Carnaval de promesas

 
Pedro Pablo Gómez

Sonó el disparo de arrancada para la campaña electoral para la presidencia de los Estados Unidos de América. Demócratas y republicanos afilan sus espadas en el enfrentamiento clásico entre el elefante sin definir candidato de este partido y el burro representado por el actual presidente Barack Obama .

Después del sofocón del actual gobernante para la aprobación del aumento del presupuesto para los pagos del gobierno, la situación de los millones sin empleo, la problemática de los inmigrantes y la reforma en la salud pública, con sus respectivas leyes, a nadie en su partido se le ocurrió discutirle el derecho a la reelección, al hombre que llegó a la Casa Blanca, con una palabra multiusada: CAMBIO, pero dónde.

En la oposición, numerosos candidatos aspiran a la elección para representar la bandera republicana. Con un mensaje más conservador que el demócrata pero que al final resulta en lo mismo. Mantener el sistema a como dé lugar. No importan los muertos en los países agredidos en sus planes de control de las reservas energéticas en otras latitudes del planeta, con el gastado pretexto de proteger a la población civil: la máquina de fabricar papeles verdes aún no parado su producción a pesar del gigantesco endeudamiento externo de la mayor potencia económica de la sociedad capitalista. Así, Estados Unidos continua sus producciones bélicas, mientras se cierran fábricas, despiden obreros y apoyan multimillonariamente a los grandes bancos representativos de la llamada democracia.

Durante este carnaval que actualmente comienza, cada uno de los participantes selecciona la careta a ponerse, para contentar de una forma o de otra a la población creyente en las bondades de la democracia representativa.  Se lanzarán millones de dólares tratando de dar la imagen ganadora para el elector, que votaría siempre en un por ciento ínfimo  por los posibles participantes, algo que resuelven con el sistema empleado, donde el ciudadano de a pie no elige al gobernante sino la los delegados por estados.

La lucha será ardua, dadas las condiciones actuales que existen en los Estados Unidos. Los contendientes harán nuevas promesas a  los ciudadanos que al final no cumplirán con pretextos fabricados de acuerdo al momento deseado. Así, se volverán a oír  hablar de la salida de las tropas de Iraq  y Afganistán, cerrar la prisión de la Base Naval de Guantánamo, la creación de nuevas plazas para los trabajadores, el ajuste de nuevas leyes migratorias, enfrentar los problemas discriminatorios y estabilizar la economía del país, todo lo que sirva para entretener a los que desean creérselo.

Desde ahora, sin querer ser profeta, en el loco mundo estadounidense, creo que el partido republicano no parece estar ansioso de relevar a Obama en la actualidad con el conocimiento de la papa caliente en que está la situación del país. Su mensaje ultracoservador y las intervenciones de sus candidatos contra los inmigrantes se echan en contra a importantes sectores decisivos en la votación que definiría quien es el presidente al final del camino.

Nada, que al parecer al quemado Obama le van a dejar el campo abierto para seguirse hundiendo en el pantano de la historia.

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One Response to Carnaval de promesas

  1. falta todavia mucho camino por andar,creo que lo que va a influir sobre los electores va ser la economia y el empleo,por encima de la seguridad,es por eso que los republicanos estan haciendo mucha presion para hacerle el camino dificil a Obama,fundamentalmente los conservadores.saludos

     

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