¿Qué es lo obsoleto y quién el adversario? Interpelando a Cuba Posible. Por Maikel Pons Giralt

 

Si alguien me quiere declarar miembro de alguna facción o “perseguidor político” que lo haga y sin levantar la voz le voy a responder que yo también lucho por esa Cuba que quiero pero tengo mis propias ideas y forma para pensarla y construirla. Pero se hace evidente que mientras más estudio encuentro más preguntas y menos respuestas a ciertas presunciones que quieren dialogar sin interlocutores. Como intelectual, revolucionario socialista y demócrata (no liberal) voy a seguir intentando encontrar mis propias respuestas pero quisiera formular hoy algunas preguntas y reflexiones, ojalá no sean hojarasca que el viento lleva.

En el extremo derecho Lenier González (subdirector de Cuba Posible), junto a Roberto Veiga (al centro y Director de Cuba Posible) y Michael Shifter (extremo izquierdo y Director del think tank Diálogo Interamericano del que Veiga es miembro y con el que Cuba Posible mantiene estrecha colaboración) en la sede de esa institución, cuyo Director (Shifter) acaba de declarar sobre la elección de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela: ” Con la payasezca “elección” del 30 de julio, boicoteada por la oposición con razón, Maduro consolidó un régimen autoritario”  http://www.latercera.com/voces/fin-la-democracia-venezuela/

Desde el 2014, en una entrevista concedida a Global Voice, Lenier González en nombre del Proyecto Cuba Posible anuncia ideas programáticas de esa plataforma digital. Me llama la atención que en fecha tan temprana ya cuestiona enfáticamente al Estado Cubano  y lo declara “obsoleto para ejercer la hegemonía en la Cuba del siglo XXI”. Aún cuando en sus palabras deslegitima a ese “modelo de estado” agrega que: “El gran desafío político de Raúl Castro, de su relevo político y de la sociedad civil cubana, es el de trabajar por transformar ese estado de cosas sin destruir lo logrado, e iniciando un movimiento hacia la conquista de nuevos horizontes.”

El Estado nacionalista de Lenier González declara la obsolecencia del Estado que por primera vez en la historia de Cuba logró hegemonía nacionalista y no extranjera? ¿El Estado revolucionario no ha intentado (e intenta hoy) constantemente y por diferentes vías posibles ese pluralismo político sin “destruir lo logrado”? ¿Cómo transformamos el “estado de cosas” sin “destruir lo logrado” y cuál es el movimiento que debemos hacer hacia “nuevos horizontes” si queremos un (otro) Estado nacionalista que presupone lo revolucionario obsoleto? ¿De  Varela a Fidel lo verdaderamente “nacional” hizo negación de lo “revolucionario”? ¿El Estado nacionalista si no es socialista, qué es y cómo sabe el ciudadano cubano común que cuando sea, seguirá siendo revolucionario, nacional, patriota y anticapitalista?

También comenta Lenier González con mucha lucidez en esa entrevista que: “Este “contexto comunicacional” sobre el que me preguntas no opera “al vacío”, pues ahí está intacto el fuerte componente de agresividad externa contra Cuba y la comprensible actitud del Gobierno cubano de encerrarse sobre sí mismo, y de tildar de “enemigo” o “no confiable” al que sostiene posiciones críticas a la línea oficial. Esta “agresividad externa” no es una retórica vacía del gobierno cubano: es real, factual, palpable. La “transición cubana” está codificada en las leyes norteamericanas, y de aplicarse, retrotraería al país a un estado de subordinación inaceptable para un cubano patriota.”

Si conoce esto, ¿por qué declara ineficiente e inoperante la ideología revolucionaria que ha resistido casi 60 años de esta agresividad externa, “real, factual, palpable”? sino ha desaparecido esa agresividad externa que condiciona el sistema sociopolítico cubano, cómo se construye un consenso, sin disenso? ¿cómo una Casa Cuba plural donde quepan también los que agreden por vías directas o sutiles y socavan para un escenario propicio a esa “transición cubana”?

Sería incoherente para un intelectual revolucionario negar la valía y necesidad de proyectos sociales e intelectuales que promuevan la inclusión y la pluralidad de todo tipo, máxime en la construcción de una sociedad socialista. La Revolución Cubana y su Estado como aparato político institucional para concretarla son muestra fehaciente de miles de proyectos sociales que transformaron totalmente la vida del pueblo cubano para bien en disímiles aspectos. Por eso pudiera llegar a valorar parte de la producción intelectual de Cuba Posible como proyecto, como también estimo el aporte de Espacio Laical, Cubadebate o los blogs de Iroel Sanchez, Ubieta, Monreal o la Segunda Cita de Silvio.

