Ravsberg arremete de nuevo contra nosotros

 
Yosvani Montano*
Yosvani Montano

Yosvani Montano

Integré con orgullo la delegación cubana que participó en los foros paralelos de la Cumbre de Panamá y, hace dos días, hablé para la Mesa redonda acerca de la manipulación mediática que se hizo de nuestra conducta. Ahora veo que, después de un primer texto muy discutible sobre el tema y de la circulación de varios materiales esclarecedores de compañeros que estuvieron allí, el periodista Fernando Ravsberg arremete de nuevo contra nosotros en “La sociedad civil y el debate (II).

Debo confesar que me sorprendió este segundo post. Por un lado, mantiene su papel de Juez inaccesible y no contesta ni una sola de las réplicas objetivas, sólidas, que suscitó su primer texto. Por otro, asegura que publicó en su página algunas de esas “respuestas” (entre comillas, así las pone), es decir, aquellos artículos “que consideramos más serios y no repetitivos”. Habría que preguntarse quiénes formaron parte del jurado que decidió qué resultaba “serio” y “no repetitivo”. No obstante, se trata, según nos dice, de una cuestión ética: “lo único honrado que toca hacer en un debate”.

Inexplicablemente, Ravsberg excluyó una argumentación contundente, muy seria y nada repetitiva, de Elier Ramírez (“Mi respuesta a Ravsberg“, en el blog Dialogar, dialogar), que desmonta una por una las manipulaciones de su primer texto. Ahora, en La sociedad civil y el debate (II), cita a Elier, pero, ¡qué curioso!, no por su artículo, sino por una observación ajena a la discusión que hizo en la Mesa redonda. Pero fue aún más lejos: llegó a publicar incluso un brillante mensaje de felicitación a Elier, a propósito de “Mi respuesta a Ravsberg”, de nuestro gran escritor Miguel Barnet, sin que apareciera el texto felicitado. Lectores de su blog le solicitaron a Ravsberg que publicara el artículo de Elier. ¿Esta omisión puede considerarse “honrada”? Como ya nos tiene acostumbrados Ravsberg, esa propia cita de Elier es inexacta y ha sido utilizada deliberadamente para reforzar sus tesis.

Evaluar con transparencia y auténtica honradez los argumentos que dio Elier en su texto y responderlos, si es que tiene respuesta para ellos, era lo mínimo que podía esperarse de alguien que se autotitula amante de la discusión libre de ideas. No olvidemos que la imagen que usa Ravsberg para introducir La sociedad civil y el debate (I) es una foto del incidente frente a la embajada, en el cual, como aclara Elier, no estaba la delegación. ¿Es “honrado” encabezar un artìculo sobre el desempeño de una delegación con una imagen de hechos en los que no participó? ¿No se está haciendo un uso manipulado de esa imagen?

Pero hubo otra importante omisión en las “respuestas” publicadas por la página Cartas desde Cuba: el análisis de Iroel Sánchez de la trayectoria periodística de Ravsberg en torno a la “otra” sociedad civil que pretendieron legitimar en Panamá. ¿Por qué Ravsberg miró hacia otra parte cuando le recordaron su cobertura tendenciosa de la falsa “sociedad civil” pagada desde el exterior? ¿Es eso “honrado”?

¿Va a pretextar Ravsberg que el analista abandonó el tema de discusión para hablar de otras cosas? No, con perdón, el pretexto no tiene valor alguno; porque aquí también se ha puesto sobre la mesa una pregunta clave: si este periodista reflexiona sobre Cuba de modo independiente, al margen de la agenda de la maquinaria mediática, o si lo hace dentro de esa agenda y siguiendo la corriente dominante. El Juez ha pasado, mal que le pese, a ser procesado moralmente. Y tiene que enfrentar las denuncias que se le hicieron. ¿No fue este periodista uno de los que pretendió legitimar a la “sociedad civil” mercenaria? “Lo único honrado que toca hacer en un debate” sería contestar a estas y a otras preguntas.

