Fidel es una cultura. Por Iroel Sánchez

 

Desde que tengo uso de razón política estuve oyendo hablar sobre qué pasaría el día que Fidel no estuviera al frente de Cuba. Recuerdo un documental de la Escuela de Cine de San Antonio que vi hace años en una de las Ferias del libro que se hacían en Pabexpo: Un hombre habla por un teléfono público y le disparan a boca de jarro la pregunta de marras, “la debacle”, respondía el interrogado con una expresión facial acorde con esas dos palabras. 

Tampoco hubo vez en que saliera de Cuba antes de 2006, cuando Fidel enfermó gravemente y delegó sus responsabilidades al frente del país, en que no me hicieran la consabida pregunta que la realidad se ha encargado de responder. 

Pero… ¿por qué se asocia tanto el destino de un país al de una persona, se sea amigo o enemigo del signo que esta, indiscutiblemente, ha impuesto al destino de Cuba y más allá?¿por qué ostenta el récord de ser el líder contra el que más intentos de asesinato se han fraguado?¿cómo es posible que a pesar de haber sido tratado de modo hostil por los principales medios de comunicación del planeta donde quiera que viajó fue acogido fervorosamente por las multitudes?

Cuba fue la última nación americana en liberarse del colonialismo español. España concentró contra los patriotas cubanos toda su fuerza en tres guerras en las que el genio militar y político de los más capaces hijos de la Isla, aunque arrinconó a uno de los  imperios más poderosos de la historia, fue golpeado en los momentos críticos por la división. Los norteamericanos aprovecharon la muerte de los más prestigiosos líderes independentistas -Antonio Maceo y José Martí- para escamotear la independencia, dividiendo y corrompiendo a muchos cubanos con trayectoria insurreccional. Tuvieron que pasar más de dos décadas para que una nueva generación retomara a Martí, rescatara su ideario antiimperialista y lo proyectara junto al pensamiento marxista como solución para los males de una república dependiente y corrupta. 

El pueblo cubano entonces parió hombres como Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y Antonio Guiteras, que juntaron el pensamiento martiano y el ideario socialista con la acción revolucionaria pero que no sobrevivieron al proceso llamado Revolución del 30 que de manera importante ellos contribuyeron a gestar desde inicios de la década de los años veinte del siglo pasado pero que nuevamente fue golpeado por divisiones entre las fuerzas revolucionarias.  La embajada de Estados Unidos conspiró con el que sería su hombre fuerte a partir de entonces, Fulgencio Batista,  y con el discurso del “Buen Vecino” logró restablecer el control de la situación. Se generaron entonces nuevos engaños y frustraciones.

Aunque una Constitución proclamó en 1940 derechos muy avanzados para la época, en periodos electorales sucesivos las fuerzas políticas que se proclamaron herederas de la Revolución del 30, una vez llegadas al poder,  se revelaron como corruptas y serviles a la dominación norteamericana. El Partido Comunista se había desangrado políticamente, obedeciendo la orden de Moscú de crear Frentes Populares, y acudiendo a las primeras elecciones regidas por la nueva Constitución en alianza con el mismo Batista que al servicio del imperialismo había dado el tiro de gracia a la Revolución del 30. Un nuevo Partido político con el nombre de Ortodoxo, en cuyas filas militaba el joven abogado Fidel Castro, capitalizó el descontento popular bajo el lema “Verguenza contra dinero”, su líder atrapado en una denuncia que no pudo probar se suicidó, y a las puertas de las elecciones donde ese Partido tenía la victoria segura, un golpe de estado encabezado por Batista cambiaría radicalmente la situación.

