Jesús Arboleya Cervera
El pasado mes de abril, aún frescos los cadáveres de veinte niños y ocho adultos víctimas de una masacre acontecida en Newton, Connecticut, el senado de Estados Unidos votó en contra de establecer un mínimo control sobre las ventas de armas de fuego.
Para muchos, no deja de resultar incomprensible que buena parte de las mismas personas que reaccionaron conmocionadas ante este acontecimiento apoyaran esta decisión, argumentando que el acceso a las armas constituye un derecho a la libertad individual refrendado por la propia Constitución de ese país.
Que yo sepa, exclusivamente en Estados Unidos existe una cláusula constitucional que no solo permita a las personas poseer cierto tipo de armas, lo cual es bastante común en el mundo, sino que intentar controlarlo sea percibido como una restricción de los derechos ciudadanos.
Está claro que en tal actitud influyen poderosos intereses económicos con una alta incidencia en la vida política del país, pero ello no basta para explicar un culto a la violencia que subyace en la matriz de la cultura y la historia estadounidense.
Aunque el uso de armas de fuego aumenta la eficacia destructiva de este patrón de conducta, reducir el debate a su control puede desviarnos de la esencia de un problema mucho más abarcador, ya que si en algo tienen razón los fanáticos armamentistas es que las armas no matan por sí mismas, sino la gente que las utiliza.
El derecho a portar armas en Estados Unidos se remonta al colonialismo y la esclavitud. Con posterioridad, fue incluido en la Constitución de la naciente república norteamericana debido a las contradicciones de los estados con el gobierno federal, única instancia capacitada para organizar un ejército profesional, lo que finalmente desembocó en la guerra civil más devastadora de la historia norteamericana.
La “ley de revólver” caracterizó la expansión hacia el oeste a costa de las tribus originarias y aunque hoy día se supone un derecho de toda la población, no ha perdido el matiz clasista y racista que le dio origen, toda vez que forma parte de un entramado ideológico que justifica la violencia victimizando a los sectores más privilegiados.
Trasladado a la situación actual, es una problemática centrada en los temores de la llamada clase media blanca frente a los “peligros que implican los otros”, lo que explica el respaldo de estos sectores a las posiciones armamentistas. Prueba de ello es que no se ven negros o latinos en las actividades organizadas por la Asociación Nacional del Rifle y me imagino que siempre resultará sospechoso encontrar a uno de ellos comprando un fusil de asalto en una feria de armas.
La disyuntiva que se les presenta a los ciudadanos “pacíficos” es bien simple, dado que los “delincuentes” cuentan con armas sin importar los controles que se establezcan, ellos también deben tener el derecho de poseerlas para defenderse. También ha sido la excusa perfecta para intervenir en otras partes del mundo, igualmente identificadas como un peligro a los “intereses nacionales” de Estados Unidos. De resultas, el culto a la violencia genera una ética que tiende a expresarse en todos los aspectos de la vida de esa nación.
Las víctimas civiles extranjeras son consideradas con indiferencia como necesarias “bajas colaterales”; los presidentes de ese país se ufanan de los asesinatos extralegales cometidos en cualquier parte y gracias a ello incluso ganan elecciones. Si lo miramos con detenimiento, el concepto de “guerra preventiva” justifica a escala nacional que alguien mate a un sospechoso que ronda cerca de su casa. Poco ha cambiado entonces en la vieja lógica donde matar a un indio o un negro era percibido como acto de legítima defensa.
Como resultado de tal mentalidad, la propia clase media blanca termina siendo víctima de su paranoia. Si bien la delincuencia, el tráfico de drogas y el pandillerismo resultan problemas endémicos de la sociedad estadounidense, con el consiguiente número de víctimas, especialmente entre los jóvenes de los sectores marginados, a pesar de la magnitud de esta guerra cotidiana, no recuerdo ningún caso de un negro o latino disparando indiscriminadamente contra niños inocentes de su propio grupo étnico.
Tales eventos se localizan en la clase media blanca y prácticamente solo ocurren en Estados Unidos. Dada su recurrencia no puede ser explicado a partir del argumento de que constituye la actitud impredecible de un psicópata. Efectivamente, hay que estar loco para hacer algo como esto, pero los locos también responden a patrones culturales que condicionan su conducta.