Gracias a su objetividad (dice Iroel Sánchez), los lectores de Fernando Ravsberg todavía no se han enterado de si los protagonistas de la “huelga de hambre” de Martha Beatriz Roque y sus acompañantes -dispuestos a morir comiendo miles de calorías diarias- están vivos o muertos. Tampoco han sabido por él que Eliécer Ávila -quien según Ravsberg “no entendía que se le prohibiera visitar el lugar donde cayó el Che en Bolivia”- ha dado la vuelta al mundo pagado por potencias extranjeras pero aún no ha puesto un pie en el altiplano de los quechuas y los aymaras.

¿El párrafo citado no merece algún tipo de respuesta? Si vamos a ser “honrados”, habría que oír las razones que tuvo Ravsberg para reflejar como lo hizo aquellos hechos y personajes. Si vamos a ser “honrados”, hay que hablar de la entrevista a Fariñas, Premio Sajárov y amigo de Posada Carriles, y enfrentar la estampa de la moribunda Marta Beatriz Roque y aclarar cómo y por qué desapareció, con su milagrosa recuperación, de la página de Ravsberg.

Pero qué actitud asume este amante de la polémica, que detesta las Mesas redondas donde todos están de acuerdo y hace “lo único honrado en un debate”. Eludir precisamente la confrontación de todos aquellos datos y argumentos que demostraron el carácter tendencioso y manipulador de su texto inicial, ignorar las pruebas terminantes de su currículo al servicio de la falsa oposición mercenaria, protegerse con tres o cuatro citas de queridas y prestigiosas figuras de nuestra cultura y ensañarse con una joven honrada a quien conozco bien, infinitamente más honrada, valiente y digna que todos aquellos que desde Miami trabajaron en tenderle una trampa vil. ¿Se trata de promover el debate real o de eludirlo con evasivas y bajezas?

Estuve, repito, en Panamá. Mis compañeros y yo enfrentamos provocaciones de toda índole y defendimos con principios y verdades nuestra posición. No hicimos jamás nada que pueda avergonzar al pueblo cubano. Un pueblo, que, más allá de los vecinos de Ravsberg, nos ha venido manifestando continua y espontáneamente su cariño.

*Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria. Estudiante de Licenciatura en Historia y Marxismo

(Tomado de Dialogar dialogar)

Ver además:

Sobre lo ocurrido en Panamá, además de los escritos de Elier Ramírez (“Una respuesta Ravsberg”y de Yoerky Sánchez (¿Ravsberg se va con la primera bola?) se pueden leer los textos publicados en este blog: 

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14 Responses to Ravsberg arremete de nuevo contra nosotros

  1. Enrique R. Martínez Díaz says:

    Saludos. Con todo respeto, le están dando a Ravsberg una importancia que no tiene. Si ese señor quiere seguir su trabajo, bueno o malo, con sus incongruencias muchas veces manifiestas, sin que lleguemos a saber en que novena juega, allá él. De algún lugar debe salir la plata que le permite seguir viviendo en Cuba y publicando. Hace un tiempo pensé que estaba preparándose para escribir algo semejante a “Los diez dias que estremecieron al mundo”, respecto a la supuesta caída de la Revolución Cubana; ya lleva mas de 20 años en la espera; esperemos que tenga un sillón cómodo.

     
  2. chilecuba says:

    Esta breve nota la escribí en otra plataforma, pero me parece mejor aquí, en el blog de los que, sin dejar de ser críticos cuando es necesario, no lo hacen con esa supuesta “objetividad” tan desamorada. ¿Quién puede sostener que el amor es – puede ser – tan objetivo? Nunca lo es, y quien ama a su gente, cuando le señala los defectos, lo hace de una forma que es notoria para todos que la motiva ese amor. Aunque según las últimas circunstancias parece que esa objetividad del periodista equilibrista ya se está mostrando en su rostro verdadero. He aquí la nota.

