Réquiem por las industrias. Por Carlos Ávila Villamar

 

Cada país tiene una balanza económica en la que (desde una visión simplificada) se resta el total de dinero gastado en importaciones del total de dinero ganado en exportaciones. El resultado debería ser siempre positivo, de lo contrario, el país estaría consumiendo más de lo debido. Ahora bien, en un planeta perfecto sin inflación, es imposible que todos los países se desarrollen, o al menos que todos mantengan sus balanzas positivas. Pensémoslo: no hay forma matemática en la que todos ganen sin que nadie pierda. Cada dólar o euro que sale en números verdes al final de la cuenta de un país es un dólar o un euro que sale en números rojos al final de la cuenta de otro. En realidad todo esto se hace más complejo cuando interviene la inflación. Las monedas se devalúan con el tiempo porque en un año siempre hay más dólares, rublos o pesos mexicanos de los que había el año anterior, por tanto las balanzas comerciales están deformadas y en teoría es posible que todos los países terminen el año con números en verde. Esta deformación, sin embargo, solo favorece a algunos, a aquellos con industrias más fuertes, por lo general.

Una economía lo suficientemente fuerte suele verse respaldada por una moneda fuerte. Hemos ocultado hasta ahora otro elemento importante en el proceso, que es la moneda en la que se realizan los intercambios comerciales. Somos un país pequeño y débil en su economía (bloqueada rígidamente por Estados Unidos), usamos monedas extranjeras para pagar nuestras importaciones, pero pensemos qué pasaría si fuéramos, digamos, Gran Bretaña. Nuestro mercado interno sería sólido, con cien libras esterlinas siempre se puede comprar algo, por tanto nos podríamos dar el lujo de pagar en nuestra propia moneda, sobre la que tenemos el control. Gran Bretaña no se ve afectada por la inflación de la libra esterlina, puesto que ella misma la produce. Por el contrario otro país que comercie con libras esterlinas, puesto que no las imprime y debe someterse a la constante devaluación, se encuentra en obvia desventaja. El colmo de este sistema injusto yace en el dólar, gracias al cual ocurren un número impensable de intercambios comerciales cada minuto. Gracias al predominio del dólar en el comercio internacional, Estados Unidos literalmente explota al resto de las economías.

En nuestro tiempo se habla de la necesidad de romper la hegemonía del dólar. No tendría sentido hacerlo solo para iniciar una hegemonía del rublo o del euro, ni tampoco para una hegemonía repartida entre monedas impresas (la palabra es inexacta, porque la mayor parte del dinero ni siquiera se imprime) en dos o tres países, que se beneficien del resto del mundo. Lo ideal sería un equilibro de las múltiples monedas, pero no podemos esperar que tal equilibrio sea concedido por amabilidad. Cuba no puede esperar que el mercado internacional se tome en serio el peso cubano si no tiene un mercado interno fuerte que lo respalde. En algún momento a mediano o a largo plazo, supongo, tal vez existan las condiciones para que las importaciones se puedan pagar en pesos cubanos. Queda claro, tendríamos que aceptar en retribución que nos pagaran a nosotros en pesos cubanos por el ron o el azúcar, pero no habría nada de malo en ello. La economía cubana se estaría alimentando y retroalimentando, en una doble rueda. La moneda pude impulsar el mercado interno tanto como el mercado interno puede impulsar la moneda.

En teoría el gran problema por el que Cuba no puede desarrollar sus industrias enfocadas en el mercado interno es la falta de divisas para realizar la importación de materias primas. Como los productos nacionales terminados no se cambiarían por dólares o euros, sino por pesos cubanos o convertibles, se suele pensar que afectarían la balanza comercial. Nada más falso. Numerosos productos con alta demanda en las tiendas se traen de países tan diversos como China, México o República Dominicana. Los gastos totales de esas importaciones, de hecho, serán siempre mayores que los gastos por la importación de acero, algodón o plástico. Si importáramos acero para fabricar ferretería destinada al consumo interno, en apariencia afectaríamos la balanza: todo lo contrario. Estaríamos dejando de importar ferretería, que como producto agrega más valor que el acero. La diferencia se traduciría en beneficios directos para la balanza, en un primer lugar, y en el fortalecimiento del peso cubano, en un segundo.

