¿Por qué el límite de dos mandatos para el Presidente de la República? Por Iroel Sánchez

 

Como parte de los debates en curso alrededor del Proyecto de Constitución para nuestro país, uno de los aspectos que ha suscitado diferencias es el referido al límite de dos periodos de mandato para el Presidente de la República. 

A propósito traigo la respuesta que di hace ya algún tiempo en una entrevista cuando me preguntaron al respecto, en el sentido de que tal límite

“toma en cuenta un análisis crítico de otras experiencias socialistas como la soviética y el anquilosamiento de su dirección que produjo tres muertes seguidas en la dirección de ese país en su década final de existencia. Por otra parte, el hecho de haber podido contar con un líder excepcional como Fidel, que pudo permanecer al frente de la Revolución durante un prolongado tiempo y contribuir de modo decisivo a consolidarla no quiere decir que eso sea algo común.”

Agrego la opinión de la única persona viva que ha tenido en nuestro país la experiencia de ocupar una responsabilidad semejante, el General de Ejército Raúl Castro, explicitada a raíz de la elección del compañero Miguel Díaz Canel como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros:

“Lo mismo que estamos haciendo ahora, él tiene que mantenerlo con su sustituto. Terminando sus 10 años de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, los tres que le quedan, hasta el Congreso, se queda como Primer Secretario para viabilizar el tránsito seguro y ahorrándonos aprendizajes del sustituto, hasta que se retire a atender a los nietos que ya tendrá —si es que no tiene alguno todavía—, ¿ya tienes nietos? Bueno, pues a los bisnietos, como yo, que tengo tres y viene uno por el camino (Risas). Eso es lo que pensamos.

“Naturalmente, los órganos superiores del Partido y del Estado serán los que decidirán, tomarán la decisión final en estas actividades que les he mencionado.

“Vivimos en un lugar y en unos tiempos donde no podemos cometer errores. Yo soy de los que me leo y me estudio, cuando el tiempo me lo permite, todo lo que llega a mis manos de acontecimientos históricos muy nefastos que han sucedido en la historia reciente, internacional, en los países, y no podemos cometer errores, no solo por la ubicación geográfica donde nos encontramos, ni por ningún otro motivo; hay errores que no podemos cometer, como los que dieron al traste con procesos importantísimos para la humanidad y cuyas consecuencias las hemos pagado muchos países; las consecuencias del desequilibrio internacional que se creó, que la hemos pagado muchos países, la seguimos pagando, entre ellos el nuestro.”

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22 Responses to ¿Por qué el límite de dos mandatos para el Presidente de la República? Por Iroel Sánchez

  1. luquecasiopea says:

    Reflexionando mucho sobre el tema, debo reconocer que no había tenido en cuenta lo ocurrido en la otrora URSS, pese a que me era bien conocido. Ese argumento es muy atendible, quizás el principal y de más peso, pero considero que hay otros. Algunos, imponderables e imprevisibles hoy, pueden sobrevenir.
    Por ejemplo, que llegado el momento del fin de un mandato, no exista todavía, o no esté suficientemente formado aun, un líder a la altura de esas responsabilidades. Recordemos que son varios los jóvenes que asumieron altas responsabilidades, en un momento merecieron la confianza del Partido y gozaban de reconocimiento popular, y por distintos motivos, algunos muy graves, quedaron en el camino. No se puede excluir que se repita simplemente porque existe la probabilidad. Yo he propuesto, por lo tanto, al menos un período más de 5 años más, en condiciones excepcionales sobrevenidas y evaluadas, a propuesta y con la aprobación de la Asamblea, o incluso, con una consulta popular amplia, semejante a la que se hace para la propuesta de los diputados. No lesionaría para nada nuestros principios democráticos. Tengo más argumentos, pero dejo aquí sólo el primero.

     
  2. orlando says:

    Considero que esa es una de las explicaciones. El elemento de una gerontocracia, al estilo soviético, nos afectó a nosotros en cuanto a los dirigentes políticos. Pero, hay otras muchas que deben sopesarse.

    No podemos dejar que se repita esa historia, sin tener relevos. Porque siempre la historia -ese viejo topo- ha demostrado que existen, que están ahí, sólo hay que detectarlos y trabajar con ellos.

