La Madre. Por Maikel Pons Giralt

 

En estos tiempos de escaseces espirituales, de búsquedas de paradigmas éticos, de valores cuasi perdidos…no puedo dejar de escribir estas historias divinamente humanas que me llegaron en el intercambio con alguien, que ha crecido desde su propia estatura y la de una MADRE ejemplar.

Hablábamos de Cuba y nosotros los cubanos, de logros y retos, nos cuestionamos la relación sociedad-familia-individuo, las necesidades materiales reales y las creadas por ambiciones. El papel de la sociedad, la familia y el individuo en determinar lo que nos hace felices y cómo se asumen los propósitos más nobles y difíciles teniendo de por medio necesidades económicas tremendas, pero incentivos morales decisivos. Fue en este punto donde la MADRE ocupó el centro de nuestra conversación.

Sabía que su padre había fallecido siendo él casi niño y la MADRE asumió sola la crianza de cuatro hijos. Viviendo en una casa con techo que competía con el mejor colador de la época…una risa en el rostro y cuenta: ¡En tiempo de lluvia, me forraba con nylon y dormitaba con las gotas cayendo en mi cuerpo! Los juguetes que el Día de Reyes casi nunca llegaban, el sacrificio permanente de la MADRE lavando y planchando…planchando y lavando para alimentarlos y vestirlos decorosamente. Llama la atención en esto último el decoro, siempre presente en la educación que daba a sus hijos aquella mujer gigante.

Mi MADRE era casi analfabeta –me cuenta- sin embargo, desde pequeño supo aquilatar y compulsar mis inquietudes intelectuales. Yo visitaba una librería, llegaba a la casa, y con la confianza que caracterizaba nuestra relación afectiva, le comentaba el título del libro…enseguida preguntaba: ¿hay muchos de esos libros mijo? en pocos días, quizás antes de acostarme ese mismo, ponía en mis manos unas monedas, de sus ahorros lavanderos, para que comprara el libro y continuara abonando mi curiosidad infantil.

Son muchas las historias de la MADRE, historias que conmueven… esfuerzo hice para escuchar a mi amigo en medio de la emoción, solo alcanzaba a murmurar: ¡qué clase de MADRE hermano, que privilegio de MADRE! En cierta ocasión –continúa mi amigo- unos compañeros de aula que tenían una mejor situación económica me invitaron varias veces a merendar, muy animado se lo conté a ella y su respuesta fue: ¡mañana yo le daré dinero para que usted entonces invite a sus compañeros! También me recordaba invitar a los más pobres que nosotros en el barrio: ¡vaya mijo con este dinero e invite a fulano a comer espagueti, recuerde que ellos pasan bastante trabajo! Por eso comparto lo que tengo –afirma con orgullo-, eso me lo enseñó mi MADRE desde pequeño.

Mucho pesar causaba ver los esfuerzos que hacía mi MADRE para criarnos; decidí en una ocasión, ya siendo adolescente, dejar los estudios para trabajar y ayudarla con mis hermanos, se lo comenté. Con mucha calma y dulzura se sentó a mi lado: ¿por qué usted quiere abandonar los estudios si es lo que más le gusta hacer?, le mostré más de un argumento y ella escuchándome calmada, al final con una voz que calaba el corazón dijo: ¿será que usted quiere dejar la escuela porque le duele verme pasando trabajo para sostener la casa? Y entonces comenzó una avalancha de amor materno diciendo: Mire mijo, hasta ahora usted ha sido capaz de ser un buen estudiante con lo que yo humildemente le he podido dar, yo me siento orgullosa de eso y dispuesta a continuar sacrificándome para que siga sus estudios…mis piernas todavía están fuertes, si usted está dispuesto a seguir adelante con lo que puedo darle, continúe su camino –y cerró con una frase que siempre la caracterizaba- ¡no se preocupe, que de todo se sale mijo…!