La industrialización trae consigo un fenómeno que el turismo desconoce y que es vital para el verdadero desarrollo de cualquier país. Los fabricantes de ferretería podrían conseguir altos salarios (antes se deben flexibilizar mil trabas burocráticas), lo cual subiría levemente el poder de compra local y permitiría hacer rentables a nuevas empresas, que a su vez pagarían más a sus trabajadores y subirían un poco más el poder de compra, y así progresivamente. Nuestras arcas solo podrían permitirse construir un puñado de fábricas en los primeros años, queda claro, pero a mediano y a largo plazo se estaría edificando una economía sólida e independiente, con una competencia sana y bien controlada dentro del propio sector estatal.

No siempre se necesita esperar que venga un inversor extranjero para hacer una fábrica. En realidad lo preferible debería ser que las industrias tuvieran el mayor número posible de acciones cubanas, así se evitaría la fuga de capital, y lo más importante: podríamos decidir qué cosa producir. Ahora mismo para montar una fábrica se debe esperar a que algún capitalista extranjero quiera invertir en ella. Muy probablemente la fábrica solo monte piezas que ya se han elaborado en otros lugares (en los que ya ha invertido el capitalista), y por tanto permita bajísimos márgenes de ganancia para el estado cubano, ganancia que será inmediatamente desviada hacia el sector presupuestado, gracias a la multiplicidad cambiaria. De esta forma las industrias cubanas dirigidas al consumo interno en general suelen abarcar apenas una o dos etapas del ciclo productivo, suelen compartirse con accionistas extranjeros, suelen quedar con poco dinero y por tanto pueden modernizarse poco y pagar poco a sus trabajadores. Aunque se mantiene la política en papeles de desarrollar las industrias, me parece que seguimos bastante estancados y no se han tomado medidas verdaderamente precisas para concretarla.

Hay un elemento que tienen en común todos los países desarrollados: una industria fuerte. Gran Bretaña, Francia e Italia reciben millones de turistas cada mes, y sin embargo el turismo no constituye el motor de sus economías, sino más bien una alternativa para recuperar el dinero que británicos, franceses e italianos sacan del territorio durante sus vacaciones. Las primeras inversiones pueden salir de los montos (nada despreciables) que ahora se dedican a seguir desarrollando la industria turística cubana, que suele dar divisas rápidas. El turismo es incapaz de generar la bola de nieve del mercado interno, que fortalece la moneda y por tanto la economía. Nos hace más dependientes a factores externos y (al acaparar inversiones que deberían ir para la ampliación de las industrias) nos obliga a importar productos tales como galletas y cerveza, cuya demanda en otros tiempos éramos capaces de satisfacer. No nos damos cuenta de que la escasez de numerosos productos en nuestro país (que hace posible, por ejemplo, la millonaria reventa de ropa comprada en México o Panamá) es una oportunidad fabulosa que desaprovechamos de construir industrias rentables y generar empleos bien remunerados. Para el desarrollo de la industria cubana todavía hace falta eliminar unas cuantas trabas, pero es bueno recordar que de ella depende en última instancia la sustentabilidad y la solidez de la economía socialista.

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5 Responses to Réquiem por las industrias. Por Carlos Ávila Villamar

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  2. Livio Delgado says:

    Pegue mi comentario erróneamente a este que me refiero debajo de hace un mes, rectifico.
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    Un comentario muy válido y actual el suyo, en ocasiones tengo la sensación que es quizás más entendible y apegado a la pura realidad cuando se lee al revés alguna de sus ideas, tiene mucha razón en lo que dice pero dándole la vuelta es lapidario con la realidad que se vive. Solo como ejemplo en un artículo suyo anterior “Perspectivas de la empresa privada” nos decía.