    No es la primera vez que ese periodista – que tiene una cita de Martí en su blog con la que pretende pasar piola,- utiliza ciertos procedimientos para “deliberadamente reforzar sus tesis”, como bien dice Yosvani Montano Garrido. Recuerdo la vez que citó incorrectamente a la Contralora de la República y tampoco respondió a los argumentos que se le opusieron… Pero este tipo de periodismo, que desea pasar por objetivo, tarde o temprano va mostrando su verdadera faz, y este rostro de ahora, que desmonta tan bien Iroel, y ahora este joven, va bosquejando su perfil. Nunca las terceras vías han sido auténticas y el método de una de cal y otra de arena no engaña todo el tiempo. Lástima que la nobleza de Silvio, y otros, haya visto una especie de persecución a este personaje, pero ¿y lo que persigue el periodista, por qué se ha de dejar indemne cuando se está viendo ya con mayor claridad? Las interrogantes de Yosvani son en verdad demoledoras. Si el periodista no responde se va a quedar sin capital de credibilidad, sino en aquellos que, a ultranza, quieren creerle. Pero eso ya no importa…

     
  3. chilecuba says:

    En ocasiones uno, inesperadamente, se sorprende. Porque uno espera – con sinceridad digo que uno lo espera – que un periodista tenga, no sólo un piso mínimo, sino un murito un poco más alto, de cultura política, de ese instinto que cualquiera puede comprobar que no le falta a la mayoría de lo que podemos llamar quizás el cubano medio, ese que al menos ha estudiado hasta el 12 grado… (que no son pocos), y hasta en muchas personas nacidas antes del 59, sin muchos estudios, pero con el instinto de la inteligencia natural y sobre todo, de la claridad conque saben a qué filas pertenecen. Me hago esta observación al leer este párrafo del último escrito del objetivo Ravsberg :

    “Sin embargo, me pregunto cómo nos damos la mano con el hombre que más guerras hace en el mundo, matando cientos de inocentes con sus drones y bombardeos. Según la lógica de Ariel, cuando Obama le tendió la mano a Raúl Castro, ¿este debería haberle respondido ¡ni pin…!?.”

    Porque, ¿cómo se puede comparar el alto deber diplomático del presidente de una nación con los deberes de los miembros llanos de una delegación que, además, sabían muy bien lo que se estaba orquestando?

    En verdad parece hasta un argumento tan inocente, casi infantil en un escritor que al menos uno supone de seria inteligencia…pero en su esencia es manipulador..

    Otra cosa que asombra es el coro de los puritanos de la lengua tan preocupados de la imagen de la patria que esos muchachos han diseminado por el mundo y que es algo hipócrita siempre, porque toda persona, cubana o no, las ha pronunciado alguna que otra vez, esa u otras, y además, ¿en qué consiste el error, en decirla en público porque esas palabras denotan supuestamente grosería o vulgaridad?- ¿No se dan cuenta que están defendiendo la obediencia a una convención meramente lingüística, porque las malas palabras no existen, lo que existe es la intención que oculta o devela el término que se emplee?. Así pues uno puede emplear una grácil palabra para la peor ofensa…y entonces, en ese caso ¿no estaríamos dando una mala imagen? Quizás sería peor, digo yo, esconder la intención detrás de la supuesta buena y respetable palabra aceptada por pura convención.¿Y en verdad se habla en serio cuando se pide serenidad y educación si estás nada menos que ante un repugnante asesino, que además puso en boca del Che palabras de rendición e indignidad que este nunca pudo decir, que además porta una foto del asesinado, como un macabro trofeo? Vamos, en verdad que yo prefiero esas palabrotas ante tan refinada preocupación. Los lamentos por la supuesta mala imagen de la delegación cubana en verdad no los entiendo, sobre todo por la larga historia de crímenes, muertos y discapacitados que ha sufrido el país por quienes pretendían, precisamente esos que allí estaban, provocar y sobre todo cuando se sabe qué se está jugando la nación con ese abrazo de oso que ahora da el norte. Por supuesto, siempre se repite el mantra del derecho a opinar que todos tenemos, pero de lo que se trata es de que la tarea de algunos periodistas, sea consciente, vendida o no, va preparando el terreno e imaginario de sus lectores, para que poco a poco se vayan mellando ciertos filos mentales todavía (y por largo tiempo) necesarios…

     
    • Vale, Loscar
      Ahora mismo acabo de ver en TeleSUR un spot que pasan con frecuencia donde Chávez responde a Uribe y su afirmación de que le faltó tiempo para una operación militar contra Venezuela: “No le faltó tiempo, le faltaron coj…”
      Nunca he visto a nadie en Cuba ni leído nada en la red protestando contra eso. ¿Será porque enfrentarse a la autoridad de Chávez en su crítica al uribismo no es políticamente correcto? ¿Y hacerlo contra los jóvenes cubanos frente a asesinos, terroristas y sus cómplices, sí?
      Tu idea “la tarea de algunos periodistas, sea consciente, vendida o no, va preparando el terreno e imaginario de sus lectores, para que poco a poco se vayan mellando ciertos filos mentales todavía (y por largo tiempo) necesarios…” me parece clave.

