Las lavanderías de Wall Street

 
Juan Gelman

Se puede pasear por Queens y encontrar decenas y decenas de lavanderías sin un solo cliente en toda la jornada y en ninguna otra jornada. Suelen ser negocios modestos, atendidos por una sola persona que no frecuenta a los vecinos. Nada que ver con los imponentes edificios de los bancos de Wall Street, que tampoco lavan ropa: se dedican a otra clase de limpieza.

Es difícil calcular el volumen de dinero lavado que entra en el flujo financiero mundial. En 1996 el FMI afirmó que ascendería del 2 al 5 por ciento del total, pero hay estimaciones actuales que superan esa aproximación. El distinguido economista John Walker propone, con base en un modelo económico comparativo de bases de datos internacionales sobre el crimen organizado, que su monto anual es de unos 2,85 billones de dólares (www.economywatch.com, 14/6/11). De los cuales: un 46,3 por ciento se higieniza en el sistema bancario de EE.UU. y, mucho menos, en los de Italia (150.000 millones de dólares) y Rusia (147.000 millones), y a más distancia todavía en los de Alemania, Francia, Rumania, Canadá y otros países de Occidente y Asia. Como siempre, la gran potencia del Norte en primer lugar.

Walker sostiene que esto es posible porque los intentos de combatir el lavado de dinero son ineficaces y las penalizaciones legales estadounidenses, muy leves. Cuando se aplican.

Un caso muy notable y muy notorio es el de la financiera Wachovia que, por intermedio de la mexicana Casa de Cambio Puebla, inyectó en el mercado financiero 378.400 millones de dólares sólo en el período 2004/2007 (www.huffingtonpost.com, 14/7/10). ¿El castigo? Una multa de 160 millones de dólares, aunque las autoridades judiciales de EE.UU. calificaron de “operaciones delictivas continuadas” las actividades de Wachovia. A juicio del especialista Daniel Hopsicker, la lenidad de la sanción habla “del trato preferencial acordado a algunos participantes en el comercio internacional de drogas” (www.alternet.org, 12/6/11).

Un estudio del año 2009 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) reveló que los bancos violan la gran mayoría de las normas establecidas para prevenir el lavado de dinero: “En momentos en que se produce la quiebra de grandes bancos –subraya–, los banqueros parecen creer que el dinero no tiene olor. Los ciudadanos honestos, que se enfrentan con esfuerzo a este tiempo de dificultades económicas, se preguntan por qué no se confiscan las utilidades del delito, que se convierten en propiedades, automóviles, yates y aviones ostentosos” (www.unodc.com, 24/6/09). Y aun en otras cosas, claro.

Una posible respuesta a esa pregunta provino del Dr. Antonio María Costa, entonces subsecretario general de la ONU y director ejecutivo de la Unodc: “Los miles de millones de dólares del dinero de la droga mantuvieron a flote el sistema financiero cuando la crisis global llegó a la cima… eran el único capital de inversión líquido” del que dispusieron ciertos bancos al borde del colapso en el 2008 (www.guardian.co.uk, 13/12/09). Como consecuencia, la mayoría de los beneficios del narcotráfico ingresó al sistema económico mundial.

“Los préstamos interbancarios se financiaron con dinero procedente del narcotráfico y de otras actividades ilegales –agregó–. Hay evidencias de que algunos bancos fueron rescatados de ese modo.” El Dr. Costa contó con información de fuentes fidedignas, investigaciones y datos de varios servicios de inteligencia para asegurar que la posterior y “progresiva liquidez del sistema y el mejoramiento paulatino del valor de las acciones de algunos bancos (se tradujo) en que el problema (del dinero ilegal) se ha convertido en algo mucho menos grave de lo que alguna vez fue”.

Se podría sumar otro elemento a las consideraciones del Dr. Costa: es política oficial de la Casa Blanca no penalizar a los grandes bancos y Obama demostró que más bien hay que premiarlos. El experto Michael Smith lo explica claramente: “Ningún banco de EE.UU. ha sido enjuiciado por violar la ley de secreto bancario o cualquier otra ley federal (en la materia). En cambio, el Departamento de Justicia establece cargos en el marco de acuerdos de procesamiento diferido, por los cuales un banco paga una multa y promete no volver a violar la ley… Los megabancos están protegidos por una variante de la teoría ‘demasiado grande como para caer’. Fallar contra un gran banco podría… causar pánico en los mercados financieros” (www.bloomberg.com, 28/6/10).

