¿Ha fracasado el socialismo?

 
Vicenç Navarro

socialismo-dez-08El enorme dominio de las fuerzas conservadoras y neoliberales en el mundo intelectual, mediático y político explica la percepción, ampliamente promovida durante los últimos treinta años, de que el capitalismo, a pesar de sus obvias deficiencias, es un sistema económico mejor que su alternativa, el socialismo. El colapso de la Unión Soviética, presentada como la máxima expresión del socialismo real, dio pie a que esta percepción se generalizara. Desde Francis Fukuyama al Papa Juan Pablo II, se presentó el capitalismo como el único sistema válido para permitir el desarrollo humano. Este Papa preguntaba en su encíclica Centesimus Annus “¿Debería el capitalismo ser el sistema económico preferido para construir la economía y la sociedad? ¿Es este el modelo que los países del Tercer Mundo deberían escoger en su camino hacia el progreso económico y social?… Si por capitalismo se entiende un sistema económico que reconoce el rol positivo que tienen el mundo de los negocios, el mercado, la propiedad privada de los medios de producción que permitan que se desarrolle la creatividad humana en el sector económico, entonces, la respuesta a esas preguntas es definitivamente afirmativa”.

Ante las múltiples afirmaciones de que el capitalismo es el mejor de los sistemas, las izquierdas han respondido, por regla general, de una manera defensiva (acentuada después de la desaparición de la Unión Soviética), subrayando que lo que existía en la URSS no era socialismo, observación que se ha extendido a muchos otros países, como Cuba, indicando que, en realidad, tales países no tenían ni tienen socialismo. Es interesante aclarar que estas declaraciones se hacen mientras un niño muere de hambre en el mundo capitalista cada diez segundos, con 3,1 millones de niños muertos cada año como consecuencia de la malnutrición.

Ahora bien, para poder analizar la superioridad de un sistema económico sobre otro hay que definir primero el significado de los términos Capitalismo y Socialismo. Capitalismo es la producción privada de bienes y servicios para el beneficio y ganancia de aquellos que poseen y controlan tales medios de producción. Socialismo es el sistema de producción y distribución en el que los principales medios con los que se realiza la producción son públicos, con las instituciones estatales (sean centrales, regionales o locales) jugando un papel clave en la producción y distribución de aquellos bienes, siguiendo el principio de “a cada ciudadano según su necesidad, de cada ciudadano según su capacidad”.

Naturalmente que las sociedades actuales, dentro de su complejidad, tienen diferentes formas de propiedad. De ahí que, para evaluar la mayor o menor capacidad de resolver las necesidades humanas de un sistema capitalista versus un sistema socialista, se pueden comparar países con sistemas económicos capitalistas con otros con sistemas económicos socialistas, pero también pueden compararse países capitalistas que hayan tenido partidos gobernantes de sensibilidad socialista, con otros donde tales partidos y/o movimientos no hayan existido o su fuerza haya sido menor.

Y antes de comenzar estas comparaciones, valga subrayar que uno de los indicadores más importantes del bienestar en un país es su salud, que depende, no tanto de los servicios sanitarios existentes en el país, sino de determinantes económicos, sociales y políticos que la configuran, entre los cuales la distribución de recursos juega un papel clave.

Veamos ahora los datos, continente por continente, en un mundo en el que, como he indicado, un niño muere cada diez segundos debido a malnutrición en el mundo –predominantemente capitalista- donde no hay, a nivel mundial, ninguna escasez de alimentos. En realidad, en los países desarrollados los Estados pagan a los agricultores para que no produzcan más alimentos.

AMÉRICA

Cuba ha sido uno de los países más vilipendiados de América Latina, despertando una enorme hostilidad entre los establishments estadounidenses, latinoamericanos y europeos, hostilidad que se ha extendido a aquellos países que han intentado una transformación profunda de los sistemas de propiedad de aquel continente, conocido como uno de los más desiguales del mundo.