Varios historiadores, psicólogos y sociólogos han explicado las tremendas presiones que reciben las personas bajo la supuesta libertad que pregona el individualismo. Al mismo tiempo que constituye una de las grandes fortalezas del sistema capitalista, dado que induce la expectativa de la realización personal por esfuerzo propio, el individualismo tiende a aislar al hombre del conjunto social y lo obliga a competir con el resto para ser respetado y respetarse a sí mismo.
Cuando no logra triunfar, termina estando en el bando de los perdedores. Ello es un trauma para todos y explica la tendencia a la enajenación y la delincuencia entre los sectores discriminados, pero es particularmente insoportable para la clase media blanca, cuya supuesta superioridad le viene dada por su origen.
Aunque la adicción a las drogas, el alcoholismo y la delincuencia también se expresan en estos sectores como resultado de la inadaptación, la mayoría se resigna a su suerte y, cuando más, recurre a un psicólogo para enfrentar sus problemas. Pero en algunos casos genera sentimientos de odio extremos, ya sea contra otros – digamos los crímenes por intolerancia racial, xenofóbica o preferencias sexuales – o contra su propia gente, como estas matanzas aparentemente insensatas.
Creo que precisamente los efectos de esta cultura de la violencia, así como las presiones resultantes del individualismo en una sociedad segmentada, es la mezcla explosiva que explica hechos de violencia que no ocurren en otras partes del mundo, por lo que no parece descabellado afirmar que también son un producto del American Way of Life.
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…”Ya Viene Soledad”….
No me digas que eres prado
ni me intentes conquistar
yo no pasto en tus mentiras
ni en los suelos conquistados
Yo soy libre, y del suelo comeré
mas yo mando en mi pobreza
yo no bajo mi cabeza
ni tampoco grito con temor
ni jamas yo le diré
ordene señor, mande usted
No hay esclavos en mi fe
ni colonos prepotentes
soy lo mismo que usted ve
soy de Cuba un combatiente
No me siento diferente
ni me creo un altanero
soy de un pueblo muy valiente
donde forjan el acero
Nací pobre y sincero
y conozco la humildad
soy guerrero, soy pionero
soy Rebelde de verdad
Yo te brindo mi Amistad
y te ofrezco de mi mano
yo soy pobre pero sano
no conozco la maldad
Soy feliz con la igualdad
con mi pan con mantequilla
con mi pluma, con mi silla
con mi amor y dignidad
No me digas que eres fruto
pues ni Tuna tu pareces
las espinas que en ti crecen
ya no engañan ni a Macuto
Del Imperio yo aprendí
el dolo y el sufrimiento
y por eso soy feliz
pues no lloro mis lamentos
Sí maldigo yo el momento
que en tus bosques me adentré
pero aprecio yo la fe
que nació desde muy dentro
Hoy me siento muy contento
al gritarles libertad
en su Casa Blanca, Casa del lamento
o mejor dicho, en su plaza con maldad
Son de fina sociedad
pero comen del obrero
y los meten prisioneros
cuando abrazan la verdad
El Imperio es voraz
comilón y pendenciero
pero existen caballeros
que constuyen por la paz
Ya el buen tiempo lo dirá
cuando caigan los lingotes
y le entre agua al bote
por delante y por atrás
Se hundiran con su maldad
prisioneros del lamento
todo llega en su momento
y ya viene Soledad
Erik Fundora Salina desde Cincinnati Ohio Imperio Cruel..
“CUMPLEAÑOS DE MACEO Y GUEVARA” Antonio Maceo ( 1 ) La cigüeña no lo trajo a su cuna santiaguera a engrandecer la bandera. Una fuerza desde abajo, igual que a un frondoso gajo, lo esparció por la sabana. La prolífica Mariana, en la otrora patria herida, ¡forjó al Titán, de por vida, en la manigua cubana! Ernesto Guevara ( 2 ) Asimismo en Argentina nació un niño legendario que alzó la vista en Rosario. Todo el planeta lo empina por ser figura genuina que la justicia sembrara. La naturaleza clara, con gemelas expresiones, besa, juntando naciones, a Maceo y a Guevara. Ramón Espino Valdés Cuba/México. (Décimas tricótomas) 14/6/2013.
