impredecibles para el pueblo venezolano y la región.

Desde hace meses los medios de desinformación al servicio de occidente y la oposición venezolana no se cansan de repetirnos a diestra y siniestra que Nicolás Maduro es un dictador que ha usurpado la presidencia de Venezuela. Una oposición que dicho sea de paso está dividida y desmembrada y sus líderes carecen de respaldo popular a tal punto que ya nadie, ni cree, ni habla de ellos. Esta es la razón por la cual aparece de la noche a la mañana un tal “Juan Guaidó” que nadie conoce.

¿Cómo puede haber alguien en el mundo que crea que a un individuo como Juan Guaidó, salido de la nada, se le pueda ocurrir auto proclamarse como presidente de un país como Venezuela sin el apoyo de EEUU y de sus aliados y marionetas?

Veamos entonces cuán ilegítimo es el gobierno de Maduro.

Según la opinión de un supuesto Grupo de Lima, cito: “……el proceso electoral llevado a cabo en Venezuela el 20 de mayo de 2018 carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores internacionales independientes, ni con las garantías y estándares internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente.”

Para entender esta farsa lo primero que debemos saber es que fue la oposición venezolana, no el gobierno de Maduro la que solicitó que las elecciones se realizaran en mayo y no en diciembre como está estipulado. Estas elecciones se hicieron el 20 de mayo de 2018, o sea antes del 10 de enero del 2019, en el marco del periodo presidencial 2013-2019, según lo estipulado en los artículos 230 y 231 de la Constitución. Es muy importante tener en cuenta que el derecho al voto en Venezuela como en muchos países en el mundo no es un deber, lo que supone que es lógico que muchas personas decidan no ejercer su derecho, lo que no ilegitima un proceso electoral.

9.389,056 venezolanos ejercieron democráticamente su derecho al sufragio, el 46,07 % de los electores. Nicolás Maduro candidato del Frente Amplio de la Patria obtuvo el 67.84 %, Henri Falcón de la oposición el 20,93 % y Javier Bertussi del partido El Cambio el 10,82 % de los votos.

En las elecciones presidenciales participaron 16 partidos políticos. El hecho de que tres partidos políticos hayan decidido no participar tampoco puede ser una justificación para ilegitimar el proceso electoral ya que no era obligatorio que participaran en las elecciones.

Se realizaron 18 auditorías en las que participaron incluso representantes del candidato Henri Falcón, quienes también suscribieron las actas de conformidad con el sistema electoral. Esas auditorías fueron públicas y televisadas en vivo por el canal perteneciente al Consejo Nacional Electoral. Una vez terminadas las auditorías se bloquea el sistema y la única manera de acceder nuevamente a ella es mediante la introducción simultanea de códigos secretos en poder de cada partido político.

El propio ex presidente estadounidense Jimmy Carter, quién en todo momento ha manifestado su desacuerdo con la política de Hugo Chavez y de Nicolás Maduro, durante los comicios del 2006, después de haber afirmado que Chavez había ganado las elecciones de forma honesta, afirmaba, cito: “De hecho, de las 92 elecciones que hemos monitoriado, yo diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo”. Según el ex mandatario, cito: “…la mayor ventaja del sistema venezolano es el hecho de que sea totalmente automático, lo que facilita la verificación de los resultados de las elecciones”. Fin de la cita.

Ya es costumbre en el mundo occidental no reconocer los resultados de las elecciones que se realizan en Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua,  cuando los ganadores no son los “favoritos” de occidente. Al respecto el ex presidente español José Luis Rodriguez Zapatero, del que no se puede decir que sea un simpatizante de la Revolución Bolivariana de Venezuela, quien participó como observador en las elecciones del 20 de mayo del 2018 afirmaba ante la prensa refiriéndose a la negativa de la oposición y de EEUU de no reconocer de forma “preventiva” los resultados electorales, cito textualmente: “Primero, un país que hace esas elecciones no suele invitar a que venga todo el mundo y aquí salvo que me corrija el gobierno, salvo a la OEA (…)se ha invitado a todo el mundo a vivir el proceso electoral, o sea, ¿No tiene experto la Unión Europea hoy, con los medios que hay, y las Naciones Unidas y todas estas organizaciones para saber si unas elecciones se producen correctamente…? Claro que las hay. Pero hemos partido de un prejuicio, un gran prejuicio, que es de las cosas peores que puede pasar en política. Los prejuicios son dogmas y los dogmas llevan normalmente al fanatismo y al desastre. Entonces antes de que se produzcan las elecciones decimos que no hay condiciones. Eso yo no lo había visto nunca. Hay que venir al terreno,y comprobar, y si no hay que denunciarlo. Yo me siento en fin…en cierta medida con un notable grado de enfado por lo que hay en juego, porque es muy serio que a un país se le diga, “no esas elecciones no sirven” y si mañana vota el 60 % -imaginemos de los venezolanos, que de otros gobiernos se les diga (…)no, eso no vale, no sirve, ¿Cómo?eso es una irresponsabilidad para el futuro de un pueblo, para su paz, para su desarrollo, yo digo ¿Cómo se han tomado estas decisiones?Quizás como se han tomado otras en otras latitudes que han llevado a consecuencias, como se han tomado, pero debo decirles, me asusta, me asusta que decisiones tan trascendentales se hayan tomado con tampoco elementos de juicio. Esto ha sido una descalificación preventiva, de las elecciones venezolanas del 2018.¿Les suena lo de ‘preventiva’?Una acción preventiva es siempre un fracaso. Y quienes apuestan por esa vía no van a acertar con Venezuela”. Fin de la cita.