Si miramos los indicadores de salud, sin embargo, los indicadores de mortalidad en Cuba están entre los mejores de Latinoamérica. Ningún otro país en aquel continente ha visto una mejora tan grande de sus tasas de mortalidad (en cada uno de sus grupos etarios), siendo hoy el país con menor mortalidad en aquel continente. Cuba tiene el nivel de malnutrición más bajo de América Latina, siendo el país que ha disminuido el nivel de malnutrición de una manera más notable desde 1960. Algo parecido ocurre en cuanto a su situación ambiental. El 75% de las viviendas están conectadas a la red de agua potable, uno de los porcentajes más altos de América Latina, siendo uno de los países con menos disentería. Tiene también el nivel de educación más alto de América Latina.

En base a esta experiencia, parecería que la propuesta de Juan Pablo II estaría equivocada. Si el resto de América Latina tuviera la mortalidad infantil de Cuba, se salvarían dos millones de niños al año. Ni que decir tiene que el sistema político, carente de democracia representativa, no lo hace atrayente para personas con sensibilidad democrática. Pero la evaluación de Cuba tiene que hacerse con países de semejante desarrollo cuando tuvo lugar la revolución cubana. Y es ahí donde la capacidad de resolución de problemas básicos de los seres humanos del sistema socialista (con sus muchas limitaciones) es claramente superior a la del sistema capitalista. Y es también justo subrayar que, en la mayoría de países de Latinoamérica que han sido gobernados por partidos socialistas, se han conseguido mejoras más sustanciales para las clases populares (como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay o Nicaragua, entre otros) que en aquellos gobernados por partidos de sensibilidad liberal y conservadora.

ASIA

Una comparación entre los indicadores de salud de China (durante muchos años con un régimen socialista) y la India (economía capitalista) muestra también la superioridad del sistema socialista. En 1942, los indicadores de China eran mucho peores que los de la India. En los años 1990, la mortalidad infantil era mucho mejor que en la India (cuando había sido mucho peor). Algo parecido en cuanto a la mortalidad de niños de 1 a 4 años. En los años 1990, la altura promedio era ya mayor en China que en la India. Es interesante subrayar que estas mejoras se debieron más a la redistribución de recursos que al crecimiento del PIB. Sin embargo, tales indicadores se han deteriorado en China a raíz de las reformas liberales introducidas por el gobierno comunista en los últimos 30 años. Los grandes descensos en la mejora de la mortalidad se han producido a partir de la introducción del capitalismo en China en los años 1980. Una evolución semejante ha tenido lugar en los niveles de educación y nutrición infantil, con una mejora más notable de la que ha tenido lugar en la India (incluso con niveles de riqueza económica semejantes).

Es interesante que, incluso dentro de la India, aquellos Estados gobernados por partidos con un compromiso socialista, como Kerala, han tenido (desde 1957) una evolución de los indicadores de salud, educación, nutrición y vivienda mejor que la del promedio de la India. La mejora ha sido particularmente acentuada entre las mujeres.

Otra experiencia interesante ha sido en los países asiáticos pertenecientes a la Unión Soviética. La comparación de los indicadores de salud de esas repúblicas (Kazakstán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) muestra que evolucionaron más rápidamente que los de los países comparables y limítrofes en Asia.

En África, la experiencia socialista no ha existido o no ha sido notable.

EUROPA

En Europa, las Repúblicas Soviéticas no tuvieron indicadores mejores que los de los países con economías capitalistas. En 1975, la URSS tenía una esperanza de vida de 70,4 años, solo 8 meses más corta que la de EEUU. Ahora bien, era más larga que la de Finlandia y Portugal, y solo ligeramente inferior a la del Reino Unido, Japón, o la República Federal de Alemania. Esta comparación actual olvida, sin embargo, que históricamente la evolución en la Unión Soviética comenzó desde unos niveles mucho más bajos. En realidad, en los primeros treinta años (1917-1947), su evolución, no solo social, sino también económica, fue un gran éxito, como lo demuestra que fuera capaz de derrotar a Alemania en la II Guerra Mundial. Incluso Winston Churchill reconoció que la que derrotó a la Alemania Nazi fue la Unión Soviética. El sistema socialista de producción mostró claramente su superioridad. Fue la evolución posterior la que disminuyó el gran potencial de aquella revolución, como escribí en mi libro Social Security and Medicine in the USSR, cuya distribución fue prohibida en la Unión Soviética.

Hay pocas dudas, pues, de que, en el contexto del mundo subdesarrollado, donde todavía hoy vive la mayoría de la humanidad, el socialismo es un sistema económico mejor que el capitalismo.