Es conocido el involucramiento de la CIA en operaciones de narcotráfico, incluso hoy en Afganistán, convertido en el productor del 90 por ciento del opio que invade el mundo. Corren además rumores de que algunas familias estadounidenses de pro lavarían dinero “negro” en bancos de Wall Street y/o habrían invertido en el tráfico de drogas. Finalmente, Warren Delano, abuelo del ex presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt, acumuló una fortuna con el tráfico ilegal de opio de China. Tradiciones son tradiciones. (Tomado de Página 12)

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One Response to Las lavanderías de Wall Street

  1. MOLI says:

    LOS ESTADOS UNIDOS LO JUZGO Y LO CONDENO POR NARCOTRAFICO Y FRANCIA LO JUZGO Y LO CONDENO POR BLANQUEO DE DINERO Y EN PANAMA SERA JUZGADO POR ASESINATO, MASACRE, PRIVACION DE LA LIBERTAD, CORRUPCCION Y PECULADO, PERO NOOOOO, POR NARCOTRAFICO Y MUCHO MENOS POR LAVADO DE DINEROOO. A CONTINUACION DECLARACION SECRETA JURADA DEL EX DIRECTOR DE LA CIA WILLIAM CASEY, SOBRE SU PARTICIPACION EN EL TRAFICO DE DROGAS Y SU ALIADO EN PANAMA, EL MILITAR Y EX AGENTE DE LA CIA MANUEL ANTONIO NORIEGA.

