Iroel Sánchez
El anuncio de la presencia en La Habana del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, para participar en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es noticia y objeto de comentarios en diversos despachos y medios de prensa.
Algunos medios tratan así de dar un significado político a un hecho que no lo tiene y que es absolutamente marginal en el evento. Se trata de un gesto de cortesía diplomática y de formalidad protocolar que responde a una tradición desde que en la Cumbre de Salvador de Bahía se comenzara a fraguar la creación de la CELAC y que Cuba, lógicamente, ha respetado.
La posición de Cuba con respecto a la OEA es muy clara. “Nosotros jamás perteneceremos, la OEA es fruto de la Guerra Fría, el instrumento que crearon para América Latina y toda esa doctrina que inventaron”, ha afirmado el presidente cubano, Raúl Castro. La CELAC es una organización regional, que Cuba ha estado presidiendo de manera temporal de acuerdo con un criterio colectivo y si la mayor parte de los países de la región pertenecen a aquella otra organización es lógico que su secretario general esté entre los invitados.
A la Cumbre de La Habana han sido invitados representantes de organizaciones con las que los países de la región poseen relación, incluyendo la OEA, la ONU, el Consejo de Cooperación del Golfo, la CEPAL, entre otras. La Viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Ana Teresita González Fraga, ha dicho que estarán presentes “un amplio número de invitados especiales, conformados principalmente por directivos de organizaciones regionales y organismos internacionales que mantienen vínculos con la CELAC”.
La OEA excluyó a Cuba el 31 de enero de 1962 bajo una directriz de Estados Unidos con el pretexto de que la adhesión de cualquier miembro al marxismo leninismo era incompatible con la pertenencia a dicha organización. En 2009, con el protagonismo de Honduras, la OEA decidió eliminar la suspensión en una reunión de cancilleres celebrada en San Pedro Sula. El hecho costó al presidente hondureño Manuel Zelaya su salida del poder mediante un golpe de estado.
De la imposición de un aislamiento en que sólo México sostuvo sus relaciones, comenzando por la apertura de embajadas en la Isla por varios países caribeños a inicios de la década del 70 del siglo pasado, hoy la realidad es la normalización de relaciones con la totalidad de las naciones del continente, excepto Estados Unidos. El reconocimiento que implica que sea Cuba el segundo país de la región en acoger una cumbre de la CELAC es una señal inequívoca, el aislado ha terminado siendo Washington.
La política de bloqueo a Cuba, de manera cada vez más profunda, es el mayor cisma entre Estados Unidos y Latinoamérica. Las Cumbres de las Américas, principal espacio político de relación estadounidense con la región, están a punto de quebrarse si Washington no acepta la presencia de la Isla en el próximo evento de ese tipo en Panamá.
Sin embargo, la gran prensa cuenta otra historia. “Cuba camina hacia el realismo”, escribe uno de los pocos cubanos que tiene el privilegio de publicar en el diario español El País, tratando de insertar la Cumbre de la CELAC en el discurso de “marcha atrás” que la industria mediática construye día a día sobre esta Isla.
Cuba, como declaró su presidente en el 55 aniversario de la Revolución, mantiene su filiación marxista leninista por la que la OEA la suspendió y camina hacia la integración con América Latina, pero la presencia de Insulza en La Habana es asumida por los grandes medios como una señal de que la que ha cambiado –para relacionarse con el continente- es la Isla. Cuando lo que se hace evidente es que se ha transformado, de manera radical, el contexto latinoamericano, gracias en -primerísimo lugar- a la permanencia de la Revolución cubana -con su ideología y valores- y al fracaso del camino de agresiones anticubanas al que Estados Unidos trató de incorporar al continente. (Publicado en CubAhora)
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Mi “insulso” compatriota, como lo llamara el gran Hugo Chávez, ha hecho un papel poco digno, en una organización hecha por y para los intereses del imperio. Lamento que sea chileno, igual que yo.
Por aquí, en el Uruguay, también hay cantinela mediática, de que “es el modelo cubano el que se cae”, y no el neoliberalismo, que se derrumbó….
Y sobre la CELAC, me da verguenza decirlo, pero prácticamente en el Uruguay, ni se habla, salvo una o dos emisoras de radio, el semanario Brecha y el diario La República….
Fuera de eso, para el 99% (noventa y nueve) de los medios radial, escrito y televisivo, la CELAC, no existe…..o a lo sumo, una notita referencial, no más.
Pero a pesar de semejante desinformación, acá habemos muchos que seguiremos apoyando a la CELAC, la UNASUR, el ALBA y a la Revolución Cubana.
De eso, que no les quepa la menor duda.
El futuro y la CELAC, ya está empezando a ser presente hoy en Cuba para esta segunda cumbre, y nos seguirá encontrando juntos, mientras a la par, el brutal bloqueo yanki se desmorona, junto con su genocida actitud y espantosas mentiras y tergiversaciones para con todos los luchadores sociales y países, que han atropeyado.
Como también, acompañando a los cinco -que van quedando en cuatro-, que volverán más temprano que tarde, con sus familias, su pueblo y patria querida.