Los países desarrollados se han mantenido dentro de la esfera de las economías capitalistas y ninguno la ha abandonado. Pero esta situación no puede presentarse como un indicador de la supremacía del sistema capitalista. En realidad, los países donde han gobernado por más tiempo partidos políticos comprometidos con el socialismo (partidos socialdemócratas aliados a partidos comunistas o progresistas) tienen mejores indicadores de salud y bienestar que aquellos gobernados por partidos conservadores y liberales. El establecimiento del Estado del Bienestar es una conquista de la socialdemocracia europea. Y tal conquista se desarrolló como un avance hacia el socialismo. En el país donde esta estrategia avanzó más, Suecia, los avances del Estado del Bienestar, en lugar de coaptar a la clase trabajadora al sistema capitalista (como algunas voces izquierdosas sostienen), sirvieron para empoderarla, exigiendo cambios en la propiedad del sistema productivo a través de las reformas Meidner. Estas reformas consistían en que los trabajadores adquirían, con la plusvalía generada, acciones en las empresas, alcanzando así a tener la propiedad de la entidad anónima. La enorme resistencia del empresariado impidió el cambio.

El gran cambio de la socialdemocracia fue el rechazo y abandono de sus estrategias políticas, eliminando, desde Blair y Schröder antes, a Renzi y Valls ahora, cualquier atisbo de compromiso con el socialismo, habiendo desaparecido cualquier intención de alcanzar este sistema. Pero su existencia ha sido responsable de que Suecia y Noruega sean los países con mayor calidad de vida (diluida recientemente en Suecia por las reformas pro-capitalistas de las derechas), resultado de ser los únicos países que desde 1945 han sido gobernados más años por partidos pro socialistas que por partidos pro capitalistas.

En base a esta experiencia, es difícil estar de acuerdo con el Papa Juan Pablo II. En realidad, la fuerza de los hechos parece haber cambiado la postura del Vaticano cuando, bajo el Papa Francisco, este ha reconocido recientemente que el capitalismo no es el mejor sistema, admitiendo, a su vez, que las fuerzas socialistas, con sus distintas sensibilidades, han hecho más para mejorar el bienestar de las poblaciones que las fuerzas pro capitalistas.

*Este artículo es un resumen en castellano de un informe publicado en inglés, escrito por el Profesor Vicenç Navarro, “Has socialism failed? An analysis of health indicators under socialism”, publicado en la revista International Journal of Health Services (Primavera, 1993), en donde aparece expandida la evidencia empírica mostrada en este artículo. Publicado en Le Monde Diplomatique, septiembre de 2014.

(Tomado de NuevaTribuna.es)

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16 Responses to ¿Ha fracasado el socialismo?

  1. Vicente Carvajal Iglesias says:

    El capitalismo nunca ha sido ni será una respuesta a la vida humana, porque antepone lo económico a cualquier otra cosa y el ser humano no es mercancía. Así de simple. por eso la diferencia entre lo que hace Cuba, en la parte médica o educacional y lo que se ve en otros países, en los cuales la desigualdad es escandalosa. No olvidemos que tan sólo hace un siglo o un poco más, en Inglaterra se hacía trabajar a niños, en las minas de carbón. Esa es la cara verdadera del capitalismo y no ha cambiado.

     
  2. Ivan says:

    Debo decir en defensa del profesor Vicenç Navarro que cada día somos más los españoles que nos sentimos afortunados de poder leerle a diario en su blog, en Público y en pequeños medios alternativos, a modo de contrapunto de la ideología dominante. El hecho de que figure entre los intelectuales de lengua castellana más citados en ciencias sociales en el mundo demuestra su enorme autoridad, lo que no ha impedido que el oligopolio mediático español mantenga una postura crítica contra su persona y le combata, del mismo modo que el aparato propagandístico capitalista crítica y combate al socialismo.

    El primer párrafo del profesor Navarro aclara por sí sólo la razón fundamental del fracaso del sistema socialista: “El enorme dominio de las fuerzas conservadoras y neoliberales en el mundo intelectual, mediático y político explica la percepción, ampliamente promovida durante los últimos treinta años, de que el capitalismo, a pesar de sus obvias deficiencias, es un sistema económico mejor que su alternativa, el socialismo”. Se trata pues de una percepción equivocada que ha tenido y tiene enorme influencia sobre la opinión pública mundial y sobre los cambios producidos en los últimos 30 años, en que ha sido más determinante el aparato propagandístico capitalista que la superioridad en equipamiento militar o económico.