Ante la inacción del Partido al que pertenecía y agotadas las vías políticas, Fidel Castro abraza la vía armada, organiza en secreto un selecto grupo de jóvenes y sorprende a la nación el 26 de julio de 1953 asaltando la segunda fortaleza militar del país, con la demostración palpable de que él y el Movimiento que encabeza están dispuestos a jugarse la vida por realizar los sueños con que tantas veces habían engañado a los cubanos. Su discurso de autodefensa, difundido clandestinamente desde la prisión, fue el programa revolucionario  que le ganó el apoyo popular, avalado porque esta vez la palabra y los hechos se encontraban sin demagogia. Habían regresado Martí, Maceo, Guiteras, Mella y Rubén en una sola persona. Fidel era el organizador y el hombre de acción, el intelectual y el político con ética, el líder dispuesto a jugarse el pellejo para probar sus ideas. El pueblo mil veces engañado vio en él todo eso y decidió lanzarse otra vez a la Revolución. 

El resto es conocido. Se podía hacer una revolución sin el ejército o con el ejército pero no contra éste, y Fidel rompió el dogma. Fresco aun el crimen de la CIA contra la Revolución guatemalteca de 1954, tampoco un gobierno latinoamericano podía desafiar a Estados Unidos y menos hacer una Reforma agraria que afectara intereses norteamericanos, Fidel volvió a romper el dogma y desde entonces saltaron por los aires los imposibles en Cuba. Pero no fue suficiente, en África eran invencibles los mercenarios blancos y el ejército racista sudafricano hasta que negros y  mestizos dirigidos por Fidel demostraron lo contrario. Como ha escrito el historiador Piero Gleijeses, en África Cuba humilló a una potencia de la Guerra fría –EEUU- y desafió a la otra –la Unión Soviética-, actuando por motivaciones propias a favor de los pueblos africanos.

Imposible era también que la Revolución se mantuviera en el poder en Cuba tras la desaparición de la URSS, que un país del Tercer Mundo compitiera en productos biotecnológicos con los del Primero y viviera de exportar servicios profesionales pero los cubanos guiados por Fidel lo posibilitaron.

Había que matarlo porque Fidel es la posibilidad de que los postergados, los de abajo, hagan posible lo que siempre les han negado. Y no bastaba con matarlo, había que desacreditarlo. “Revolución es no mentir jamás”, ha dicho el hombre sobre el que quizás más se haya mentido.  

Hace diez años que Fidel no gobierna en Cuba y cada día vivido desde entonces ha sido un día de derrota para sus poderosos enemigos. Un día en que se recuerda que no pudieron vencerlo ni con la guerra, ni con el asesinato; ni con el bloqueo económico, recrudecido después de la caída de la Unión Soviética. 

Esa victoria no tendría sentido si la Revolución no continúa. Fidel no hubiera trabajado intensamente todos estos años, no hubiera consagrado su vida a la educación de su pueblo, si no es para que la Revolución lo sobreviva. 

Pero con excepción de Cuba, solo países de geografía numerosa, lejanos de EEUU, con masa crítica demográfica, cultura milenaria y lengua propia han resistido de manera prolongada la hegemonía norteamericana. 

fidel“Fidel es un país”, escribió Juan Gelman pero eso era a inicios de la Revolución. Hoy  Fidel es una cultura, una geografía de la justicia y la soberanía, un lenguaje de la solidaridad que une a muchas personas más allá de las fronteras de Cuba. La Revolución sobrevivirá si mantiene viva esa cultura.

(Al Mayadeen)

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15 Responses to Fidel es una cultura. Por Iroel Sánchez

  1. Asdrubal Salinas says:

    Felicidades de todo corazón a nuestro querido Comandante en Jefe. Solo los pusilánimes y los cobardes serán capaces de odiar a un hombre que lo ha dado todo por su pueblo y por el mundo. Existimos millones y millones en el mundo que festejaremos sus 90 años y el pueblo de Cuba lo celebrará como él se merece. Yo lo estoy festejando desde ya. VIVA FIDEL…!!!!!!

     
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  4. RAMON ESPINO says:

    “El lídernonagenario”

      ( 1 ) Estaba el mundofrustrado.