    “Nuestro país, visto de una manera literaturizada, tiene que gastar cualquier dinero que ingrese en sardinas, y al mismo tiempo se ve en la obligación de crear dinero falso para pagarse a sí mismo el sobreprecio del arancel, a la espera de que en algún momento ingrese la divisa que dará validez al dinero que ha creado.”
    Y creo que de esta forma es más real su sentencia
    Nuestro país, a la espera de que en algún momento ingrese la divisa que dará validez al dinero falso que se ve en la obligación de crear para pagarse a sí mismo el sobreprecio del arancel en la importación de sardinas tiene que gastar cualquier cantidad de divisas.
    Hoy sentencia que “Imaginemos una situación límite, de carácter fantástico, en la que la cadena siga y el dinero nunca regrese a nada producido fuera del país.” “La moneda que se quedaría con ese valor sería el peso cubano, y a la larga, entre más se desarrollara la economía local, entre más cosas pudieran ser compradas con un peso cubano, menos pesos cubanos se necesitarían para obtener un peso convertible. “Si cada uno de los dólares ingresados al país no saliera nunca en concepto de importaciones, tarde o temprano en las arcas terminaría habiendo más dólares que pesos, y comenzaría a hacer falta muchos dólares para obtener un peso. Claro, todo lo anterior es una mera abstracción, lo más importante es entender cómo funciona la balanza una vez que interviene en ella el mercado interno (también funciona al revés, supongamos un caso extremo de una economía en la que termine habiendo menos dólares y más pesos).”
    Yo me atrevería a recomponerlo así. Supongamos un caso extremo ( muy cerca a la realidad actual) de una economía en la que termine habiendo menos dólares y más pesos, lo más importante es entender cómo funciona la balanza una vez que interviene en ella el mercado interno, que significa que haga falta muchos pesos para obtener un dólar, porque más temprano que tarde en las arcas terminara habiendo más pesos que dólares, porque los dólares ingresados al país siempre salen del país en concepto de importaciones, por ello la moneda que se quedaría con ese valor sería el dólar, y a la larga, entre más se desarrollara la economía local, entre más cosas pudieran ser compradas con un dólar, más pesos cubanos se necesitarían para obtener un peso convertible “equivalente” al dólar pero moneda falsa al fin.
    En esto si lleva toda la razón como quiera que lo miremos “La razón por la que debe mirarse con cuidado una ampliación del sector privado hacia la producción no es la balanza comercial, sino la sociedad.” O asegurar que “Cuba debe transformar su economía subvencionada tarde o temprano, a fin de hacerla más rentable.” Desde hace décadas se ha llamado dejar de subvencionar a todos por igual y enfocarse en los menos favorecidos de la sociedad, lo mismo se ha dicho del sector industrial y manufacturero que se viene arrastrando colgado como lastre sin solución.
    Ya desgraciadamente se va viendo esta realidad por usted expuesta “la naturaleza misma del capital privado construirá con el paso de las décadas particiones definitivas en la sociedad cubana. La imposibilidad de las clases más bajas de trascender lo que la economía ha dispuesto para ellas es un problema esencial en el capitalismo, y sobre todo en los países del tercer mundo. Clases más bajas terminan engendrando generaciones con menos probabilidades de superarse a sí mismas. En el Tercer mundo, las trasnacionales se quedan con los mayores beneficios, y al sacarlos de un territorio (en lugar de reinvertirlos en el lugar y crear más empleos, lo cual sería más inteligente y a la larga hasta más rentable) terminan por condenar a sus habitantes al atraso.”
    Como otro intruso en este campo del saber creo usted lleva mucha razón en sus señalamientos.