    La genialidad de Fidel, y ahora Raúl, no debe reaparecer de inmediato en la historia de Cuba, por lo que debemos accionar con nuevos compañeros comprometidos con el pueblo -la política de cuadros ha sido muy criticada por lo ineficaz que ha sido en algunos casos-, que vayan adquiriendo mayor experiencia, que mantengan su conciencia política intacta -sin concesiones en los principios y con una ética martiana-guevariana-fidelista, y, a la vez ,capaz de irse superando en el batallar cotidiano, también con conocimientos y saberes que pueden irlos incorporando a su quehacer. Hay nuevos retos, insólitos desafíos a lo interno y externo.

    Hace falta dirigentes comprometidos, leales, fieles, pero también que tengan ideas propias, que sean críticos y autocríticos, capaces de beber de la experiencia del pueblo, de los de abajo. Que escuchen los latidos del ciudadano común, del sentido común de la gente de pueblo.

    Además, debemos otorgar mayor capacidad auténtica de protagonismo a la dirección colectiva (Gramsci decía que el Partido actúa como la inteligencia colectiva, y no la única de la sociedad, pero si una de las básicas), sin que se diluya la responsabilidad individual; dando mayor espcacio al protagonismo de las masas trabajadoras.

    ¿Qué lugar le hemos deparado al rol de los sindicatos, las demás organizaciones de masas y sociales -a la sociedad civil- en este proceso actualizador, que no es sólo económico social, sino también político, jurídico, ético, estético, normativo, axiolólgico, simbólico, lingüístico (semántico), etc?

    ¿No debemos definir que el socialismo que queremos (independiente, soberano, democrático, próspero y sostenible), que tambien es antimperialista, tiene que tener el rumbo estratégico hacia el comunismo lejano?

    ¿Por qué no agregar esa utopía deseable, tan necesaria, que no es solamente soñar, sino que constituye una brújula para el presente y futuro?

    Si dejamos el socialismo cubano en esos términos acabaremos pareciéndonos a los socialistas utópicos románticos, a los social-liberales, a los socialdemócratas y los libertarios (mezcla de anarquistas, trotskistas y otros ‘istas’), y hasta que a alguien se le ocurriría que estamos en la misma onda de Bernie Sander.

    Hay que trazar ese horizonte comunista, aunque como decía el Che, nos pasemos todo el tiempo construyendo el socialismo.

    ¿Por dónde desanda la urgente recomposición de la alianza trabajador (obrera)-campesina, con otras clases, grupos y sectores subalternos, además de la intelectualidad y otras capas sociales?.

    ¿Así cómo se está reconfigurando responsablemente en las masas populares la participación, interpelación, crítica, apoyo y decisión de las políticas macro y microsociales?

    ¿El pueblo interviene, interpela, cuestiona, participa y decide de manera activa, protagónica y responsable en el Estado y gobierno de la sociedad socialista?

    ¿No se han fortalecido en demasía los aparatos del Estado, que debe cumplir con las perspectivas de ser un Estado social ampliado y, al mismo tiempo, más democrático?

    ¿No se han expandido los representantes del Gobierno que, en la mayoría de los casos (Gobernadores, Intendentes y otros consejos colectivos), son designados a dedo -o con una débil consulta popular- lo que puede traducirse en una democracia formal rutinaria si no se es capaz de cambiar los métodos de elección, que signifique superior validez a la iniciativa, participación y motivación ciudadana?

    Son preguntas de peso que están a la orden del día en la discusión del proyecto de la Constitución de la República de Cuba. Y que debemos plantear, no sólo repitiendo las palabras de nuestros dirigentes. Y con esto no estoy planteando que no sean necesarias.

    Porque ese discurso político tiene muchos públicos, al interior de la nación y, también, al exterior. Son problemas de principio, pero no debemos lanzar pronósticos y profecías que pueden negarnos en el futuro. El discurso político no puede decirlo todo.

    El gobierno, el Estado y el Partido no son los únicos entes que toman decisiones, y cuando las toman tiene que considerar la opinión de los ciudadanos, hacerlos formar parte, con la heterogeneidad y la multiplicidad, incluso de intereses políticos, que pueden existir al interior de nuestra sociedad.

    Deben irse limitando los ordenos y mandos, los verticalismos y el comando, pues si queremos ser democráticos de verdad, hay que trabajar en la repolitización, reideologización y re-etización de las masas populares, pero no con el sentido de que debemos educarlas, sino que también debemos ser educados. Ese poder desde abajo que no es anti-poder ni contra poder, sino una nueva forma de hacer, aprender y construir el poder como relación social.

    Debemos, además, mitigar los efectos de la burocracia y la tecnocracia. y recuperar la participación y el control efectivo del representado sobre el representante. La propiedad social en Cuba ha sido esencialmente estatal, pero no ha habido una suficiente socialización de esa propiedad y de otras formas que deben estar presentes en el socialismo, como estadio de transición.