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……..”Maceo”……..
Maceo, titan de bronce
hombre del monte intrincado
y machete filoso
héroe de todos los tiempos
hijo del sol y del viento
Mambí de tantas batallas
y para muchos Españoles
un negro encantado
con poderes sobre naturales
brujo o mago
Maceo, Cubano de agallas
hijo de Mariana
madre del hoy y del mañana
señora fuerte y victoriosa
patriota y sana
Maceo, hombre de sangre roja
jinete de primera fila
y mas sonoro que un cohete del hoy
destilaba por sus poros, sábila
valentía y amor
Maceo, titan de bronce
hombre del monte intrincado
y machete filoso
Mambí y victorioso
y para nada ni mago
ni hombre sobre natural
ni brujo, ni negro encantado
Cubano y Sencillo, de bronce si
Erik Fundora Salina desde Cincinnati Ohio imperio Cruel.
Reblogueó esto en la koladita.
…..”El Che y Fidel”…..
Dos seres humanos e históricos
sencillos sí, pero gigantes
valientes sí
pero muy Galantes
El Che y Fidel
hermano humanos
Cubanos
históricos sí,
e Inolvidables por siempre
Confiables sí
y seguros de si mismo
amables
pero sobre todas las cosas
Antiimperialistas por siempre
Dos seres extraordinarios
dos polos compatibles
que fueron expedicionarios
y que hoy son Indestructibles
El Che y Fidel
dos hombres sencillos
hermanos sí,
y compañeros de lucha
revolucionarios como la miel
dos hombres del hoy sí
y del mañana
del siempre sí, y del Ayer
el Che y Fidel sí
Erik Fundora Salina desde Cincinnati Ohio Imperio Cruel.
“La cultura de las armas impregna a Estados Unidos. Tener una pistola en casa es tan normal para ellos como tener un libro para un europeo”, escribe Tamames en La Cultura del Mal. La Asociación Nacional del Rifle (NRA) fomenta la venta de armas legales para los jóvenes ya que, según el mismo autor, los jóvenes con armas legales cometen menos crímenes que los que tienen armas ilegales.
“Correa y Pantalón”
Del Terrol al Terrorismo
del pinchazo al dolor
no confundan no es lo mismo
las espinas que la flor
Te condenan por terror
y no eres terrorista
pero el Yugo opresor
es imperio destructista
Mas me dicen comunista
por parlar con la verdad
mis razones Socialista
se desplazan con la paz
En mis fotos no hay maldad
pero implantas el terror
con tus bombas “de Iguldad”
no se salva ni una flor
Intimidas por ser fuerte
y condenas al pequeño
en tu arte hay empeño
y estas lejos de la paz
Yo proclamo libertad
no intimido ni condeno
tu me enseñas tu veneno
y me pides pulcredad
Que le digo a tu bandera
si la tiñes de dolor
mas te pido de favor
que la limpies cuando puedas
Lo primero fue la rueda
y mas tarde los aviones
mas tus bombas de sanciones
son cubiertas con tu seda
Si usted implanta el terror
con su fuerza destructora
que dirá la gran señora
cuando gocé del clamor
No es lo mismo Socialismo
que social e imperialista
no confundas el Marxismo
con tu Mal y tu Cinismo
Yo me muero como mismo
como mismo yo crecí
sin terror ni terrorismo
pues en Cuba yo nací
Al poeta conocí
por la rueda y el dolor
y a las flores comprendí
por la espina sin sabor
Tu proclamas el terror
por ser malo y prepotente
terrorismo no es vigor
y tu imperio es indecente
Un demonio no critica
a sus hijos por malvados
si aprendieron a su lado
y gozaban del dolor
si usted enseña con clamor
lo que enseñes se practica
Del terror al terrorismo
una acción y una intención
pero luego en la razón
se defienden de si mismo
Cual si fuese la canción
melodía sin sonido
solo entiendo y les pido
no dividan, ni le separen
las correas al pantalón
Erik Fundora Salina desde Cincinnati Ohio Imperio Cruel.
la cultura “cowboy” acabó con este pais.
Que bueno que Cuba se liberó de los “cowboys”. Imaginate hoy cuantos asesinatos en escuela ocuriria hoy en la isla.