     
  3. juan carlos corcho vergara says:

    Este tema esta muy bueno y amerita una lectura profunda,

     
  4. Javier el otro says:

    Como es sabido, el balance commercial negativo de Cuba ha existido por decadas y ha sido cubierto parcialmente con prestamos. Durante la epoca del CAME, se hicieron ajustes entre las importaciones y las exportaciones que implicitamente, subsidiaban nuestra economia, ademas de creditos “blandos” con terminos muy generosos, lo cual desaparecio en los 90’s. A partir de ese momento, la economia cubana se tuvo que inserter en los mercados globales, con todo lo que ello ha conllevado y en lo cual no me detendre, pues ha sido analizado por expertos hasta la saciedad. En el caso de Cuba, existe la “complicacion” de estar sujeta a sanciones por parte de Estados Unidos, lo cual restringe su acceso a creditos en condiciones favorables y el ensañamiento de la OFAC y la Reserva Federal contra bancos extranjeros que procesen transacciones con empresas cubanas. Tampoco se puede ignorar el historial previo de cesacion de pagos a un numero de paises, lo cual congelo el credito (y al elevado rating de riesgo-pais) por decadas hasta que recientemente se renegocio la deuda con paises como Mexico, Japon, España y varios paises del Club de Paris.
    Si bien es cierto que una economia “fuerte” generalmente tiene asociada una moneda “fuerte”, eso no significa necesariamente que esa moneda sea una “divisa” libremente convertible, que como el autor debe saber, son el referente aceptado para el intercambio de bienes y servicios. Me vienen a la mente los dolares de Singapur, Hong Kong o las monedas de los Estados petroleros del Golfo, por no mencionar el yuan entre otras.
    La inflacion no esta necesariamente asociada la devaluacion de una u otra moneda, tiene mas relacion con el aumento del costo de los productos y en muchos casos, asociado con el precio del petroleo. Aqui entra el costo de producir y transportar alimentos y otros bienes, el costo de la energia y la electricidad, etc. Por otra parte, los Bancos Centrales mantienen un constante monitoreo de la inflacion y en base a eso dictan sus politicas monetarias, manteniendo un control en la emission de papel moneda, pero tambien manipulando las tasas de interes, lo cual puede estimular el consumo y la inversion (si la economia se mueve en un entorno deflacionario) o el ahorro (si la economia esta moviendose en un entorno inflacionario). En realidad, es mucho mas complejo, pues tambien en la toma de estas decisiones se tiene en cuenta el % de desempleo, el balance commercial y la salud de la economia en general entre otros factores.
    Efectivamente, Cuba tiene una economia pequeña, pero en general todos los paises cuya moneda no es convertible utilizan en sus importaciones y exportaciones el referente contra una “divisa”, que generalmente, es el USD. En el caso que Ud menciona sobre GB, en el parrafo anterior menciono a grandes rasgos como el Banco Central mantiene el monitoreo sobre la inflacion. Aunque es bueno acotar que estas monedas participan en el Mercado internacional y estan sujetas, por ende a fluctuaciones diarias en su valor contra otras, fluctuaciones sobre las cuales estos Bancos Centrales no tienen mucho control y estan dictadas por los mercados cambiarios internacionales, la percepcion de riesgo en un momento determinado o la especulacion pura y dura. Tambien debe considerarse que no por casualidad, los BC emisores de estas monedas estan ubicados en algunas de los principales centros financieros internacionales (Nueva York, Londres, Frankfurt, Zurich, Tokyo, etc). Ciertamente la dependencia de la economia mundial con respecto al USD no es justa, pero podriamos entonces argumentar usar otra (s) divisas o volver (algo poco probable en estos dias) a volver a utilizar el oro o los metales preciosos como contraparte de la fortaleza de una u otra moneda u economia, pero entonces los paises que tienen minas y explotacion de oro o sustanciales reservas de oro en las bovedas de sus Bancos Centrales tendrian ventajas sobre los demas.