    Los trabajadores se han sentido -se sienten- enajenados de esos medios fundamentales de producción…, y esa es una realidad que no podemos soslayar.

    Existe, aunque no lo queramos, una brecha entre quién es el dueño nominal, formal, de esos medios de producción y quién realmente toma las decisiones sobre su uso y en ese proceso hay muy poca participación de los trabajadores y, digamos, por cierto, que sobre los medios de producción no deberían ser sólo los trabajadores los que decidan, porque pertenecen a todo el pueblo, esa es la definición que está en la Constitución.

    Esa Constitución que es jurídica y política, teórica y práctica, hay que respetarla.

    Estamos en un momento crucial, y debemos poner en práctica todo el acumulado de saberes, conocimientos y experiencias teóricas y prácticas que hemos aprendido -también desaprendido- en el nuevo rumbo socialista seleccionado con el apoyo amplísimo y profundo del pueblo.

    Todo hay y habrá que discutirlo, ponerlo a debate público. Es mucho lo que nos jugamos en ello. Y sin olvidar que el monstruo sigue ahí a menos de 90 millas.

     
  3. orlando says:

    He aquí parte de una interpretación del discurso. Y que Iroel respondió con la libertad de exponer ese interesantísimo punto de vista. Hay muchos Camilos, el Hombre Nuevo está caminando por nuestras calles, hay Lázaros Peñas, hay numerosos Mellas, Villenas, etc.

    No podemos pensar que todo se reduce a que los dirigentes pueden equivocarse gravemente y, entonces, no estemos preparados para su reemplazo. Eso es una miopía política.

    Yo, por mi parte, aunque le reconozco las razones y virtudes de Miguel Díaz- Canel, no lo considero el único sobreviviente.

    Sólo se le echa una mirada al Consejo de Estado, a los Ministros, a los Diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, a los cuadros nacionales, provinciales y municipales del Partido Comunista de Cuba y se podrá detectar la enorme cantera de cuadros jóvenes, menos jóvenes, pero con condiciones. Así pasa en el seno de nuestro pueblo.

     
  4. luquecasiopea says:

    Orlando, coincido con algunas observaciones tuyas, otras me parecen generalizaciones para las que se necesitan fundamentos, o en todo caso son meras generalizaciones, como esta: “Los trabajadores se han sentido -se sienten- enajenados de esos medios fundamentales de producción…, y esa es una realidad que no podemos soslayar.”…
    Yo soy trabajador de una empresa estatal y en mi radio de acción no veo trabajadores enajenados de sus medios de producción. Veo gente trabajando que como es natural aspiran a mejores salarios, pero aun con el que tienen, cumplen bien su trabajo…Veo trabajadores a los que le preocupa el plan, y lo objetan, y ahora se está revisando, prueba esa precupación y la posibilidad de discutirlo y exigir su examen, de que no están enajenados, si atendemos a lo que ello significa… Si mi muestra local y acotada es representativa o no, eso en todo caso debe ser objeto de examen e investigación, en cambio, sin ello, no es generalizable…

     
  5. Orestes Sandoval says:

    Personalmente tengo muchas objeciones a la nueva constitución, pero esa no está entre ellas. Todo lo contrario. Me parece una sabia decisión limitar los mandatos. Me erizo cada vez que oigo a alguien en la TV defendiendo el mandato ilimitado. Creo que no saben lo que dicen y se guían más por sentimientos que por razonamientos. Ojalá se mantenga ese artículo. Yo hasta le daría carácter de irrevocable también (ja ja ja).