      Saludos

       
  4. No creo que se trate de darle mucha importancia a Ravsberg, aunque evidentemente él debe estar muy satisfecho con lo propiciado con sus dos artículos, sobre todo cuando ha acercado a su posición a brillantes figuras de nuestra isla. Si ha conseguido tal cosa entonces sí debemos analizar su verdad. He intentado decenas de veces escribir un comentario a ese segundo artículo sobre la Sociedad Civil de Ravsberg en su página… Nada, su sitio me lo rechaza mientras aparecen otros comentarios que siguen la misma línea de Fernando. Por último le escribí un e-mail a su “contactos”. Cero respuesta. Evidentemente este hombre no está interesado en dialogar con los que discrepan de él y sí en arroparse con los comentarios de figuras como Silvio, Guillermo, Amaury y otros que, en alguna medida, defienden la libertad de Ravsberg para expresarse. También es muy señalado que Fernando, al analizar algunos artículos nombre “Ni p…” como el más honesto, como si quisiera decirle a los cubanos que esa es la vía y todos sabemos que ese no fue el espíritu de la delegación cubana en Panamá. En fin, espero que los artículos de Iroel, con abundantes argumentos y fuentes, alcance una fértil divulgación que propicie entre nosotros un vivo debate sobre “el debate” al que pretende llevarnos Ravsberg donde prácticamente, después de haberse afincado entre muchos de nosotros como “un gran periodista”, intenta convencer a muchos de que sigamos su ejemplo para que nuestra prensa no encuentre el justo lugar que busca por sí misma y se refugie en esa actitud condenatoria hacia nuestra compleja realidad que exhiben Diario de Cuba y 14 y medio. Espero que nuestros jóvenes periodistas logren reflejar en sus blogs, más allá de lo que ya han compartido sobre la verdad en Panamá, esta otra verdad sobre las reales trampas de ruptura, división e incertidumbres entre nosotros mismos a que nos incita Ravsberg. Porque no es verdad que Yoani, Eliecer, Fariñas, Rodiles, Bertha, Morúa y unos cuantos más deseen dialogar con nosotros, no, ellos no buscan diálogo, ellos buscan acrecentar confrontaciones para que nos desgastemos en un debate para el que ellos ya tienen las conclusiones: eliminarnos de la credibilidad pública. Y al mismo tiempo, con ese debate propugnado por Ravsberg, se busca que le demos divulgación, con sólo nombrarlos, a unos personajes que ya se han hundido en su propia madeja contra Cuba y contra los cubanos que, como Silvio, Guillermo, Amaury y tantos otros sí queremos debatir nuestras inquietudes a partir de la buena palabra que intentamos abrirle paso por el mejoramiento de la sociedad cubana y no para retorcerle su generosa y magnífica historia como quieren los atribulados especímenes que fueron a Panamá en busca de la legitimidad que ninguno de nosotros, aunque no nos llamemos Raúl, debemos ofrecerle. Dialoguemos con Iroel, con Elier, con Silvio, con Guillermo, con Amaury, con Guanche y con tantos otros que nos están esperando para que nuestro tiempo se llene de preciosos desafíos.

     
  5. la mulatisima says:

    Me molesta que la manipulación logre sus objetivos. Ravsberg sucumbió, evidentemente. Personalmente, entiendo que no sienta ciertas cosas…Pero también me molesta que salgan tantos defensores a ultranza, basados en lo buena persona que es el periodista, en los años que hace que lo conocen y en que no están de acuerdo con que le caigan en pandilla… pero sin otros argumentos. Los defensores también sucumbieron, lamentablemente. Y más lamentable, cuando se trata de personas que se saben líderes, que con solo opinar, abren un camino que de antemano va a seguirse por otros muchos. En todo esto, sobran las ofensas, faltan los argumentos…. (salvo excepciones, claro)…no estoy ni segura de cuánto bien puede hacer este tipo de “debate”. Porque el atrincheramiento en posiciones más o menos divergentes, no hace un debate. Hay demasiadas preguntas sin respuestas de ambas partes. Y hay demasiados implicados que lo hacen solo por “salir en la postalita”, pero que ni pintan ni dan color….