Mi amigo pasó el Preuniversitario con honores, estudió en la Unión Soviética y terminó la universidad con 5 ptos, luego un doctorado y se hizo Doctor en Ciencias. Salieron de aquella casa y la vida para todos mejoró significativamente. Pero la MADRE no dejó de ser la educadora permanente de sus hijos. Estando en la Unión Soviética su MADRE siempre le dijo que nada quería, que lo importante era que estudiara y se cuidara. No obstante, al regresar le trajo muy orgulloso un tocadiscos a su MADRE, luego de la emoción inicial de verlo y agradecida por el regalo, reacciona y con voz tajante le dice: ¡yo no quiero pensar mijo que usted pasó trabajos y privaciones para comprarme eso, yo le dije que las cosas materiales no me interesan que más importante es la salud de mi hijo! Tuvo que dar serias explicaciones. Ella nunca dejó de ser la MADRE que fue.

La vida de las personas es el encadenamiento de pequeñas historias…pequeñas historias que matizan, dan sentido y orientación a nuestras vidas. Con visible emoción dice que ya siendo un profesional de experiencia tuvo que pasar por una experiencia amarga, por no confabularse con una mentira, en la que fue maltratado y estigmatizado por ciertas personas. Cuando la MADRE se enteró le pidió que le explicara, al saber cómo habían sido las cosas, alzó la voz con convicción y orgullo y sentenció: ¡yo crié hombres y los hombres no se confabulan con la mentira, bien hecho mijo y usted saldrá adelante!

Sé que mi amigo no esperaba que nuestra conversación se convirtiera en esta crónica, le pido disculpas. Pero en estos tiempos de escaseces espirituales vale la pena confirmarnos que entre penurias económicas se puede ser honrado, digno y con la ayuda inigualable de la familia y la convicción moral de los individuos podemos ser hombres y mujeres de bien para nuestra sociedad. No existe un modelo único de educación, pero hurguemos en las pequeñas historias, existen luces que pueden guiarnos en la penumbra y mostrarnos el rumbo al objetivo de ser mejores seres humanos.

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6 Responses to La Madre. Por Maikel Pons Giralt

  1. manuel1935 says:

    QUIERO DAR TESTIMONIO ACERCA DE UNA MUJER CON CARACTERISTICAS MUY PARECIDAS A LA MENCIONADA EN ESTE RELATO ESA MUJER FUE MI MAMA ROSA=
    ============================================

     
  2. Juan Carlos Corcho Vergara says:

    Las penurias se superan o se les pone el pecho, la ignominia no , esa te persigue hasta el mismísimo infierno, todos estamos expuesto, lo importante es nutrirse día a día de estas pequeñas historias para blindarse en contra de ella , la ignominia

     
  3. Juan Carlos Corcho Vergara says:

    La inmensa mayoría de las madres Cubanas tienen historias como esta que contar, por algo todas son hijas de Mariana Grajales. Maikel sigue contando claro, que estas son las pequeñas historias que nos han hecho grande, el hijo de una eminente lavandera convertido en un humilde doctor en ciencias, REALISMO MAGICO, O LO REAL MARAVILLOSO,Y FIDEL presente.

     
  4. Maño says:

    Esta bueno comprobar que uno es el resultado de esa mínima historia íntima y familiar…cualquier parecido con mi realidad es pura coincidencia de una Revolución…
    Gracias y Saludos

     
  5. RAMON ESPINO says:

      ¡Pazquieren miles y miles…!

      Veo a “Luisa Ortega” mal

    con dos pérdidasahora:

    “La perla que es deLa Mora

    y el salario defiscal”.

    Ha empezado elvendaval

    y callarán losfusiles.

    ¡Pazquieren miles y miles

    pero existela injerencia

    de esostipos sin conciencia

    como “elgringuito Capriles”!

      Ramón Espino Valdés

    El Leoncitode Las Tunas

    Cuba/México.

    08/08/2017.

     

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