     
  6. Livio Delgado says:

    Acabo de regresar de Cuba y leyendo que en la pueblo hay muchos Camilo me pregunto dónde estarían porque lo que vi fueron muchos, muchísimos, desprejuiciados especuladores, chavacanes orgullosos de su altisonante indisciplina social en cualquier ambiente que les toque compartir, ese mal logrado HOMBRE NUEVO que se ha ido esparciendo y ganando terreno y que van arrastrando el país a ideales y modos de actuar muy alejados de la honestidad, el respeto, primero que todo consigo mismo y claro está a los que nos rodean en diario trajín, muy alejados al respeto que como persona te tratan y de la misma forma que tratas a los demás, detalles que siempre acompañaron al señor de la vanguardia ya que Iroel lo menciona.
    Honestamente me gustaría me hubiese acompañado y viera como una inmensa mayoría de funcionarios uniformados echan por tierra sus ideales cuando dejo dicho para la historia “Este es un ejército idealista (de ideales), que velará por los intereses del pueblo, que se meterá donde tenga que hacerlo para evitar que la inmoralidad, la desvergüenza, el desprestigio y el deshonor caigan sobre todos». No sé qué guagua cogen o que mercado visitan muchos de los que aquí dejan comentarios que me lucen viviendo en otra Cuba y no de la que acabo de regresar.
    En cuanto al tema de porque ahora hablar de periodos de mandatos, mientras China acaba de aprobar en su constitución exactamente lo contrario, eliminando el límite de dos mandatos para el presidente y el vicepresidente del país. O la tan relacionada división relativa de poderes al volver a la fórmula de presidente y futuro primer secretario del partido más un primer ministro elegido desde el poder. Más que evitar el análisis crítico de lo ocurrido en casi todas las ex repúblicas socialistas y la URSS como metrópoli con ese acostumbrado anquilosamiento y aferramiento al poder de sus “grandes líderes” y del que Cuba tampoco fue diferente, al poner el poder absoluto en manos de Fidel cuando la revolución se llamó a sí mismo a institucionalizarse a mediados de los 70 del pasado siglo. Es creo yo un detalle de conveniencia ante la realidad que dos de los que tienen todas las grandes epopeyas de la revolución todavía están vivos, muy activos y gobernando aunque desde la penumbra, así que la fórmula del capitalismo ruso llamada TANDEMOCRACIA seguida por Putin-Medvedev es creo más cercana a las garantías del poder hacia las dos grandes figuras que todavía fungen, no fingen, como el poder real y por ello “discutible” para su aprobación.

     
  7. luquecasiopea says:

    He realizado mi pequeña encuesta, en muestra que no pretendo representativa ni generalizable, pero para mí significativa: el círculo de personas, y algunas que se presentan dispersas por allí, y que tienen en común ser de esos, que, (qué casualidad!), son más inclinados a estar numerando las manchas en el sol, y (qué casualidad!), son aplaudidos y amplificados en “ciertos medios”, son los que más firmemente se manifiestan contrarios a permitir otro mandato y, a la vez, a que no se incluya la aspiración al comunismo en la Constitución y (oh! casualidades de las casualidades), objetan el papel del Partido Comunista…No en todos, pero cuando estas tres variables coinciden, no tengo dudas de qué va la cuestión…

     
  8. luquecasiopea says:

    Cierto, ni a la mayoría de nuestro pueblo, algo que se demostrará democráticamente, cuando se apruebe, en referendo, la Constitución. Pero de que existen esos personajes, no tengo dudas razonables…

     
  9. luquecasiopea says:

    …y me faltaba apuntar que suelen ser además, de variadas tendencias politicas…Tenemos, por ejemplo, a un cubanólogo autodeclarado socialdemócrata y sionista (puff) en el que coinciden esas 3 variables + otras, y que recientemente donde dijo, se desdijo: ahora resulta que no es sionista, sino “defensor del derecho de autoderminación del pueblo judío”, bella frase que olvida que el sionismo es la ultraderecha asesina y genocida contra la cual, por cierto, está la izquierda judía dentro de su propio país, que también forma parte de ese pueblo, otrora muy sufrido, que también desea la autodeterminación…Tenemos en la prole a un anticomunista (siempre según su propia declaración) que ahora también se desdice y en el que coinciden las variables, y tenemos más en el surtido, un economista más inventor de tesis y remedios que Matías Pérez, igualmente coincidente,,,y todos ellos más democrátas que un griego en el ágora en tiempos de Pericles y Sócrates…qué les parece…todos con derecho a expresarse, claro está, según las leyes internacionales, divinas y humanas…

     
  10. luquecasiopea says:

    Esto es divertido, y me estimula: me olvidaba apuntar otra variable, que por cierto, comparten con las anteriores, en mi muestra analítica, los hipercríticos que repiten lo que oyen o leen. Resulta que alguien echa a rodar la especie de que en la TV hay fuerzas oscuras manipulando los testimonios de la población, es decir, escogiendo sólo los criterios populares que se manifiestan por no poner camisa de fuerza a los mandatos, pues entonces, sin más ni más, y como no oyen testimonios de las ideas que ellos mismos tienen, pues corren raudos a denunciar la supuesta manipulación, con beneplácito del coro. Resulta que el hipercrítico siempre es honesto por definición negativa, es decir, calificando al que no lo es, ergo, él si lo es, y asi mismo para las categorías ético, demócrata, crítico, etc, pero no se detienen a pensar que al escoger el criterio están cometiendo un sesgo voluntario y subjetivo y lo peor, haciendo de tonto útil…Por cierto el sionista es de esta idea de la manipulación y hasta dice que hizo su propia encuesta ambulante y de esa muestra colige que todo lo que hace la TV es manipular…ven lo que les digo?

