Un diciembre más y nos vemos en este fin de año, ante la tarea de trazarnos metas para el próximo, como es habitual en muchos seres humanos.
Metas relacionadas con planes de superación o de realización, incluso de comportamiento, prometiendo hacer o no, esto o aquello, aunque en ocasiones, la vida, mucho más rica que cualquier plan, tozudamente nos impida parte o todo lo planificado.
En ese ambiente de proyectos a cumplir, ¿por qué no incluir el de imitar a Fidel?
No es ningún sacrilegio. Él mismo, hace años nos llamó a actuar como dos de nuestros héroes paradigmáticos. Primero al decir que en el pueblo existían muchos Camilos y luego, cuando nos propuso ser como el Ché, llamado este convertido en el lema de la organización pioneril.
Entonces, sigamos sus consejos y tratemos de parecernos a él. Aunque sea ubiquémoslo en una de esas metas.
Hablo de imitar a ese Fidel, que llegaba en las noches a la Universidad de La Habana y, lejos de cualquier protocolo, dedicaba horas a intercambiar con alumnos y profesores noctámbulos que se mantenían en la Colina. No había plan, no existía un informe a discutir, ni preguntas preelaboradas. En el decir popular, era así, directo al pecho. Allí explicaba experiencias y planes, pero también se nutría de la opinión de quienes lo rodeaban.
Por ese camino las calles de distintos pueblos, los planes agrícolas las fábricas y cualquier lugar del país, lo vieron llegar sin previo aviso y palpar lo que estaba pasando, sin intermediarios, ni documentos bien limados de asperezas que siempre han tenido la triste capacidad de no dejar ver todas las aristas del problema.
De aquellos tiempos es la frase, muy cubana, de que “esto está así, porque Fidel no lo sabe”, seguida de “un día él llega de sorpresa y ya veremos lo que va a pasar”. Siempre ese pueblo que lo amaba, lo cuidaba y lo ponía al día de primera mano.
Incluso en los momentos o lugares donde la elemental seguridad humana, aconsejaba que se protegiera, como en Girón, en el Flora, en la zona liberada de Viet Nam o en agosto del 94, siempre estuvo dentro de las multitudes, que en todas partes del mundo lo rodeaban.
Existen fotos comiendo junto a trabajadores en un albergue cañero o en una fábrica y en particular tengo la experiencia de un campamento en los años 90, donde fue a probar, cómo había quedado una crema de zanahorias, de la cual, unos días antes, él mismo ofreciera la receta a nuestros cocineros.
¿Qué impide imitar esa vida? ¿Qué impide salirse del plan trillado, del salón de reuniones y de los bellos informes? Visitas sorpresivas que no permitan acondicionar la realidad.
No creo que esté pidiendo mucho, pero este es mi punto de vista, si queremos hacer realidad la frase “Yo soy Fidel” y que no se quede fuera de la piel, sino que la incorporemos como parte de nuestras vidas.
Esa imitación está permitida.
Alguna vez expresé en este blog que debemos tratar de imitar a Fidel.
Lo reitero ahora aunque no es tarea fácil.
Yo soy Fidel!!!
Recuerdo haber escuchado en Cuba que no se debe ser “candil de la calle y oscuridad de la casa”. Me lo decía una persona muy allegada en alusión a José Martí, a quien acusaba de haber relegado a un segundo plano a su esposa e hijo. Por supuesto que la vida familiar merece una dedicación especial, pero no creo que exista la menor duda en que Martí, El Che, Camilo y Fidel tienen como denominador común haber sido candil de la calle y que ello debe formar parte del espíritu revolucionario socialista si de verdad aspiramos a una sociedad sin clases, solidaria, igualitaria y orientada al bien común a nivel planetario.
Seguir considerando el derecho de familia y la procreación como la estructura social básica y la sociedad como una yuxtaposición de familias debe ser considerado más como un rezago del pasado capitalista que el modelo ideal de una sociedad socialista dispuesta a garantizar toda clase de derechos a sus individuos al menor coste social y ambiental, así como una vida plena también en primera persona del singular y de plural. En todo ello, los mencionados próceres de la patria socialista han sido ejemplo, que nos debe animar a incrementar nuestro compromiso con la vida pública, de la que todos formamos parte del mismo modo que mantenemos vínculos a un nivel más íntimo con nuestros familiares más allegados. Es en los privilegios que confiere el derecho de familia a la hora de acumular riqueza, en el individualismo y competitividad que genera esta célula social y en la función procreadora donde el espíritud revolucionario cubano debe realizar un análisis profundo, teniendo in mente a esos modelos y superando todos los obstáculos que implica a la hora de perseguir los objetivos.
Simpermiso, mis saludos.
” Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.
Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizá sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado, una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo.
Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, No puede descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita”
Ernesto “Che” Guevara de la Serna
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Reblogueó esto en La Esquina Roja .
En este mismo blog relate mi experiencia de mi cercanía con Fidel en sus trayectorias hacia el palacio de las convenciones, por la avenida novena que colindaba con la escuela nacional de artes, de la cual yo fui estudiante, veía, como por la ventanilla abierta del auto que lo conducía, saludaba a todos los estudiantes que encontraba a su paso, y en ocasiones, si el tiempo se lo permitía, detenía la marcha y echaba una conversadita con los educandos de música que eran los que estaban en esa área, también en este blog comente sobre los cristales oscuros de los autos de los actuales directivos que contrasta totalmente con la actitud de accesibilidad que nos brindaba Fidel. Hoy abundan en demasías directivos muy parecidas a estrellas Hollywood, egocéntricas, narcisistas y creídas de merecer reverencias y pleitesías, pero por suerte existe las excepciones de las reglas, y los avileños tuvimos la misma suerte que los camagüeyanos, al contar como líder de nuestra provincia, aunque fuera por muy poco tiempo a un Jorge Luis Tapia, que con su presencia revolcó y trastoco todos los rincones de nuestra comarca, gracias a Tapia los Avileños pudimos conocer a todos y cada uno de nuestros directivos de la provincia, caminando a paso de conga y sin tumbadora a cualquier hora por la región, entonces, honor a quien honor merece, muchos Avileños no me dejaran mentir sobre los despachos que recibieron de Tapia hasta en la propia casa, y por ultimo quiero narrar una experiencia o anécdota sobre tapia que yo personalmente viví y que me conmovió grandemente, a pesar de su´´ sencillez´´. En una calurosa tarde del carnaval Avileño del 2014, me encontraba en la feria, degustando unas frías cerveza en la cantina de Arnaldo, el padre del mulato acelerao, y sorpresivamente irrumpió en lugar Tapia, que ya llevaba un tiempo trabajando en Camagüey, por supuesto todo el pueblo que lo descubrió lo abordo calurosamente, y no faltaron frases y reclamos de que tenía que regresar, que Ciego todavía lo necesitaba, todo el mundo se desvivía por brindarle una cerveza, y al único que le acepto una, que no bebió en el lugar, fue a Arnaldo, el padre del mulato acelerado, que gesto tan sencillo y tan normal si no contrastara con lo que sucedió al día siguiente, cuando irrumpió en el mismo lugar un alto cuadro partidista de la provincia y enseguida fue rodeado de directivos guatacones de gastronomía que lo lisonjeaban hasta la saciedad con cerveza que le exigían gratis a los cantineros de la feria, por supuesto, que el suceso se convirtió en todo un espectáculo y con su respectiva crónica social reseñada de boca en boca, al poco tiempo dicho cuadro fue removido o liberado de su puesto, no sé si por la farra publica y cervecera, o por algún otro asunto. Tapia sigue ahí, dándole mucha alegría y felicidad a los camagüeyanos, y nosotros los avileños añorándolo y deseándolo, Tapia me recuerda a Fidel , Tapia es un verdadero Fidel
Ojalá muchos cuadros y directivos se propusieran parecerse a Fidel, hasta en el físico … no abundarían tantos obesos y, sobre todo, serían todos un tilín mejores y sería mas expedito el camino hacia la consecución de nuestros sueños. ¿Es mucho pedirles eso?
en italiano http://www.cubainformazione.it/?p=20291
Yo no puedo comprometerme a ser tú, porque tú eres un gigante irrepetible que lo abarcas todo , pero si me comprometo a trabajar y luchar para tratar de mejorar mi entorno, y también me comprometo a serte fiel porque eso significa ser fiel a mí y a mis raíces . Hasta siempre padre querido, donde estés sigue iluminándonos el camino
Soy Fidel, primero porque mi familia es negra , pobre, humilde, humillada antes del cincuenta y nueve, y segundo porque cuando nací y crecí después del triunfo revolucionario y Fidelista, a pesar de los vestigios prejuiciosos, Fidel me enseño a tirar pa lante y a hacerme, y a tener orgullo y dignidad , y soy Fidel porque gracias A EL ESTUDIE Y ME HICE MUSICO EN UNO DE LOS MEJORES CONSERVATORIOS DEL MUNDO, CON LOS MEJORES MAESTRO DEL MUNDO , LA ESCUELA NACIONAL DE ARTES, LA ENA , o CUBANACAN, Y CON LOS PROFESORES MAS Fidelistas del mundo ,Alicia Perea , Batista, Collado, Marcos Urbay y muchos otros