    Cuando los ciudadanos de Europa del Este reclamaron la disolución del campo socialista, lo hicieron influenciados por una percepción equivocada de la realidad, que ahora está pagando muy caro una amplia mayoría. Confundieron el pluripartidismo con la democracia, la iniciativa privada en medios de comunicación con la libertad de expresión , el alto nivel de vida de la clase trabajadora en el primer mundo (producto de la lucha histórica, del imperialismo y del modelo de sociedad de consumo puesto en práctica por las grandes corporaciones para aumentar la tasa de acumulación, hoy en declive) con la protección de los derechos humanos, el liberalismo económico con la igualdad de oportunidades y la conducta operante con la libertad de elección. Todos ellos se sintieron convocados a una tierra prometida que esclaviza y excluye a una mayoría de ciudadanos del mundo capitalista, que antepone la ganancia a los derechos humanos y que explota los recursos del planeta como si fuéramos los últimos supervivientes.

    El indigno papel jugado por la Iglesia Católica en la equivocada percepción del capitalismo por los humildes tampoco debería sorprender a nadie. Uno de los grandes logros del catolicismo desde sus orígenes es que ha postergado la lucha de clases bajo la creencia de que todos somos iguales a los ojos de Dios y de que por ello debemos aceptar la convivencia pacífica sin cuestionar las profundas desigualdades (en clara contradicción con las enseñanzas de Jesús). Un papel parecido es el que están representando las democracias formales con las teorías del pacto social y del consenso. Especial mención merece la contribución del catolicismo al éxito del capitalismo en materia de procreación. Mientras la Iglesia Católica siga cuestionando el derecho a una paternidad deseada con su condena de los anticonceptivos y del aborto y defendiendo el derecho a la procreación exponencial en un mundo de recursos finitos, sin hacer la menor crítica relevante al aborto diferido (que condena al nasciturus a una vida desgraciada y una muerte prematura), su labor social estará al servicio del sistema político y económico responsable de las más graves injusticias y adversidades

     
  3. Miguel A. says:

    Hungría, ¿de vuelta hacia la búsqueda del sueño comunista? RT Actualidad 17 set. http://actualidad.rt.com/economia/view/140557-hungria-busqueda-sueno-comunista
    Mientras Ucrania avanza hacia lo que considera ser su sueño europeo, dentro de la UE cada vez son más los países que ven sus esperanzas frustradas. Hungría es uno de ellos, donde un 72% de la población afirma haber vivido mejor bajo el socialismo.
    La Unión Europea, símbolo de apoyo y de fuerza económica, un grupo exclusivo de Estados con unos niveles de vida exigentes, pero que en ocasiones se acaban ahogando. “Tengo 72 años y sigo trabajando porque ahora no podría vivir de mi pensión. No podría mantener la calidad de vida que tenía hace 50 años”, comenta un residente en Budapest, capital de Hungría. “Las facturas han subido más rápido que las pensiones. Hace 20 años uno podía jubilarse a los 55 y vivir tranquilamente. Ahora es imposible. Sigo trabajando”, explica otra lugareña.
    La encuesta realizada por Pew Research, un centro de investigaciones que analiza la opinión pública, evidenció en 2010 que un 72% de los húngaros encuestados estaban seguros de que la situación actual de la mayoría de la población del país era peor que lo bajo el comunismo. Aún más: un 94% calificó la economía del país en general como “mala”. Desde entonces, la situación no parece haber cambiado mucho.
    Los últimos diez años se han desperdiciado. El nivel de vida de los húngaros es inferior al de hace una década. El consumo familiar es inferior al de entonces y la inversión, también. Por eso, esta visión de la población responde a la realidad”, comenta András Vértes, presidente del Centro de Investigaciones Económicas GKI.
    Sin embargo, en esta visión existe una brecha generacional. Quienes no conocieron los tiempos comunistas, están satisfechos con la nueva etapa que les ha tocado vivir. “Estoy contenta con el nivel de vida actual. Creo que es mucho más fácil salir del país y viajar. Creo que el ingreso a la Unión Europea fue un paso acertado para Hungría”, comenta una joven residente en Budapest. “La capital ha mejorado, por ejemplo, ahora tenemos nuevas infraestructuras gracias a los fondos europeos”, destaca otra lugareña.
    Según la cifra oficial, casi el 30% del total de las inversiones en el país excomunista proviene de socios de la Unión Europea. “No sería honesto si dijera que no tenemos influencia de Bruselas en nuestras políticas, (…) pero es importante mantener el mayor margen de maniobra, tanta libertad como sea posible, soberanía nacional y la capacidad del Gobierno de velar por los intereses del país (…). Estamos intentando mirar hacia el este para establecer relaciones comerciales con países de Asia Central, con ex repúblicas soviéticas y también con otros países de oriente. Pero eso lleva tiempo”, puntualiza Gábor Orbán, secretario de Estado del Ministerio de Economía de Hungría.
    A pesar de que Hungría reconoce los compromisos que conlleva ser parte del club europeo, todavía está fuera de la eurozona: los precios siguen estando en florines. El Gobierno no contempla la adopción del euro ni a corto ni a medio plazo.