    Nadie creía en elfuturo

    y el presente erainseguro

    cuando surgió undestacado

    que a todos hacohesionado

    en su quehacersolidario.

    Digno yrevolucionario,

    con él surgimos,triunfamos

    y ahora todos lellamamos

    “el lídernonagenario”.

      Rogelio Díaz Castillo

    Las Tunas, Cuba.

      ( 2 ) Birán,provincia de Oriente.

    Nació un líder enBirán,

    un árbol de caguairán

    con gajos alcontinente.

    Es FIDELsencillamente

    un guerreroextraordinario.

    Hombre culto,proletario,

    que aún no deja decrecer

    y sigue dandoquehacer

    “el lídernonagenario”.

      Armando Andrés LópezRondón

    Ciego de Ávila, Cuba.

      ( 3 ) Dicen que come“Moringa”

    con huevo decodorniz,

    que le crece la nariz

    si le mientan aDominga.

    Jura un brujero, en“Mandinga”,

    que su brilloextraordinario

    pule el metalordinario

    y logra que el pobresuba

    porque es lo máximoen Cuba

    “el lídernonagenario”.

      Mary Espinosa Peña

    Cuba/EUA.

      ( 4 ) Se acerca alsiglo, sonriente,

    “el lídernonagenario”

    sobre un podioproletario

    con la libertadpresente.

    Sabe que el monstruode enfrente

    odia suscosmovisiones

    y que un chorro debribones

    piden, desde laFlorida,

    que a él más de unamordida

    le den 90 leones.

      Ramón Espino Valdés

    Cuba/México.

    13/8/1926-13/8/2016

    90felicitaciones al

    COMANDANTEEN JEFE

    FIDELCASTRO RUZ.

     

     

       

     
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  6. Arturo Menéndez says:

    He tenido varias oportunidades cerca de Fidel, pero nunca he estrechado su mano, nunca lo he gardeado en un juego de baloncesto o sostenido un diálogo con él.
    No creo tampoco que tenga yo los conocimientos y capacidad para hacer un análisis profundo de su vida, de sus ideas y de su quehacer político. Hay muchos textos que recogen estudios, análisis y relatos de distintas facetas de este hombre extraordinario, realizados por admiradores, académicos, historiadores, seguidores y enemigos. Quizás tenga algún valor relatar las propias vivencias que pueden aportar elementos de la práctica que arrojan luz sobre una personalidad en particular.
    Hace 33 años, en abril de 1983, durante la celebración en el teatro Karl Marx del Claustro Nacional de Ciencias Médicas, tuve la siguiente experiencia.
    El teatro estaba lleno de profesores y estudiantes de las ciencias médicas de todo el país, un año antes se había creado el Destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay. La expectación era grande. Existía el antecedente de un claustro similar pero solo del occidente del país, este realmente era de todo el país. A la sazón yo era profesor auxiliar en la Facultad de Medicina no. 2 del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Impartía clases de Bioquímica. Había tenido diferentes responsabilidades, fundamentalmente en la UJC y en el movimiento obrero, la mas reciente Secretario General del Buró Sindical.
    En la primera hora del claustro todas las intervenciones eran de carácter positivo, un espectador externo podía llevarse la falsa impresión de que la docencia en las ciencias médicas iba por un excelente camino, sin problemas, ni dificultades. En algunos casos parecía que eran intervenciones “preparadas”, todo para dar una buena impresión al jefe de la Revolución, para que no se molestara y no se preocupara por lo que estaba ocurriendo a lo largo del país y tuviera mas tiempo para ocuparse de cosas mas importantes, se trataba del funesto triunfalismo y de la no menos funesta tendencia a dar buena impresión a los jefes. Confieso que me sentía molesto y pienso que muchos otros colegas también se movían inquietos en sus butacas. ¿Para eso se había hecho esta gran movilización? Fidel daba la impresión de estar en una profunda meditación, quizás algunos pensaron que estaba dormitando. No sin un tanto de tensión y nerviosismo levanté mi mano derecha para pedir la palabra. Luego de un par de intervenciones mas en el mismo tono se me concedió la palabra, me levanté, me dieron un micrófono y comencé a decir lo que pensaba. En esencia expresé que en una reunión tan importante lo mas importante no era vanagloriarse de los éxitos, de lo alcanzado, sino, profundizar en los problemas, en las dificultades y en lo que debíamos hacer para obtener mejores resultados; que como profesor de Bioquímica reconocía que muchas veces pretendíamos que los estudiantes debían saber muchos detalles de esta ciencia y no la hacíamos comprensible y asequible, aunque estábamos rectificando y tratando de aplicar los avances pedagógicos para hacer nuestra ciencia mas amigable para los estudiantes, pero había que reconocer que chocábamos contra una importante barrera, la mala preparación en Química con la que llegaban los estudiantes, por lo cual teníamos que dedicar un tiempo importante en llenar los vacíos de conocimientos con los que llegaban a la universidad los estudiantes. A medida que hablaba, a pesar de la tensión, me percaté que Fidel había levantado su cabeza, como prestando mas atención a mis palabras, incluso, escribió una nota en papel que pasó al “Gallego” Fernández, entonces Ministro de Educación. Continué expresando que aunque los docentes teníamos la mayor responsabilidad y era nuestro deber motivar a los estudiantes para el estudio independiente, no era menos cierto que estos jóvenes ya estaban en condiciones de ser mas responsables, que el paternalismo con que la mayor parte del tiempo analizábamos sus problemas no los ayudaba a ser mejores estudiantes, por lo tanto, había que exigirles sus responsabilidades, algunos incluso tomaban decisiones importantes en sus vidas, como casarse, de ahí que tenían que asumir su responsabilidad en el proceso de enseñanza aprendizaje, y no pocos estudiantes demuestran mala actitud ante el estudio.
    Mas o menos ese fue el contenido de mi intervención. A partir de ese momento se produjo un cambio en el tono y contenido de las intervenciones, predominaron las críticas y autocríticas, de estudiantes y docentes, la expresión de inquietudes y hasta quejas. Recuerdo la fuerte autocrítica con relación al estudio de una estudiante chilena fuertemente aplaudida; las quejas del tratamiento discriminatorio a los docentes que no eran médicos, a los licenciados de otras carreras universitarias que siempre han jugado un importante papel en la docencia de las ciencias médicas. Ya no vimos mas a Fidel ensimismado, meditabundo, todo lo contrario, muy atento, tomando notas, distribuyendo entre los directivos que le acompañaban en la mesa presidencial lo que al parecer eran orientaciones o tareas a atender de acuerdo con los problemas y dificultades que se fueron planteando.
    Recuerdo partes de su discurso al final de la reunión, entre otras cosas dijo que había que exigirle mas a los estudiantes del Destacamento Carlos J. Finlay. Además anunció varios propósitos, proyectos y programas que se fueron haciendo realidad en los siguientes años.
    Meses después, cuando era decano de la Facultad de Medicina no. 2, recibí en varias ocasiones unos sobres con cartas del Ministro de Educación y diferentes materiales del plan de perfeccionamiento de los programas de las asignaturas de Química en la enseñanza preuniversitaria. Mis planteamientos no quedaron en el vacío.