¡¡ Qué distinta actitud que hoy luce Cuba, en contraste con todos sus aborteros de ocasión y trasumantes augures de catástrofes, en todo el mundo !!!
Tantas mentiras, tantas infamias, tantos pastorcitos mentirosos, tantos pinocho, para que al final, luego de largas luchas en nuestros queridos continentes, toda esa mugre, hoy, pareciera estar deslizándose sobre textura de teflón……
¡¡ Viva nuestros pueblos !!
¡¡ Viva la Revolución Cubana !!
¡¡ Viva Fidel y el Che !!
La posición de la Isla (enunciada en palabras del compañero presidente Castro) es, con respecto a ésta entidad, indiscutible e intransigible. Que nadie se lleve a engaño. Pero la presencia del chileno (que parece tener una postura más pragmática en relación a la soberanía de Cuba) puede marcar el principio del fin del engendro que representa y, quizás a corto plazo,
el suicidio de ésta. Amén.
Viva Cuba!
Viva Fidel!
Viva el compañero presidente Raúl!
Reblogueó esto en la koladita.
Como decía el maestro Galeano en “Futbol a sol y sombra” (¡en 1995…!), fuentes “fidedignas indican que el gobierno cubano estaría a punto de caer”. Lo repite al inicio de cada capítulo del librito, burlándose de esos “comentaristas” “generalmente bien informados”, que regularmente -desde el inicio de la Revolución hasta el presente- siguen con la melodía. No es sorprendente que hoy lo hagan desde las páginas de “El país”.
Han debido ir cambiando la letra, claro, un algo cansina ya. Ahora es que “el viraje cubano” camina hacia el “realismo” capitalista. Podría ser un buen eslogan para que don Eduardo nos regale otra de sus perlas literarias.
Hay que admitir que cincuenta y cinco años esperando “la caída”, hacen mérito para un cambio, toda vez que es posible que en su larga espera les hayan salido várices. Como consejo, si siguen con la nueva cantinela, mejor se sientan a esperar. Si lo hacen de parados…
Chau
¡Qué bien, Iroel! Me resultó muy sintomático -y hasta en cierto modo sacartástico- que la gran prensa occidental tan silenciosa respecto a las esencias de la CELAC y sus avances, de pronto se desbocara con la asistencia de Insulsa a La Habana y hasta la calificaran como de “señales de descongelamiento” de las relaciones con La Habana… Ni que Cuba estuviera interesada en pertenecer a ese ministerio de colonias, aunque a decir verdad, en los últimos años, lo que una vez fuera una corte de vasallos, se le está convirtiendo en un gallinero con muy buenos gallos de pelea… Claro que entiendo que debe doler mucho a EEUU, tan encaprichado en hacer fracasar nuestro proyecto- como el de otros países de la región- de independencia nacional, que en tan poco tiempo, un espacio de concertación latinoamericana pudiera avanzar de ese modo, pese a sus diferencias y hasta de algunos “caballitos de Troya” (que de todo hay en la viña del “Señor”). En lo personal sí que me ha molestado muchísimo que estuvieran manipulando la imagen de Cuba, y que un gesto de cortesía diplomática conforme a un contexto en el que Cuba ejerce una presidencia regional y no nacional, fuera a interpretarse de una manera para nada ingenua, con el propósito de dar la impresión de que la Cuba de hoy, en pleno proceso de actualización de su modelo, pretendiera alejarse de la esencia que nos ha dado vida y fuerza para resistir y vencer por más de medio siglo: el latinoamericanismo de Bolívar, Martí, Fidel y el Che que vive en nosotros.
Desde este teclado, un abrazo para ti y para todos los compañeros de viaje y combate en aras un mundo mejor.
Gracias, Marta.
Reciproco ese abrazo!
Un buen artículo.
Un saludo.
Fundamentalmente, a mi juicio, el proceso revolucionario cubano tiene como maxima conquista la soberania de un pais que jamas la tuvo.
Todas las actividades sociales politicas y culturales dentro del marxismo y socialismo de enorme importancia no llegan a la categoria que representa el logro de ese derecho que le ha sido negado por el imperio del Norte a multiples naciones al sur del Rio Grande que han estado viviendo en las mismas condiciones que la Cuba de ayer y que hoy saben que todo esta cambiando dado al poder que cada vez es mas grande gracias a la union de esos paises bajo el lema de unidad dentro de la diversidad.
Como es natural los EEUU estan bien preocupados por esos avances independentistas y tal vez sea la razon por la que va a participar en la Cumbre de la CELAC, proxima a empezar , el Secretario General de la OEA,, el Sr. Insulsa.
Choca la mezquindad de los medios que le dan a la marginal visita de Insulza a Cuba por la CELAC o a una eventual visita a EE UU de su mandatario mil veces más importancia que a la participación de su país en la Cumbre de todos los Presidentes de Latinoamérica. ¡Lacayos serviles!
No creo que haya latinoamericano digno que no mire con alegría y esperanza la CELAC.
Nuestros primeros Próceres la vieron a la distancia y lucharon por ella. Bolívar trató de adelantarla en Panamá y Martí inició el combate que, al final de los finales, impidió “a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.”