    A esta noticia le agrego que en Rumanía, a la que voy un par de veces al año, pasa algo similar. La generación que vivió el auge económico en la décadas 60 y 70, antes que el país se pusiera en manos de FMI y aplicara su programa de privatizaciones y recortes, considera que su nivel de vida es muy inferior al alcanzado en aquellos años.
    No es casualidad que en los medios de comunicación rumanos no haya semana en que se hable de lo terrible que era el régimen “comunista”, lo ineficaz y burocrático, etc, etc.
    Tienen que machacar la mente de las nuevas generaciones para que se convenzan que viven en un mundo mucho mejor que el de sus padres y abuelos y no se les ocurra un cambio.
    Saludos,
    Miguel A.

     
  4. beniezu says:

    Quizás le interese al lector una pequeño análisis, cuyo enlace está incluido abajo, sobre el concepto del “anticomunismo” creado y fomentado por la ideología burguesa en su eterna y cotidiana tarea de enfrentarse al comunismo real , su enemigo mortal. Que como se verá no es un concepto cognoscitivo, sino un simple y vulgar estereotipo repetido hasta la saciedad
    http://beniezu.blogspot.com.br/2014/04/que-es-y-para-que-se-creo-el.html

     
  5. Iroel;
    No hay dudas de que el Socialismo ha fracasado. Si usted me dice que la enseñanza sacada de los casos citados del derrumbe de los años ochenta no se aplican porque allí no había verdadero Socialismo, y que otro mejor es posible, yo lo acepto, pues más largo tiempo lleva el Capitalismo repartiendo miserias a diestra y siniestra. Pero recuerde que, según Fidel, su peor error consistió en creer en algún momento que la construcción del Socialismo tenía un método.
    En este artículo el autor menciona al Papa Juan Pablo II como partidario del Capitalismo. Es una vergüenza que un Papa, representante de Dios en la Tierra diga eso. Pero este viejito era anticomunista a morir. Dió la espalda a Monseñor Romero cuando denunciaba la situación del Salvador y en cambio leía el reporte diario que le mandaba el jefe de la CIA.
    Por otra parte, la defensa que hace del Socialismo se parece a aquella que hacía Blas Roca al principio de la Revolución, cuando entregó las llaves del Partido al nuevo partido.
    Ese concepto socialista de a cada cual según su necesidad está un poquito pasado de moda, ¿no crees?

     
  6. Gilgadu99 says:

    “..The greater the wealth, the thicker will be the dirt..”

    John Kenneth Galbraith en su libro *The Affluent Society* (1958), capítulo 18.

     
  7. Dra.Mulet says:

    Yo sigo y seguiré creyendo que el SOCIALISMO es la mejor opción en mi Cuba. Y allá aquellos que me dicen NECIA y se dejen llevar por cantos de sirenas. Solo cuando su barco encalla en otras arenas se dan cuenta de los cocoteros que perdieron y que ahora se encuentran en una isla de amargura, donde morirán de hambre y sed de cubanía.