Pero un proyecto cualquiera que pretenda incluir no puede ser una voz que desde que alza el vuelo declare como un todo monolítico, petrificado y obsoleto a millones. El desdeño y la negación por lo que hace y piensa el otro, también es exclusión simbólica efectiva. Claro que Lenier González y Roberto Veiga no son el Proyecto Cuba Posible, como tampoco lo eran en Espacio Laical. Esta visión, casi programática de Lenier en el 2014, no creo que sea la de todos los intelectuales que colaboran en ese Proyecto pero tampoco ninguno de sus colaboradores ha marcado distancia de las afirmaciones programáticas de sus directivos contra la Revolución cubana ni de sus estrechos  lazos con instituciones y personas que buscan derrocarla. Será espinoso un diálogo con personas que suscriban esto que dice Lenier a Global Voice desde el inicio de Cuba Posible: “tener, hacia los que creemos que son nuestros adversarios, una sana “tensión democrática”. Y asumir dicha actitud incluso cuando nuestros adversarios se relacionen con nosotros de manera hipertrofiada.”

¿A quién declara Lenier González como “adversarios”? Si vamos a la etimología es: [persona, grupo] Que compite con otros que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo. ¿Cómo es posible que ese proyecto se declare en adversidad desde su fundación cuando un diálogo plural se debe construir desde la ventura, la bienaventuranza y la beatitud? ¿Quién es el verdadero adversario/contrincante de Lenier González cuando habla en nombre del proyecto Cuba Posible?

Dejo por ahora solo estas ideas, quizás algunos digan que son “panfletarias”, yo sonrío con humildad sin convertirlos en “adversarios”. La bienaventuranza de aceptar el pensamiento diverso y crítico es un ejercicio permanente para la pluralidad social y política. Después de todo, esa “pluralidad” no solo se debe construir con ideas científicamente avaladas si hay un imaginario básico y una práctica ideopolítica en la historia del pueblo cubano, que permite hacer razonamientos y cuestionamientos elementales ante planteos que también son elementales y no probadamente científicos y avalados socialmente.

Sigo en el intento de codificar estas ideas que aún no me quedan claras en el proyecto de Cuba Posible (o en el de Lenier González). Mientras, continúo pensando y trabajando (como millones) para una Cuba que haga IMPOSIBLE esa (…) “transición cubana” codificada en las leyes norteamericanas”(…)  y un “estado de subordinación inaceptable para un cubano patriota.” Una Cuba que siga haciendo cotidianamente posible transformar con Revolución el “estado de cosas” y no “destruir lo logrado” por el esfuerzo de  millones durante decenas de años.

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2 Responses to ¿Qué es lo obsoleto y quién el adversario? Interpelando a Cuba Posible. Por Maikel Pons Giralt

  1. Allis Sellek says:

    Pienso que es importante continuar una discución entre patriotas que permita el enrriquecimiento que historicamente han tenido los poceres de nuestra Cuba y de Nuestra America. Posiblemente para mucho parezca extraño la defenza de las soberanias nacionales y la lucha por mantener nuestras identidades (mezcla de lo iberico, lo autoctosno y el mundo), pero es desde el pluralismo y no desde la ¨democracia¨, pues la historia nos muestra que lo que nos venden como ¨democraci¨no se acerca en nada a lo que Demócrito en su momento planteó del tema, y mucho menos desde las interpretacones modernas. Estos conceptos, la Cuba de hace medio siglo hasta la actualidad, podría enrriquecerla desde la participación comunitaria y participación social, desde la interacción de lo local con lo nacinal. Y un sistema orgánico co puede desarrollar todas sus capacidades si está rodeado de un ambiente enrrarecido; lleno de información tergiversada y utilizada solo en sus talones de aquiles, y no desde un proceso revolucionario en evolución dialéctica. Este tipo de conversaciones debemos de llevarlo desde los más alto hasta el barrio, las escuelas y colegios, universidades y centros de trabajo. Y ¨hay que aprender a endurecerse sin perder la ternira¨y le sumo que hay que rectificar y seguir luchando por mejorar lo que hay que mejorar, pero sin perder el sentido pátrio y humanista.

     

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