El huracán y la palma

 
Sindo Garay

Llegan noticias desde Santiago de Cuba sobre el durísimo impacto del huracán Sandy en esa ciudad.

En esta hora, la palabra eterna del  santiaguero Sindo Garay, inspirado en la resistencia de sus coterráneos ante la adversidad.

El huracán y la palma

Silbaron los pinos, auxilio siniestro
Los cedros tranquilos expresan dolor,
La Ceiba frondosa temblando sonríe,
La yerba en el llano,
Sumisa a morir. Pero hay una palma
Que dios solamente,
Le dijo al cubano
Cultiva su honor.
Que erguida y valiente,
Con blanco capullo,
Que sirve de espada
Doblada hacia el suelo,
Besando la tierra
Batió el huracán

 

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7 Responses to El huracán y la palma

  1. DAYRILIS ROJAS DE MORAO says:

    A MIS HERMANOS CUBANOS LA BENDICION DE DIOS TODOPODEROSO, SI DIOS CON USTEDES QUIEN ESTARA EN CONTRA, SALUDOS

     
  2. Vicente Carvajal says:

    Siento una gran nostalgia, por volver a ver Cuba. He conocido pocos pueblos tan cultos, dignos y hospitalarios. Saludos descde Chile.

     
  3. cubano 1959 says:

    Mi Corazón Completamente Con Cuba y Hoy Mucho Mas Con El Oriente Heroico, No Hay Sindy Ni Nada Que Nos Pueda Vencer, Adelante Con Mas Fuerzas y Humanismo, Tu Vives en Mi y Yo Vivo por Ti “Mi Cuba Bella” Te Amo Como Siempre y Mucho Mas.

    Hasta La Victoria Siempre
    Tuyo por Siempre: Erik Fundora Salina desde Cincinnati Ohio Imperio Cruel

     
  4. jorgebraulio says:

    Saludos, Iroel
    ¿”yerna” o yerba?
    No es necesario que publiques el comentario.
    Saludos desde Alamar

     
  5. Dardo Ribas says:

    DOLOR SINCERO POR LAS PÉRDIDAS HUMANAS

    Acabo de conocer que han fallecido once cubanos. Tremendo saldo de este fenómeno de la Naturaleza. En marzo de 1998, estuve en Santiago. Me hospedé en el Hotel Birret, al que llaman “universitario”. Fui recomendado por gente de la FEDIM con sede en la Habana, allí en el reparto de Miramar y donde estuve también alojado.

    Recuerdo esos días con emoción. Llegué aproximadamente al mediodía. Un bello viaje en un pequeño avión. Lo primero que hice luego de acondicionar el equipaje en la habitación que me adjudicaron, fue irme rápidamente a conocer el Moncada. Hacía un calor espantoso, pero el entusiasmo superaba esa contingencia. Una muchacha guía de lo que es el museo, me explicó todo tipo de detalles sobre la gesta protagonizada por los revolucionarios en 1953. Emotivo, inolvidable.

    Luego, conocí otro museo bellísimo (¿es el Baccardi?) donde me atendieron con una afectividad enorme. Había en exposición desde momias egipcias hasta instrumentos de tortura utilizados por los españoles. No terminaba de asombrarme por todo lo expuesto y por la narrativa de otra muchacha que trabajaba en la institución y contestó mil preguntas con erudito conocimiento y amabilidad asombrosa.

    Fui a otros lugares emblemáticos y recorrí las calles repletas de edificios-reliquias, donde uno dejaba volar la imaginación sin límite alguno. Posteriormente, conocí al rector de la Universidad, un ingeniero que me llevó a conocer el Parque de la Prehistoria, algo realmente maravilloso; también un observatorio en la cima de un cerro -cuyo nombre no recuerdo-, pero que requiere subir más de doscientos peldaños; en la cumbre, se puede observar un paisaje increíble con nubes que están casi por abajo de uno; luego, la granjita Siboney y, posteriormente, otro día, la cinco veces centenaria ciudad de Baracoa (la “Primada”).

    Un párroco me mostró la Cruz de Colón que está encerrada en una vitrina y, gentilmente, conversamos como tres horas de temas diversos, incluso políticos. No hubo mayores diferencias. Claro, yo no soy creyente y sólo ahí surgieron posiciones antagónicas. Pero me pareció un tipo muy educado y nos saludamos con gran afecto. Como debe ser.

    El ingeniero -creo que de apellido Gómez- también me llevó a observar el templo donde está la Virgen de la Caridad del Cobre. Unos muchachos que andaban por allí, obsequiaron unas pequeñas rocas con “brillitos”, que, a su vez, regalé a habaneros que me lo habían encargado. Obviamente, todos los gastos del carro y “accesorios” los sufragué con absoluto gusto. Nada oneroso, respetable y decente. Ejemplar.

    Otra visita notable fue cuando el ocasional amigo me hizo conocer la necrópolis de Santa Ifigenia. Estábamos fuera del horario de visitas, pero como el cierre se produjo en el instante que llegamos, él logró que me permitieran ver la tumba de Martí y, entre otras muy emocionantes, la de Mariana Grajales y los hermanos País. Algo inolvidable. Tengo fotografías de todo ese itinerario. Lo que más me emocionó fue ver todas esas banderas del 26 de Julio, rojinegras, enhiestas, en cantidad enorme de sepulturas donde se encontraban los restos sagrados de tantos combatientes por la libertad, incluyendo a muchos caídos en Angola.

    Me contaron de los huracanes. De la devastación que producen. Un monstruo indetenible que se abate de manera terrorífica sobre pueblos y ciudades. En mis fantasías, deseaba ser espectador de tal fenómeno natural, pero no se dio. Todo el tiempo que estuve gocé de días esplendorosos, salvo un atardecer en que cayó un diluvio para la historia; a la brevedad, ya sobre la noche incipiente, regresó la calma y el cielo se pobló de estrellas.

    Conocí en el Birret a gente muy amable… el cocinero, quien me contó historias de la lucha contra Batista, porque él había sido combatiente… un tipo entrañable. El ingeniero -que dirigía una pequeña empresa de turismo con sede en el hotel- y el personal, entre quienes había personajes muy singulares. Recuerdo a Yanay Blanco Mojena, una chica “carpetera” con la que entablé una pasajera amistad. Culta, educada, cálida.

    Ahora, al enterarme del paso de otro huracán con el resultado de pérdida de vidas, me entristece muchísimo que hayan tenido que soportar una desgracia de esta envergadura.

    Va de mi parte sincero dolor y solidaridad hacia el pueblo santiaguero.

    Como siempre, saldrán adelante con ese espíritu noble y valiente que les caracteriza.
    Un abrazo grande desde Mar del Plata, Argentina.

    Algún día no lejano, seguramente, volveré.

     

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