    Asumo que al hablar de un mercado interno fuerte, se refiera a una industria nacional solida, porque un Mercado de 11 millones de consumidores no es particularmente grande, que por demas, tiene un bajo poder adquisitivo.
    Soñar no cuesta nada, pero yo diria que es poco probable que las importaciones puedan pagarse en pesos cubanos, dada la premisa que el peso cubano no es divisa convertible y carece de convertibilidad mas alla de las fronteras nacionales. Recuerde que hasta principios de los 90’s, el BNC fijaba la tasa de cambio 1 USD = 1CUP, lo cual como es ampliamente conocido, ha distorsionado el funcionamiento de la economia cubana (esto ha sido abordado por muchos trabajos por economistas dentro y fuera de Cuba). Aunque hoy en dia existen varias tasas cambiarias (con lo que eso conlleva), el BC ha optado por seguir tomando el USD como referente (‘pegged”) tal y como han adpotado un numero importante de paises, aunque variando el referente segun la region y las relaciones comerciales (AUD, GBP, EU, etc). La otra opcion es “floating” la moneda, lo cual implicaria el abandono de una tasa cambiaria fija a favor de una libre comercializacion en los mercados cambiarios o bolsas de valores, que dudo mucho que Cuba vaya en esa direccion. Una experiencia con alcance limitada se vio nacionalmente con la apertura de las CADECAS, donde el Estado cubano introdujo algunas medidas para reducir el exceso de circulante de CUP y manipulo artificialmente progresivamente la tasa USD :CUP (reemplazando el USD mas tarde por el CUC). Aunque en cierto momento, la emission de CUC estaba balanceada con las reservas de divisa convertible (USD), esta practica se abandono hace algun tiempo, asi que estrictamente hablando, podria decirse que el el BC habria ademas “devaluado” el CUC.
    La polemica de importar vs producir local ha estado latente a lo largo de decadas. El gobierno cubano ha favorecido la produccion nacional y la sustitucion de importaciones, lo cual no siempre es factible en nuestras condiciones. En esto tienen que ver muchos factores, entre ellos el tamaño de nuestra industria, la productividad, la eficiencia y por supuesto, los costos de produccion, asignatura esta que como sabemos no siempre se ha mirado y se observa como se debe. Ademas, tengamos en cuenta que en el mundo de hoy, existe una gran industria manufacturera en China contra la cual, dado su economia de escala y el costo de su mano de obra, casi nadie puede competir. En este sentido, nosotros no somos la excepcion ni mucho menos. Y aqui me refiero a su ejemplo de la importacion de ropa que menciona. La masividad de la industria china ha causado un tremendo daño a paises como Colombia y Ecuador, por poner un par de ejemplos, cuyas industrias nacional de confeccion historicamente suministraba el Mercado interno y ademas exportaba. En el caso de Panama, dada su ventajosa politica arancelaria y su exclusiva posicion geografica, tiene una puerta abierta para importaciones baratas. Tenga en cuenta ademas, que a la hora de poner un negocio, ademas de los margenes de rentabilidad, etc, etc, hay tres componentes principales del costo : Mano de obra, materias primas y costo de los servicios. El Segundo es mas o menos el mismo en todo el mundo, pues el costo del algodon o el acero laminado es similar, y la diferencia puede estar dado en el costo del flete, lo tercero de cierta manera depende cuan costoso es el precio del agua, gas o electricidad y lo primero es, en muchos casos, lo mas importante, no solo por los salarios y otras prestaciones que se paguen, tambien entra la disponibilidad local de fuerza de trabajo calificada y con cierto nivel de educacion, etc.
    Seria deseable no tener que depender del inversionista foraneo para expandir y desarrollar nuestra industria, pero la realidad es que en nuestras condiciones, las opciones de financiamiento de nuestra economia son limitadas. Esto podria, parcialmente cambiarse si se ampliara la participacion de nacionales dentro y fuera de Cuba en inversiones directas en la industria, contando por supuesto con un marco regulatorio de acuerdo a las practicas internacionales y ajustado a leyes balanceadas, una politica fiscal sensible entre otras cosas. Yo pienso que existen muchas oportunidades para industrias donde la innovacion tecnologica y las tecnologias de punta que estan fuera de las ferias comerciales y la cartera de negocios del MINCEX o las prioridades estrategicas del gbierno cubanos sobre todo en industrias emergentes como el reciclaje, la nanotecnologia, entre otras.