     
  6. Todos ustedes, los que estuvieron en Panamá, como parte de la Sociedad Civil “oficial” (perdón pero no encuentro otra forma de definirla) también han contado su propia versión con una gran dosis de manipulación. El relato de lo ocurrido frente al busto de Martí, la foto que publicó Cubadebate sobre la famosa patada y muchas cosas más son pura manipulación. Los que estuvieron allí saben que no fue como lo cuentan. Y lo que me llama la atención es la vehemencia con la que se defienden de quienes critican la actitud asumida por la delegación cubana. Es lógico que traten de explicar dicha actitud, pero los argumentos son demasiado retóricos, largos, tergiversados y lleno de lugares comunes y frases hechas. En fin, que no logran convencer a mucha gente. Deberían conocer que es muy cierto lo que dice Ravsberg acerca de lo que piensa la gente común, sobre lo que hizo y dejó de hacer la delegación cubana en Panamá. La gente como que no entiende esa actitud iracunda, y eso que en Cuba no se vió nada nada de lo que mostraron otros medios en el mundo. Ni vieron la histeria colectiva, ni a la compañerita psicóloga, que dijo que ella se había pagado el pasaje a Panamá con su salario para representar a la sociedad civil.
    Pero en fin, que ha llegado la hora de ir apilando la leña para la hoguera de Ravsberg.

     
  7. SORPRESA!!!
    Ayer estuve en mi Alma Mater, la CUJAE, para impartir una conferencia. Para mi alegría, me reencontré con Vivian Elena, compañera de los tiempos estudiantiles con la que compartí tareas en la Federación Estudiantil Universitaria y a la que no veía desde entonces. Ella es ingeniera civil y ahora es Vicedecana de la Facultad donde se estudia esa especialidad.
    Vivian Elena es uruguaya, hija de exiliados políticos que la trajeron con ellos a Cuba cuando la dictadura militar perseguía a la izquierda en su país.
    Mientras compartíamos recuerdos, otro compañero de aquellos años se acercó y dijo a Vivian: “Iroel está polemizando con un compatriota tuyo”
    Vivian preguntó: “¿Qué compatriota?”, respuesta: “Fernando Ravsberg”.
    “Ese, ¿quién es? Los uruguayos en Cuba no somos muchos, y yo conozco a todos los exiliados. A ese no lo conozco”, dijo Vivian sobre el “uruguayo de izquierda” que comenzara su trabajo aquí como corresponsal en La Habana de Telemundo de Miami.

     
  8. Pánfilo Epifanio says:

    Los argumentos dejan clara la esencia manipuladora y mercenaria de la palabra de este señor, quien pretende en erigirse en ejemplo de periodista objetivo y serio, y publica textos de esos que le valen un 2 a estudiantes de primer año de la carrera en cualquier universidad cubana, por no contrastar sus fuentes, por no darle seguimiento al tema, por no responder adecuadamente las interrogantes que abre su opinión… en fin, si fuera estudiante estaría rayando la repitencia, si no pierde la carrera, porque si se analiza la ética profesional, la “entereza” y “objetividad” del periodista Ravsberg queda muy mal parada, aunque si aprovecha las lecciones recibidas en la red, puede que aprenda algo, después de todo.

     
  9. qbano says:

    lo cierto es que en Panamá la única ausente por nuestra parte fue nuestra sociedad Civil! sería imposible que la delegación radicada en Miami y compuesta por reconocidos terroristas representaran a nuestra sociedad cómo de igual modo sería complejo aceptar que la delegación oficial -esa que omitió abordar temas como acceso a intranet, remuneración material, respeto al ideas opuestas, diversidad en los medios, migración, economía etc- y que además decidió participar en actos violentos -justificados o no, provocados o no- sea la representación de nuestra sociedad Civil…y aunque para quienes toman las decisiones y defienden tales posturas resulta insignificante, debo reafirmar no solo no me sentí ausente en ella, sino que estoy en total desacuerdo con sus posturas de omisión y violencia…

     

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