     
  8. Alejandro Donaire says:

    El socialismo sirve a las personas para su desarrollo como individuos, el capitalismo sirve para producir bienes al mínimo costo y por ello acumular riqueza, el resultado en ambos casos sera distinto en cada país…a nivel mundo el segundo tipo de “desarrollo” nos lleva a la eclosión ecológica…socialismo o la humanidad se sucumbe…

     
  9. Luis M. Domínguez Batista says:

    El Comunismo de Karl Marx, el que está en el Capital todavía, me parece, que como el Apocalipsis de la Santa Biblia no se ha podido descifrar y no es como el caso de la Santa Biblia que se ha perdido el manuscrito del supuesto escritor del Apocalipsis, sino que la gente ha especulado tanto con el comunismo que lo ha convertido en casi un mito. Los falsos intelectuales se han puesto a revisar el comunismo de Marx, los preceptos, las máximas y el socialismo y el comunismo fueron descubiertos por Marx como Mendeleyev descubrió la tabla períodica, pero el comunismo es una de tantas teorías sociales ha que ha llegado el hombre en su evolución histórica. Marx describió en el capital y otros escritos fundamentales cómo llegó a la teoría del comunismo por las vía del materialismo histórico, por las vía de la evolución del hombre. El hombre en el desarrollo de sus revoluciones que están en movimiento desde que eramos embriones de los ancestros que nos precedieron está realizando revoluciones y esa es la historia universal con que hemos avanzado hasta el lugar que estamos y vendrá y se sucederan más revoluciones en el devenir social, científico y técnico y llegaremos a disponer de tantos dialéctos, idiomas y lenguas como podamos asimilar, pero a la vez el lenguaje se hará universal y se harán universales las leyes y nos pareceremos los unos a los otros como hoy se parece un tornillo fabricado en cualquiera de los países a otro y no habrá complicaciones de llegar a dónde señalo Marx, lo que hay es que segir produciendo revoluciones y tendremos el resultado de la dialéctica escrita en sus fórmulas. Un día terminarán las guerras, se terminarán las fronteras, las fronteras territoriales y las fronteras sociales e idiomáticas y todos seremos una familia, querámoslo o no y se habrán implementado unos códigos de leyes que serán respetados por todos y no habrá incomunicación. Todo se alcanzará idealmente. Pero la teoría de Marx, trae aparejada con ella la lucha de contrarios, madre de las contradicciones y madre de la evolución social. No cesaran las revoluciones, pero la especie escalará tiempos en que se alcanzará a dominar todos los secretos y se poblarán mundos y se erradicarán las incompetencias para que vivamos todos en paz, pero hay más, pudiera resultar que la escala de valores se transformara y diera lugar a otros valores nuevos que no conocemos y a los cuales la gente no se acostumbra y haya que utilizar potencialmente el talento y no de las máquinas que serán muy avanzadas, sino del ser, porque potenciado el talento el hombre escalará valores tan superiores a las máquinas que hará la síntesis de sí mismo.

    Eso pienso.

     
  10. Luis M. Domínguez Batista says:

    En algo si estoy convencido y me parece que todos especulan y que no ven con la dialéctica lo que ocurre a su alrededor. Todos somos aprendiz de filósofos, pero todo tenemos una lógica. Todo el mundo avanza hacia una sociedad superior. Allí donde se vive aún la barbarie, dónde hay millones de analfabetos, dónde se siembra el arróz a mano, hay evolucion hacia el nuevo estadio y en las sociedades más avanzada el sol está más cerca y las revoluciones se dan desde el nacimiento de las criaaturas: antiguamente se castraban los perros y se amarraban con longanizas y hoy se hace esa operación con laser. No nos apresuremos, pero acostumbremos a tirar de la carreta y seamos siempre revolucionarios cubanos.

     
  11. Carlos M Martinez says:

    Vicente,visita el capitalismo pqaraq que cambies de opinion,cuando con tu trabajo puedas vivir,veras lo equivocado que estas,

     
  12. Vicente Carvajal Iglesias says:

    jajajajajaja Vivo en un país absolutamente neoliberal, sin Estado. El experimento de Friedman y su “doctrina de skock”. Por eso sé muy bien lo que digo.

    Saludos Iroel

     

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