     
  7. JESUS NETZAHUALCOYOTL says:

    Tan bueno y sitetico el articulo, como excelente comentario de Arturo Menendez, FELICIDADES AL SER HUMANO, QUE HA ORIENTADO E INSPIRADO A LA HUMANIDAD CONTEMPORANEA, TAN PROFUNDA Y ACERTADAMENTE. Y para muestra…

     
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  9. Carlos E. Bischoff says:

    Felicitaciones Iroel, creo que es la definición más acertada. No solo porque una cultura recién puede ser tal cuando enraíza en la conciencia social, sino porque su generación y desarrollo está atada a las relaciones de producción en que nace y crece. En ese sentido, Fidel ha hecho un soberbio aporte con ejemplo y propuestas teóricas al –como dices- “romper moldes” en que algunas culturas suelen transformarse, creo que comprendiendo mejor que nadie la necesidad de “construir” el socialismo de liberación nacional, asumiendo que semejante tarea solo puede hacerse si la lleva a cabo el sujeto histórico, la clase trabajadora y los sectores populares.
    Difícil trance el actual, seguro, pero no se llegó a él –con el Imperio admitiendo que erró feo por más de cincuenta años- sin esa conducción estratégica del Comandante en Jefe, sin ese enraizamiento y ese compartir objetivos y procesos por parte de las masas.
    Por eso Fidel es eso, una cultura. De los grandes entre los más grandes, algún dia nos dirá hasta pronto. Es inevitable y probablemente lo tenga más claro que nadie. Solo una cultura puede trascender, y estará en el esfuerzo de quienes la tomamos como tal el mantenerla y acrecerla en la historia. La historia será testigo –ya lo es- de la fortaleza de esa cultura. Y como ya sucedió, y para usar sus palabras, lo absolverá. Felicitaciones otra vez amigo. Fidel es exactamente eso, una cultura. La revolucionaria.
    Chau

     
  10. edgardo777 says:

    Sabiduría,valentía, y cojones bien puestos eso es Fidel…

     
  11. Darío says:

    Ya Fidel cumplió, el gran reto viene siendo estar a su altura, demostrar que lo merecíamos, salir por nuevas conquistas, hacer, de una vez, que el presente y el futuro de Cuba nos haga sentir a todos tan orgullosos como nuestro pasado. El pasado ejerce su influencia sobre el presente pero tiene sus límites y ya están sobre nosotros.
    Saludos cordiales

     
  12. Julio Arjona says:

    Asi que tu no escribes para medios que dan propaganda positiva a quien los financian jajaja, idolotrando a la figura que lideró el gobierno que le pone el dinero a cubadebate, juventu rebelde y granma, claro ahora me vas a decir que son del pueblo jajaja.

     
    • Le agradezco mucho estimado Julio porque con sus graciosas asociaciones me recuerda usted esta canción clásica de nuestra música popular:

      Adiós compay gato

      Adiós compay gato como tres veces me ha dicho
      El muy sinvergüenza de mi compay y lo voy a matar
      Por decirme gato, ahí, hay gato encerrado
      Y ahora mismo en el acto, se lo voy a explicar.

      El gato caza ratón
      El ratón come queso
      El queso lo da la leche
      La leche la da la vaca
      La vaca tiene dos tarros

      Tú ves, ay, ay, lo mato, (ay, ay), lo mato, (por qué, por qué, por qué).
      (Por decirme qué), que, (no digo), sí, sí.
      (Por decirme que…)
      Por decirme gato lo voy a matar
      A mi compadrito (ay, lo voy a matar)
      Ay, a ese canalla, (ay, lo voy a matar)
      Ay, por desgraciado, (ay, lo voy a matar)
      A ese sinvergüenza, (ay lo voy a matar).

      Cuando el chivo es chiquito
      Le dicen chivito
      Pero cuando es grande
      Le dicen chivón.

      Cuando el carnero es chiquito
      Le dicen cabrito
      Pero cuando es grande
      Le dicen ay, ay), lo mato, (ay, ay), lo mato, (por qué, por qué, por qué).
      Por decirme (qué, qué), no digo, (sí, sí).
      Por decirme (que…)
      Por decirme gato…
      Cuando el chivo es chiquito…
      Cuando el carnero es chiquito…

      https://www.youtube.com/watch?v=aby8IHkYgoI

       

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