Vivimos en un mundo increíble, dominado por capataces inmorales que han perdido la cara. El desgobierno estadounidense sigue sin pagarle el salario a más de 800 mil empleados estatales que ya no saben cómo pagar sus hipotecas, alimentarse o pagar el combustible que necesitan a diario. Miles de contratistas del gobierno han perdido sus empleos, pero Donald Trump, Mike Pence y Marco Rubio le siguen contando al mundo cuan “preocupados” están por el bienestar del pueblo venezolano.

¿Cómo se puede ser tan sinvergüenza? Lo peor del caso es que nada de esto le interesa a la OEA, ni al Grupo de Lima, ni mucho menos a las marionetas de EEUU en el Parlamento Europeo. ¿Al parecer a nadie en el mundo le interesa la suerte de casi un millón de empleados estatales estadounidenses a los cuales Donald Trump mantiene como rehenes para que el Congreso le autorice a construir un muro que es rechazado por casi la totalidad de la comunidad internacional.

Deslegitimar al Gobierno de Nicolás Maduro para legitimar a un títere al servicio de Washington y sus aliados y marionetas sería como legitimar la imposición de un nuevo orden mundial con consecuencias funestas para el futuro de la humanidad.

Hoy en Venezuela no solo se decide un futuro de paz para su pueblo, también se decide un futuro de paz para nuestro continente latinoamericano, un futuro de paz para el mundo. Este estado de peligro inminente de guerra en el que han obligado a vivir a nuestros hermanos venezolanos exige nuestra solidaridad y nos obliga a luchar con todas nuestras fuerzas para evitar un golpe de estado o una intervención militar en ese país hermano.

Debemos propiciar el diálogo como la única salida pacífica a una crisis importada por fuerzas imperiales que quieren convertir el mundo en su patio trasero.

Digamos NO a la guerra y un SÍ grande a un mundo de paz y de coexistencia pacífica.

 

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6 Responses to La Unión Europea se hace cómplice de un golpe de estado en Venezuela. Por Justo Cruz

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  3. Sin-permiso says:

    Que a nadie le sorprenda la decisión de Pedro Sanchez ni del resto de lacayos de la oligarquía a nacional e imperial, ya sean, conservadores, liberales o socialdemócratas ( la falsa izquierda que jamás lesionaría los intereses de sus amos ni con los pétalos de una rosa y son responsables de la división y descrédito de la izquierda como opción de progreso al servicio de las mayorías humildes).
    El mismo Pedro Sanchez y escoria del PSOE que niega a los catalanes y resto de comunidades decidir su futuro mediante referéndum, de mismo modo que votaron su estatuto de autonomía en su día, con el mayor de los cinismos y desprecios han apoyado y siguen apoyando la entrada en e patio trasero de pueblos independientes y soberanos a través de las más rastreras y criminales técnicas, como las falsas guerras humanitarias, que han saqueado y condenado a la emigración a pueblos enteros, apoyo al secesionismo inconstitucional y destrucción mediante la guerra de naciones como Yugoslavia y ahora negando que ha habido en Venezuela varios procesos electorales, algunos con participación de la oposición, ganados limpiamente por el chavismo, apoyan la auto proclamación como presidente en medio de la calle a un fulano dispuesto a liderar los intereses imperiales.

    La conclusión que debemos extraer es que para los esbirros imperiales no hay posibilidad legal ni material de romper las cadenas de la tiranía pero para la entrada al imperio como patio trasero todo vale. Total para defender en Venezuela los intereses de grandes empresas que Pp y PSOE nos robaron a todos los españoles y que de españolas sólo tienen la bandera. Lo que pueda ocurrir a los miles de españoles que viven en Venezuela es irrelevante. Lo dicho: verdadera escoria de la que la verdadera izquierda española debería apartarse colocándolos donde merecen y reivindicando que la lucha de clases solo será efectiva dotándose de herramientas de clase ( como medios de comunicación comprometidos) y sabiendo quienes son los enemigos. Saludos.

     
  4. Antonio Gonzalez says:

    No dudemos que ante el reparto del dinero y el oro de los venezolanos por EE UU algunos europeos se apuren en recibir su parte del botin. Recordemos que desde el reparto de la riqueza de Lybia en occidente no han tenido otra oportunidad para enriquecerse milagrosamente.
    Segun una informacion entre lo robado a Iran, Iraq y Lybia suman mas de 102.5 billones de dolares ( bbillones de verdad ), que a algunos pillos han enriquecido.
    Y es para reirse de las excusas tontas que se le ocurren, ahora se dice que el dinero libio depositado en un banco de Belgica sencillamnte se desaparecio sin rastro, fueron cientos de millones. Pero asi de mal estan las cosas en materia de honestidad.

     

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