     
  11. Omar says:

    Estoy de acuerdo. Aunq si una persona tiene 62 años y tiene todas las condiciones?? Es ahí donde se traba el paraguas, quizás la solución sea q si tiene más de 60 y menos de 65, podrá estar un solo periodo. Pero sí creo q el (o la) presidente no dbe tenar más de 70 años. Como leí x ahí, q es un argumento de Raúl, no tendría la vitalidad q tiene ahora Díaz -Canel para estar en “todas partes”…

     
  12. juan carlos corcho vergara says:

    Hoy es mas que necesario,pero yo aspiro algún dia que nuestro presidente no necesite estar en todas partes,creo que pronto estará en Ciego, me gustaría al menos verlo de cerca , siempre lo admire.

     
  13. Arturo Menéndez says:

    Amén, Orlando.
    Soy de los que pienso que no se debe ser tan absoluto con lo de la limitación de los periodos para todos los cargos mayores. Lo importante es que en cada momento se ELIGA al mejor para la magna tarea y que se respete el necesario “descanso del guerrero” y la oportunidad a los pinos nuevos. No hay mejor política de cuadros que la sabiduría colectiva para identificar a los más aptos y preparados, lo que a su vez es requisito de profundización de la democracia socialista.

     
  14. Damian says:

    Hay algo que no entiendo cuando dices que no podemos cometer errores,un país que lleva 60 anos rectificando errores cada cierta temporada y callendo nuevamente en ellos y en ocaciones rectifican uno y caen en uno peor,estoy a favor del cambio cada 5 anos y si lo hizo bien y el pueblo lo decide 5 anos más,pero eso si con otros contrincantes donde el pueblo tenga opciones y puedan ver cambios para comparar,hace muchisimos anos que en el mundo incluyendo a sus enemigos número 1 USA existe educación y salud gratis aunque no lo quieran reconocer,y por supuesto es lógico que existan problemas de toda índole pero no es lo mismo que su sede en cuba?aclaro la salud gratis en USA es hasta la Malloria de edad cosa esta que no susede en otros paises como espana,canada,etc,etcporque son muchos,te dan a escoger si quieres pagarla o te atiendes con la del gobierno que es gratis,esa bandera de la educación y salud ya es obsoleta,tu en cualquier país tienes que pagar por estudiar una carrera pero te dan cientos de formas para pagarla si no te ganas una beca o las mismas empresas pagan a gente aventajada por esos estudios garantisandote el trabajo despues,de nada sirve enseñarte un oficio de gratis si después no tienes donde ejercerlo o acabas en turismo o en cuentapropismo limpiando pisos pero ganando el triple,creo que esta ves me pase y no me publicarán,pero bueno el que lo borre primero tendrá que leerlo,gracias

     
  15. luquecasiopea says:

    Provoca un ligero dolor en los ojos leer textos con tantos errores ortográficos que no se pueden atribuir a lapsus calamis. Como pueden comprobar ciertos comentaristas, el editor de este blog no banea, o menos lo hace, cuando más le auguren que lo hará, pero por favor, le pido a la sacrificada tarea de analizar la calidad de los comentarios que cuando las faltas ortográficas se acompañen de tal elemental falta de vuelo en la argumentación, no debería castigar a los lectores habituales del blog…

     
  16. Graciela says:

    También soy del criterio de no limitar el mandato del presidente a diez años.

     
  17. Ernesto says:

    Soy de los que comparte el criterio de no limitar el mandato del Presidente del República a 10 años. Si hubiera que limitar algo creo que sería la edad máxima del Presidente en funciones a 70-75 años, siempre y cuando a esa edad la persona goce aun de una salud que le permita desempeñar sus funciones de dirección política.
    Ocurre que mientras el dirigente de esta envergadura demuestre que tiene mente lúdida y salud física que le acompañe, y que la población acepte y
    acompañe su quehacer al frente del país y no se tenga un sustituto preparado integralmente y con la moral probada. El Presidente en funciones podía continuar desempeñándose. Y no tiene porque suceder lo que sucedió en la URSS, donde no solamente envejecieron sus ppales dirigentes, sino que, entre otras cosas no se previó a tiempo el rejuvenecimiento y relevo de la cúpula de poder político, etc., etc.

     

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