    »
    William Casey, ex director de la CIA, sobre el tráfico de drogas
    597 Comments Published by admin July 8th, 2008 in General, Historia oculta
    ( Declaración secreta de W.Casey , Director General de la CIA )
    “Yo William Casey, declaro que la libertad es un inapreciable valor que requiere una constante vigilancia para que pueda perdurar.
    Durante la 2ª Guerra Mundial fui asignado en Londres a la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS). Durante ese tiempo hice amistad con un soldado alemán llamado Gunther al que usé, junto con otros prisioneros alemanes antinazis, en operaciones de las OSS dentro de la Alemania nazi.
    “Yo sabía que esto violaba el Convenio de Ginebra para prisioneros de guerra, pero no me importó. El Convenio de Ginebra era un conjunto de reglas que regulaban las atrocidades que los humanos cometen en nombre de sus ideologías políticas. Ponerle reglas a la guerra es prolongar el sufrimiento humano.
    La guerra franca es el último resorte de una nación civilizada y debe ser usado pocas veces. Pero las guerras tienen que ser realizadas salvajemente utilizando todos los medios y trampas posibles.
    Gunther era un medio e ignorar el Convenio de Ginebra era una trampa.
    “Cuando me nombraron Director General de la CIA el 28 de enero de 1981, recibí instrucciones secretas de William Colby ,mi antecesor en el cargo.
    Me informó de dos operaciones que en aquellos mismos días se estaban llevando a cabo en Latinoamérica.
    Ambas operaciones se estaban realizando sin el conocimiento y sin el consentimiento del Congreso ni del propio presidente Reagan; y ni siquiera las conocía el alto organismo de la inteligencia militar. [Operaciones secretas como ésta dependen exclusivamente de la NSC en virtud de una Executive Order de Truman]. (ndt).
    Colby me dijo que el nombre en código de estas operaciones era A-6 (Red Mist) y A-7 (Project Sandman).
    “Se me informó que el A-6 investigaba a individuos y a toda la estructura comunista que amenazaba a Latinoamérica. Algunos de los datos conseguidos por el A-6 eran luego usados por el Task Force-157. El A-7 era el “Programa Phenix” de Latinoamérica que consistía en el asesinato de los miembros de la infraestructura comunista en toda la América Latina.
    “Se me informó también que Colby había autorizado al personal relacionado con la A-6 y A-7 a que traficase con narcóticos con el fin de financiar ambas operaciones. Colby hacía lo mismo que yo sabía se había hecho en Vietnam con el mismo fin.
    “Colby me informó con toda franqueza que él había colocado más de un millón de libras de cocaína (500 toneladas aprox.) en Panamá, entre diciembre de 1975 y abril de 1976, operación que se había hecho con la ayuda de nuestro gentil aliado el general Manuel Noriega.
    La cocaína fue posteriormente transportada a El Salvador, Costa Rica y Honduras entre 1976 y 1981. Y ahora tenía yo sentado frente a mí a Colby con el sombrero en la mano pidiéndome ayuda para introducir la cocaína en el mercado norteamericano.
    “Se me dijo que Colby en los asuntos de la A-6 y A-7 usaba a un amigo mutuo, el coronel Albert Vicent Carone, de la
    Inteligencia militar.
    Carone es un patriota carismático que nos fue presentado por el general Joseph W. Smith el año 1945.
    Además de las cualificaciones ordinarias, Carone aportó al esfuerzo anticomunista la conexión directa con su viejo amigo Vito Genovese.
    Genovese era el jefe de la mafia que controlaba los juegos ilegales y el narcotráfico en Nueva York; una mafia de la que Carone había sido nombrado miembro.
    Carone es además amigo del fugitivo internacional Robert Vesco y tiene varias fuentes de información anticomunista, por ejemplo Maurita Lorentz, que es amiga de Fidel Castro.
    Carone es el hermano menor del Dr. Pasquale Carone que ha trabajado para la CIA en otras materias.
    “Colby me dijo que las ganancias de la cocaína serían lavadas por Al Carone, la mafia de Nueva York y Robert Vesco y posteriormente usadas para la lucha anticomunista por el propio Colby.
    “Después de hablar con Carone tomé la decisión de trasladar la cocaína almacenada al aeropuerto de Mena en Arkansas, pues la CIA había ya usado este aeropuerto en varias ocasiones. En estas circunstancias la cocaína era el instrumento.
    La trampa era el ignorar la ley y el evitar ser descubiertos. En estos esfuerzos nos ayudaron William Clinton y William Weld.
    “En 1984 toda la cocaína [que había estado depositada inicialmente en Panamá] estaba ya en el aeropuerto de Mena y además habíamos buscado otras fuentes para que nos suministrasen más cocaína.
    Ésta nos llegaba a través de los hangares 4 y 5 de la base aérea de Ilopango en El Salvador. Mi hombre de confianza en Mena era Adler Berriman Seal.
    “Bill Clinton nos ha ayudado enormemente hasta ahora evitando que haya investigaciones locales sobre las actividades del aeropuerto de Mena. A Bill Weld como Asistente del Fiscal General de los Estados Unidos se le dio el puesto de Encargado de la División Criminal del Departamento de Justicia. Esto se hizo para que pudiese tener controladas las investigaciones de las agencias
    federales sobre las actividades de Mena. La ayuda de Weld ha sido de un valor incalculable.
    “Yo les ordené a John Poindexter, Robert McFarlaine y Oliver North que prescindiesen de los canales normales y usasen todos los medios que tuviesen a mano, incluída la mafia, para asegurar la llegada de la cocaína al aeropuerto de Mena.
    En no pequeña parte se debe el resultado feliz de toda la operación a los esfuerzos del personal de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) y de la Agencia de Seguridad del Ejército (ASA). Los hombres y mujeres de la NSA y de la ASA impidieron que los satélites y la red de radares pudieran detectar la llegada de los aviones de modo que estos pudieron aterrizar tranquilamente en Mena. La NSA y la ASA denominaron a estas operaciones “Sea Spray” y “Jade Bridge”.
    “Creo que la lucha por la democracia en Nicaragua y Latinoamérica está yendo en la dirección que nosotros queremos. Pienso que este triunfo se debe a las operaciones A-6 y A-7 que Colby tuvo el acierto, la precisión y el valor de emprender.
    Tengo en cuenta los heroicos esfuerzos de Al Carone, Bill Clinton, Bill Weld, John Poindexter, Bud McFarlaine y Ollie North.
    Sin estos hombres las A-6 y A-7 no hubiesen existido.
    “La libertad es un bien de un valor incalculable. El grado de libertad que uno disfruta es el resultado del grado de vigilancia que uno ejerce.
    Mis acciones puede que sean catalogadas como criminales al pensar en la enorme cantidad de norteamericanos que enganchamos a las drogas. Pero no me importa.
    Todas las guerras tienen víctimas. Pero generalmente cuanto más violenta es la guerra más corta es su duración.
    Mi dilema era: o exponernos a una larga guerra de guerrillas en Latinoamérica o usar los medios que teníamos para hacer una guerra violenta de corta duración para salvar la democracia.
    Cuando tomo una decisión la cumplo. En este caso el arma era la cocaína y la trampa era que el que usa drogas tiene libertad para usarlas o no usarlas.
    Y escogen usarlas. Yo escogí el usar el hábito de estas personas para financiar la democracia que disfrutamos y para mantener a todos los norteamericanos a salvo de la amenaza comunista que nos está acechando ahí al lado desde
    Sudamérica. Paradógicamente el drogadicto está ayudando a la sociedad.
    “Declaro bajo pena de perjurio que lo que aquí digo es la verdad tal como yo lo veo y entiendo.
    “Redactado este 9 de diciembre de 1986 en McLean, Virginia.
    Firmado : William J. Casey
    Al leer este documento, que por muchos años no fue de dominio publico y que sólo gracias al Acta de Libertad de Información (FOIA) hemos logrado tener, uno se llena de pasmo al conocer la filosofía de nuestros gobernantes y al mismo tiempo se explica por qué el mundo dirigido por ellos está como está.
    En el documento aparecen mezclados nombres de gangsters con almirantes, senadores y nada menos que un presidente, aunque cuando sucedieron estos hechos todavía faltaban años para que lo fuese.
    Extracto del libro de salvador freixedo.Trilogia para pensar.

     

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