    Ademas, el vicio de la industria cubana durante decadas fue cumplir los planes en valores pero la produccion fisica siempre fue inferior a la demanda y no tenian en cuenta el Mercado (inundaban las tiendas de algunos surtidos con calidad discutible pero no habia manera de encontrarse otros ; igual cumplian el plan en valores y esto era recurrente (y creo que aun lo es) en nuestra prensa nacional)
    Lo que plantea de dirigir los margenes de ganancia hacia el sector presupuestado, para mi es visto como una limitacion inherente del Sistema empresarial estatal. La empresa estatal tiene limitado poder de decision para reinvertir sus margenes de ganancia, ya sea en modernizar la planta, mejorar las condiciones de trabajo de sus trabajadores o pagarles incentivos y depende de la aprobacion, en ultima instancia, de las directivas y del presupuesto aprobado a nivel ministerial / centralizado. Esto tal vez se haga con la mira puesta en una vision mas integral de la macroconomia pero no pocas veces desconoce e impacta negativamente en el desarrollo de la empresa como unidad productiva y ultimamente, en alcanzar rentabilidad y aumentar su productividad. Si bien es cierto que se han tratado de introducir en diversas epocas ciertos esquemas de estimulacion, a juzgar por los resultados, su alcance ha sido limitado. Volviendo a los margenes de ganancia, al ser una parte de estos utlizados e sectores presupuestados o no productivos o a las arcas del Estado para pagar por envios de petroleo o alimentos, lo cual en no pocos casos, crea tensiones adicionales en el pago a proveedores de estas mismas empresas, deteriorando las relaciones comerciales y en algunos casos comprometiendo futuras producciones.
    En cuanto al papel del turismo y los servicios en general, en muchos paises desarrollados se ha dado el caso de moverse de un modelo industrial hacia una economia de servicios. No digo que vayan a vivir solamente del turismo sino que es complementario. Pienso en Gran Bretaña, Australia, etc. En las ultimas decadas, centros tradicionalmente industriales como Sheffield o Newcastle (GB) y sus fabricas de produccion de acero han desaparecido. Esto sin duda, significo un serio golpe para dichas comunidades, pero en el transcurso de algunos años mas tarde, estas ciudades se convirtieron en ciudades universitarias y en iman para industrias de tecnologias de punta y/o proveedoras de servicios. Volviendo a la industria en economias fuertes, esto no quiere decir que han cerrado todas sus fabricas, pero a lo largo de las ultima decadas, ha habido un declive en sus industrias manufactureras, entre otros factores, por la creciente presencia y fortaleza de la industria china, las cada vez mas estrictas regulaciones medioambientales que limitan las carga contaminante (en muchos casos las industrias tienen que cerrar porque tendrian que hacer una inversion excesiva para cumplir con los estandares medioambientales), obsolecencia tecnologia o simplemente, pobre competitividad en ciertas areas. Algunas economias se han movido hacia industrias muy especializadas, con alto valor agregado o con unos estandares de calidad que les permite ser lideres de Mercado. Estoy pensando en Airbus, Pfeifer, SKF o algunas marcas automotrices (aunque muchas firmas alemanas tienen plantas en Asia o Sudafrica, por ejemplo). Y contrariamente a lo que Ud plantea del turismo, en muchos paises son ingresos no despreciables. Pongamos los ejemplos de Francia, Italia y España en Europa, pero otros paises, como algunos Estados del Golfo persico (Qatar, Emiratos, etc) han invertido vertiginosamente en infraestructura (modernos aeropuertos, flotas de aviones, centros comerciales, etc) precisamente moviendose en esa direccion.

     

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